Un broma de mal gusto: en un mes el Normal recibió nueve amenazas de bomba

Fueron en julio y obligaron a suspender clases y a evacuar el colegio en cada oportunidad. Padres y directivos expresaron su preocupación.

Un broma de mal gusto: en un mes el Normal recibió nueve amenazas de bomba
Un broma de mal gusto: en un mes el Normal recibió nueve amenazas de bomba

Las reiteradas amenazas de bomba en la Escuela Normal Tomás Godoy Cruz se han transformado en una broma de mal gusto que perjudica a toda la comunidad educativa del establecimiento ubicado en RIvadavia al 350 de Ciudad.

Los padres de los alumnos y directivos ya están cansados de los llamados anónimos alertando sobre la presunta instalación de un artefacto explosivo en la escuela.

Esta semana hubo tres amenazas de bomba y durante todo el mes de julio se debieron realizar nueve evacuaciones en el establecimiento educativo. Cada vez que hay una amenaza se lleva adelante un complejo protocolo de acción. El operativo involucra a efectivos policiales, personal de la brigada de explosivos y personal de tránsito de la Ciudad de Mendoza.

La supervisora de nivel secundario, María Andrades, aseguró que se tomaron todas las medidas correspondientes porque "estos hechos obligan a suspender las clases".

“Hicimos la denuncia en la Policía y nos contactamos con la Dirección General de Escuelas (DGE). En el nivel medio hay unos 1500 alumnos y unos 500 profesores. A esto hay que sumarle primaria y nivel inicial. Realmente es un trastorno enorme evacuar a todos los alumnos y llevarlos hasta la Plaza Independencia, sobre todo por el riesgo que conlleva movilizar a los más chicos”, explicó la supervisora.

Según los directivos de la escuela Normal, la policía identificó los números de los teléfonos desde donde se realizan las llamadas pero pertenecen a un chip que no tiene una línea fija.

Una de las abuelas de los alumnos, Nélida Morales, dijo que los padres elevarán un petitorio a la Legislatura y al Ministerio de Seguridad para que se tomen medidas y se solucione esta problemática.

“Los chicos pierden muchas horas de clases, mi nieto salió muy asustado y me preguntó si estábamos en guerra. Esto es muy grave. Incluso genera inconvenientes con el tránsito en el microcentro porque la policía vial tiene que cortar la calle Rivadavia”, agregó Nélida Morales.

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