Tupungato: 200 familias reclaman títulos de terrenos

Dos reclamos se cruzaron ayer, en el corte que -durante toda la mañana y hasta pasado el mediodía- mantuvieron unas cien personas sobre la calle Filippini, en la entrada del barrio Arco Iris, en Tupungato. Mientras un grupo de familias pide un terreno donde edificar su vivienda, los pobladores históricos se quejan de que sus lotes nunca fueron "regularizados" y que con los nuevos vecinos se ha dado una escalada de hechos delictivos en el barrio.

"Esto ya es tierra de nadie. Pasan a cualquier hora del día, te roban leña, bicicletas… ya no podemos salir de nuestras casas por miedo a que volvamos y no encontremos nada", expuso una mujer con tono norteño. La señora lleva siete años viviendo en el barrio Arco Iris y asegura que la situación hoy es insostenible.

Muchos de los vecinos que se manifestaban ayer -quienes no quisieron dar sus nombres por miedo a represalias- señalan por lo bajo que el incremento de la inseguridad coincide con la llegada de un grupo de unas veinte familias, que hace unas "tres semanas llegaron a usurpar" porciones de estas tierras fiscales. Este grupo espera una "mediación" municipal en el tema.

Sin embargo, en el corte de ayer se encontraban los unos y los otros. Por eso -y aunque se vivieron momentos de discusiones violentas entre ellos- el total de los manifestantes acordó peticionar al municipio por la regularización dominial de estos terrenos. Además reclaman mayor limpieza e iluminación pública, "aunque sea sólo en los principales accesos al barrio".

Lo que ayer hizo eclosión es un problema de vieja data y nada fácil de resolver. Sucede que desde hace una década se comenzaron a asentar familias en un terreno municipal, que está vedado para construir por Hidráulica, dado que se encuentra en las márgenes del arroyo Anchayuyo y tiene alto riesgo aluvional.

El barrio fue creciendo, en cantidad de familias y en calidad de construcción, con la anuencia de los gobiernos de turno, que no pudieron hacer nada para evitar el desarrollo. Incluso, se reprodujo un sistema de alquiler, venta y reventa de esos lotes, sobre los cuales sólo tiene títulos la comuna.

Hoy la erradicación no es una solución viable y los desafíos que deberá enfrentar la actual gestión pasan más por la realización de obras que mitiguen los riesgos y trámites que regularicen esa situación inestable. Actualmente, viven en el barrio Arco Iris -según los propios vecinos- unas 200 familias. Es una comunidad organizada, que tiene sus calles en condiciones, cuentan con algunos servicios públicos y muchas de las viviendas ostentan buen nivel de construcción e inversión.

Con gomas de vehículos, los vecinos cortaron la calle Filippini, que tiene gran dinámica productiva en el distrito de Villa Bastías y, además, cortaron el ingreso al barrio que es por donde pasan los camiones con los residuos sólidos urbanos del departamento hacia la zona conocida como el basural. El reclamo detuvo a dos camiones volcadores, por lo que debió actuar la Policía y el municipio dejó asentada una denuncia en Fiscalía, por el accionar.

Los pobladores históricos pedían ayer por la tantas veces prometida escritura de sus lotes y por la nueva escalada en inseguridad. El intendente, Gustavo Soto, dijo que ninguno de los manifestantes se había acercado a hablar formalmente con él en el municipio. "No voy a permitir este tipo de cortes, cuando es una situación crítica y heredada, para la cual estamos estudiando una solución".

El radical destacó que ha destinado mayor presencia policial, atento a los nuevos reclamos por inseguridad que alzan los vecinos. Sin embargo, sostuvo que pese a que hay personas que llevan años viviendo en la zona, la situación en general es irregular, pues los lotes pertenecen al municipio. Soto dijo que "nunca se tendría que haber llegado a esta situación", pero aseguró que están evaluando soluciones posibles.