Un costo de flete carísimo

El costo del flete para el traslado de una mercadería desde Mendoza hasta el puerto de Buenos Aires es cuatro veces más caro que de Buenos Aires a Estados Unidos. De ese modo, los productos locales pierden competitividad.

La Argentina es un país muy extenso y muchas veces los propios connacionales no advertimos la dimensión de la situación. A modo de ejemplo podríamos señalar que si un mendocino le explica a un residente en Bruselas, Bélgica, que debe recorrer 1.400 kilómetros para llegar a las playas de Mar del Plata, al ciudadano belga le costará entender la situación porque esos kilómetros son los que separan su lugar de residencia con la capital de Italia, Roma.

Pero así como los europeos no “entienden” nuestras distancias, los argentinos no “comprendemos” los “tiempos” con que ellos se mueven. Porque difícilmente un argentino plante un árbol de alcornoque ya que la primera cosecha (retiro de la corteza) recién podrá realizarse a los 70 años.

Los aspectos señalados vienen al caso para poder entender, en parte, lo que sucede con los costos de transporte que deben enfrentar los productores mendocinos para trasladar sus mercaderías hasta el puerto de Buenos Aires, en el caso de los exportadores.

Porque, según los estudios, el flete de un contenedor entre Mendoza y Buenos Aires sale cuatro veces más que desde allí hasta Nueva York y en iguales valores para el viaje entre Buenos Aires y el puerto de Hamburgo.

De acuerdo con un informe dado a conocer recientemente, trasladar un producto en camión desde Mendoza a Buenos Aires tiene un costo aproximado que va de los 2.200 a los 2.400 dólares para un contenedor de 20 pies de largo.

En cambio, la ruta marítima de un contenedor de ese tamaño de Buenos Aires a Estados Unidos tiene un costo de 650 dólares, mientras que a Sudáfrica o a Hamburgo el valor puede oscilar entre 500 y 600 dólares.

Dentro de la seriedad del caso puede agregarse que el aumento entre un año y otro alcanza al 25 por ciento, una barbaridad si tomamos en cuenta que en el orden internacional los contratos que se firman para el envío y mantenimiento de los productos supera muchas veces los dos años.

La simple observación de las cifras permite comprender la fuerte caída en la competitividad que han tenido los vinos argentinos en los mercados internacionales.

Porque al flete, uno de los principales aspectos que deben considerarse cuando se piensa en exportar, hay que agregar los incrementos de los insumos a nivel interno, como el vidrio, las etiquetas, el corcho y también los salarios. Así entonces, mientras en la casi totalidad de los casos los valores se mueven entre 35 y 40 por ciento más en el año, el valor del dólar no se mueve en las mismas dimensiones.

En ese esquema de situación cabría ubicar las visitas que el ministro del Interior y de Transportes, Florencio Randazzo, realizó durante los últimos meses a la provincia.

Randazzo tiene a su cargo el manejo de las redes ferroviarias nacionales, pero los hechos demuestran que si bien manifiesta su “preocupación” por la situación nacional, se “ocupa” exclusivamente de lo que sucede en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Allí, donde están los votos, se suceden las inauguraciones de nuevas unidades para el transporte público, con la máxima tecnología y provocando la también ininterrumpida sucesión de las cadenas nacionales utilizadas por la Presidenta.

Ahora, del interior del país, el ministro habla muy poco. Concurrió a Mendoza y puso en marcha un denominado “tren del vino” que no cubrió las expectativas en razón de que demora entre cuatro y cinco días para llegar desde Palmira hasta Buenos Aires, como consecuencia de que debe avanzar, por el estado de las vías, a no más de 30 kilómetros por hora.

Aun así, se asegura, es importante la rotura de botellas que se produce. En las restantes visitas, Randazzo vino a apoyar a un candidato (Martínez Palau) primero y a otro (Carmona) después, dentro de la interna peronista. Con la agravante de que, en lugar de hacer una necesaria autocrítica de lo que está pasando con el ferrocarril en Mendoza, se dedicó a hablar de política en la interna partidaria.

Resultaría interesante que el ministro Randazzo, en el plano inmediato, y las fuerzas políticas con posibilidades electorales, en el mediato, comiencen a pensar en recuperar la Argentina federal y, en ese esquema, el funcionamiento adecuado del ferrocarril es un elemento fundamental para la reducción de los costos de fletes.

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