Un esquizofrénico asesinó a su hermano “por orden del demonio”

El autor, además de enfermo mental, es un adicto a drogas. Había escapado de un hospital y dormía en la casa de su hermano. También atacó a su cuñada, quien está a salvo. Segundo caso similar en 9 meses en Valle de Uco.

Un esquizofrénico asesinó a su hermano “por orden del demonio”
Un esquizofrénico asesinó a su hermano “por orden del demonio”

A nueve meses de la muerte de la periodista que, realizando trámites en la Municipalidad de San Carlos, fue acuchillada por un enfermo psiquiátrico, el Valle de Uco vuelve a estremecerse ante una tragedia similar.

Durante la madrugada de ayer, un joven esquizofrénico mató a su hermano e hirió gravemente a su cuñada mientras dormían, en la precaria casa de Tunuyán donde la pareja le había dado asilo. Como en el otro caso, el chico dijo haber actuado bajo órdenes del demonio.

Pablo Platese (28) huyó después, como a la 1.30, y estuvo deambulando por campos aledaños hasta que un grupo de preventores de Tunuyán dio con el muchacho pasadas las 9 de ayer. Lo encontró a unos mil metros de la casa de su hermano. "Estaba en estado de shock, desorientado y con el torso desnudo", dijo una fuente policial.

El chico estaba internado en el hospital Tagarelli, de Eugenio Bustos, por "un cuadro de esquizofrenia agravado por el consumo de drogas". Sin embargo, el martes 10 de marzo huyó antes de que le inyectaran la medicación y desde entonces permanecía prófugo. Su hermano lo refugió, aunque no se sabe si fue por esa única noche o llevaba días allí.

El hecho

Hacía dos años que Guillermo Platese (30) había conseguido trabajo como cuidador de una propiedad, ubicada en la esquina de Crayón y Calderón del distrito La Primavera. Con él, también la posibilidad de contar con una precaria casa donde residir junto con su mujer, Jéssica Quiroz (23), y sus dos hijos de 7 y 4 años.

Esa casa de madera fue el escenario del homicidio minutos después de la una de la mañana. Según relataron fuentes policiales, Pablo se levantó del sillón donde dormía, tomó un cuchillo de la cocina y se dirigió a la pieza de su hermano. Invocando al diablo, atacó con el arma blanca a Guillermo y a su esposa y luego -confundido- se dio a la fuga.

Por suerte los dos niños no sufrieron heridas. La familia corrió a pedir ayuda a una casa aledaña. Desde allí, habrían denunciado el hecho al 911 y minutos después la pareja era trasladada por el SEC al hospital Scaravelli.

La víctima ingresó a la guardia con una herida de arma blanca en el cuello y, aunque alcanzó a ser intervenido quirúrgicamente, sufrió un shock hipovolémico y falleció. Mientras tanto, Quiroz presentaba múltiples heridas en cuello y tórax. La joven permanece internada en el nosocomio de Tunuyán, pero estaría fuera de peligro.

Por su parte, el autor del fratricidio fue trasladado a la alcaidía del Valle de Uco y permanecerá allí hasta que la Justicia decida cuál será su destino: si el penal o una institución neuropsiquiátrica. Antes el joven deberá ser sometido a estudios para determinar su grado de peligrosidad. Será el juez de Instrucción de la zona, Oscar Balmes, a cargo del caso, quien definirá estas cuestiones.

Conmoción de los vecinos

El tranquilo distrito de La Primavera se vio conmovido por el hecho. Algunos lugareños ni siquiera conocían a la familia -que sería oriunda de Tupungato- pero fueron sorprendidos por el despliegue policial. Los más cercanos señalaron que se trata de una familia muy tranquila. Guillermo también hacía changas en la construcción para subsistir.

Dicen que no vieron a ningún sujeto extraño por estos días en esa casa. Hay quienes creen que el hermano debió llegar esa misma noche a pedir asilo. "Yo me encontré con Jessica en la escuela, cuando llevábamos a los chicos, y no me comentó nada de su cuñado", expuso una señora que vive enfrente de la trágica vivienda.

Mecanismos que fallaron

El caso volvió a poner en el centro del debate uno de los puntos centrales de la nueva ley de Salud Mental: el que busca evitar la internación y promover que el cuidado de los pacientes mentales sea responsabilidad de sus familiares.

Sin embargo -como ocurrió con el autor del homicidio en San Carlos-, en algunos casos la situación sobrepasa la capacidad y la fuerza de la familia para abordar estos cuadros complejos. 
Pablo Platese tiene un largo historial clínico y ha sido tratado en distintas instituciones, incluso con internaciones en neuropsiquiátricos del Gran Mendoza.

"La sociedad del Valle de Uco tiene que hacerse eco del grave problema de drogas que tiene. Las instituciones no podemos hacer nada, cuando la familia no protege. Aquí llegan como última instancia a recuperar la salud perdida", sostuvo Humberto Tagarelli, director del hospital de Eugenio Bustos. 
Platese ingresó allí el lunes 9 de marzo, a las 19, derivado del hospital  Las Heras de Tupungato, porque "no tenían más camas psiquiátricas". El de San Carlos sólo cuenta con dos camas para este tipo de pacientes y el de Tunuyán no tiene equipo de Salud Mental.

El martes siguiente, según refirió Tagarelli, el joven fue sometido a una serie de estudios y cuando se le estaba por dar la medicación correspondiente, sorteó la atención de la enfermera y se escapó. "Pusimos la denuncia en la Comisaría 18, pero no pudieron dar con él. Estaba muy alterado y debía ser derivado a un neuropsiquiátrico. Incluso, días atrás llamamos a su mamá para ver qué había pasado con el chico", apuntó el director.

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