Un cine club a la gorra, para los jóvenes de Alvear

Funciona en la sede de la biblioteca Sarmiento, con equipamiento propio de este grupo que hasta hace poco se reunía en casas para ver películas y debatir. Única sala en el departamento.

Lejos quedó aquella época dorada del cine que llegaba a cada rincón de la Argentina y donde cada pueblo contaba con su sala colmada de butacas para proyectar las películas. General Alvear no estuvo ajeno a ese fenómeno, el cierre paulatino de los sitios emblemáticos donde se proyectaban las películas y el cierre de la Casa de La Cultura para su remodelación dejaron al departamento del sur mendocino sin espacio para disfrutar del Séptimo Arte.

Ese vacío cultural fue lo que incentivó a un grupo de amigos, fanáticos del cine, que se juntaban a ver películas y hablaban sobre el tema, a tomar la decisión de salir de la comodidad del sillón para proponerle a la comunidad  un nuevo espacio: el "Cine Club Libertario".

“Esto surgió por una inquietud que teníamos y las ganas de compartir algo que nos apasiona, como es el cine. Quienes arrancamos con la idea y la pusimos en práctica fuimos Pablo Pérez, Paula Goldar, Leticia Antolín, Noe Suárez, Noemí Canepa y ahora se sumó Germán Rubio”, contó Paula Hernández quién también participó en la fundación.

"Es nuestra manera de democratizar el acceso al arte y que la gente decida según la experiencia que vivió con cuanto colaborar"

Allá por setiembre de 2016 se proyectó el primer ciclo en torno a la obra del director español Pedro Almodóvar. “Lo elegimos para empezar porque estábamos observando algunas problemáticas sociales actuales que el director aborda muy bien en sus películas”, manifestó Paula.

La cita con la pantalla grande es cada domingo a las  20.30 en la biblioteca Sarmiento -ubicada en Ricardo Pierola 267, General Alvear-  que cede su espacio para las proyecciones.

La parte técnica es puesta por ellos mismos, “ahora estamos por invertir en un proyector propio para ir armándonos. El sonido lo estamos poniendo nosotros al igual que las computadoras”,  dicen los organizadores que fueron juntando peso por peso para lograr contar con el equipamiento necesario.

Es que la entrada es a la “gorra”, una modalidad que tuvieron clara desde el inicio. “Es nuestra manera de democratizar el acceso al arte y que la gente decida según la experiencia que vivió con cuanto colaborar”, señaló Paula Hernández.

Dentro del grupo hay una realizadora audiovisual, Ana Paula Goldar quien ya filmó   varios cortos, incluso uno  sobre un tema bien mendocino como  “La Siesta”. Los demás jóvenes se ubican como fans del cine, desde ese lugar es que surgen miradas diversas sobre las películas. De hecho lo más difícil es la elección de lo que se va a ofrecer al público.

“La idea es ofrecer películas que estén fueras del circuito comercial en el sentido “pochoclero”, esa es la premisa. También se suman algunas circunstancias puntuales, por ejemplo preparamos una función especial para el 24 de marzo”, afirmaron los organizadores quienes aseguran que buscan no perder el objetivo con el que comenzaron.

El nombre “Cine Club Libertario” tiene su razón de ser.  “Hay una horizontalidad en la organización, somos autogestionados y tenemos una independencia que nos permite tomar nuestras propias decisiones”, aclararon los fundadores del espacio cinéfilo.

Al aire libre

El 2017 encuentra a este grupo amante del Séptimo Arte fortalecido. Ya tienen un importante número de simpatizantes, “público cautivo”, bromean, que cada fin de semana los acompaña. Sin embargo desde la organización se han propuesto nuevos desafíos. “Estamos pensando para este año  abrirnos a otros espacios, ya iniciamos las jornadas al aire libre, el primer encuentro fue en la plaza de Bowen. La idea es llegar a un público más general”, aseveraron.

Por esta razón, contaron, que los interesados pueden estar en contacto con el grupo a través del perfil de Facebook "Cineclub Libertario", donde irán comunicando los nuevos espacios donde se programará esta actividad.

“Necesitamos como alvearenses salir de cierto letargo cultural. Lo nuestro es un pequeño aporte, no nos queríamos quedar en la simple queja”,  reflexionaron los jóvenes amantes del cine que no se conformaron con hacerse la película sino que salieron a rodarla, y lo que es más importante a compartirla para atraer a más apasionados por este arte.

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