Un conocido del matrimonio, imputado por el doble crimen

Es un albañil de 40 años que hacía trabajos en la casa donde aparecieron los cuerpos y que fue incendiada. Un SMS resultó clave para la pesquisa. El acusado está en prisión.

Un conocido del matrimonio, imputado por el doble crimen
Un conocido del matrimonio, imputado por el doble crimen

Los celulares que pertenecían a las víctimas del doble crimen ocurrido el lunes por la noche en una casa de General Ortega, Maipú, fueron la clave para dar con el presunto autor del crimen: un albañil de 40 años que trabajaba en la casa del matrimonio desde hacía un tiempo. Fue imputado por los asesinatos y por incendiar la vivienda.

A las 23.30 del martes, cuando exactamente se cumplían 24 horas del descubrimiento del doble crimen, fue detenido en una casa de Gutiérrez (Maipú) Sergio Ortiz, a quien la Justicia considera el principal sospechoso de asesinar a José Pacheco (58) y Dolores Guerrero (50). El sujeto estaba en una casa que pertenecía, justamente, a las víctimas, que lo habían contratado para que se quedara a cargo del inmueble para que este no fuera usurpado ni blanco de la delincuencia.

Los tres se conocían desde hacía tiempo ya que Ortiz era uno de los hombres que realizaba refacciones en la casa donde ocurrieron los asesinatos, ubicada  sobre Castro Barros al 3000 de General Ortega.

La vivienda donde se produjo la detención fue allanada; de allí se llevaron algunos objetos que pueden resultar de valor en la investigación, como por ejemplo ropa del sospechoso. Aunque hasta ayer por la tarde el arma homicida no había sido encontrada.

Un mensaje, la clave

Desde sus inicios, la investigación del doble crimen se presentó como compleja. Es más, en las primeras horas los pesquisas estuvieron desconcertados en cuanto al móvil y a la identidad del autor.

Sin embargo, en un rastrillaje que se hizo en la vivienda se hallaron los celulares de las víctimas, que fueron la clave para desentrañar el misterio.

Cerca del cuerpo de Dolores Guerrero, escondido en el bolsillo de un delantal, estaba el celular de la mujer. De allí había salido un mensaje enviado al jefe del sospechoso. Básicamente, el texto decía que "habían estado cenando con esta persona que tenemos detenida y que se encontraba en ese momento con su esposo charlando en el patio", indicó a la prensa la fiscal que investiga el caso, Claudia Ríos. Ese mensaje fue enviado cerca de las 23. Cincuenta minutos más tarde, entró la llamada al 911 alertando sobre llamas en la casa de las víctimas, lo que indica que los crímenes y el incendio se cometieron en poco tiempo.

Finalmente, el hallazgo de otro celular terminó de direccionar la investigación. El teléfono estaba a metros del cuerpo de José Pacheco; más tarde los peritos determinaron que ese celular había estado en manos del imputado ya que tenía sus huellas digitales.

Tras haber pasado la noche en el ex Contraventores, ayer por la mañana Ortiz fue llevado a la fiscalía de Delitos Especiales. Allí la fiscal Ríos le hizo saber que lo imputaba por cuatro delitos: por homicidio simple (en el caso de Pacheco), por homicidio criminis causa por el asesinato de Guerrero (esto porque se sospecha que mató a la mujer para ocultar el crimen de su esposo), por hurto ya que falta otro celular de las víctimas y por el daño por el incendio de la casa.

Ortiz es oriundo de Buenos Aires -como las víctimas- y llegó a Mendoza este año. Al matrimonio lo conoce desde hace poco tiempo, cuando comenzó a trabajar en su casa como ayudante de un albañil que había sido contratado para que les hiciera un techo, como publicó en su edición de ayer Los Andes.

¿Cómo ocurrió todo?

A partir del SMS enviado por la mujer, se pudo hacer una reconstrucción estimativa de los momentos previos y posteriores al doble crimen.
Se sabe por dicha comunicación que Ortiz y Pacheco cerca de las 23 mantenían una conversación en el patio de la vivienda. Allí se produjo el asesinato del hombre, que, según la necropsia, tenía heridas punzocortantes en el tórax.

Luego, se sospecha, Ortiz volvió a la propiedad y atacó a Guerrero. "Tiene heridas de estrangulamiento, con una hemorragia de la carótida y un puntazo en el tórax que no le provocó la muerte. Por eso hay muerte por asfixia. Lo que se trata de establecer es si la asfixia se produjo por el estrangulamiento propiamente dicho o por el monóxido de carbono producto del daño a la propiedad", dijo Ríos.

Luego, el asesino abrió las hornallas de la cocina y se fue de la casa. Poco después esta estalló como consecuencia de la fuga de gas. 
Algo que por el momento no está claro es si el homicida usó como arma un elemento hallado en la vivienda o si cuando llegó a la casa ya la tenía en su poder.

En síntesis

El incendio se descubrió cerca de las 23.50 del martes y los cuerpos dos horas más tarde. La mujer había sido alcanzada por las llamas. Además, uno de los tres perros de la pareja había muerto producto de la inhalación de monóxido de carbono.

Justamente el silencio de los animales fue algo que llamó la atención de los vecinos. "No ladraron nunca y siempre lo hacían cuando no conocían a alguien", contó una vecina, que además escuchó las explosiones que fueron el antecedente de las llamas.

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