Un corte de pelo por Santa Rosa y para ayudar

Estrella Romero salió de la iglesia San Juan Bosco, en Eugenio Bustos, con una sonrisa que no cabía en su rostro y caminó hasta la terminal acostumbrándose a su nueva melena. Era la primera vez que esta lasherina pisaba San Carlos y lo hizo con la única intención de dejar 25 centímetros de su cabello.

"Sé lo que es estar peladita, que te digan mañana te vas a empezar a quedar sin pelo. Yo no pude acceder a una peluca porque era muy cara, por eso quise donar para que otros la tengan", cuenta emocionada, mientras la peluquera Andrea Fiochetta avanza con las tijeras. Estrella escuchó lo que iba a suceder en esta parroquia sancarlina a través de Radio María y no lo dudó.

Sin contarlo a su familia, se sacó un pasaje hacia el Valle de Uco y llegó a Eugenio Bustos justo antes que empezara la misa. "Sobre todo es para darle gracias a María y a Jesús. Tenía cinco meses de vida y llevo seis años, ¿cómo no voy a donar pelo? Lo que sea dono", agregó la mujer con los ojos chispeantes.

Una particular iniciativa tuvo lugar ayer en San Juan Bosco. Esta comunidad unió la festividad religiosa de Santa Rosa de Lima a la premisa que viene llevando adelante Fundavita en Mendoza y que tanta repercusión ha tenido. 'Hacerles la vida un pelito más fácil' es la campaña que busca realizar pelucas para pacientes con cáncer.

Antes de finalizar la misa de domingo, el padre Gerardo Aguado hizo pasar adelante a las más de 40 mujeres que habían decidido donar su pelo y allí les dio una bendición especial. Minutos después, el altar y el salón de la parroquia se habían convertido en una peluquería. 
Un batallón solidario de estilistas sancarlinos tomaron sus posiciones y las chicas hicieron fila tras ellos, como si se tratase del confesionario. Las familias acompañaron tomando fotos y alentando a las mamás e hijas valientes.

"Yo me enteré en la escuela y me trajeron mi mamá y mi papá", contó Martina Coraza, mientras se entregaba confiada a las manos de su ocasional coiffeur. Más allá una joven lloraba emocionada mientras le tomaban la foto para Fundavita. "Vinimos juntas, algunas compañeras ya se lo cortaron", dijeron a dúo las hermanas Emilse y Carla Fassanelli, mientras de fondo en la iglesia sonaba la voz de Mercedes Sosa, entonando 'Yo vengo a ofrecer mi corazón'.

Cuenta la historia de la Patrona de las Américas era muy bella y se cortó su hermosa cabellera para afear su rostro. "Desde allí, la tradición popular ha tomado distintos matices. Aquí hay muchos que se cortan un mechón de pelo y lo entierran en un rosal. Quisimos aprovechar esa creencia para un fin solidario", apuntó el padre Aguado, sorprendido por la convocatoria. La tarea la llevó a cabo con la Liga de Lucha contra el cáncer de San Carlos. Visitaron escuelas e hicieron una campaña radial para informar lo que pasaría después de misa.

"Vivimos en una sociedad que le da mucho valor a lo estético y muchos pacientes son estigmatizados por no tener pelo", remarcó Elsa Baigorria, presidente de la entidad.