Trump insiste en renegociar el pacto nuclear con Irán

El presidente Donald Trump intenta renegociar el acuerdo nuclear con Irán para hacer más estrictas sus disposiciones en vez de descartarlo de tajo como había amenazado; está aprovechando su visita a las Naciones Unidas esta semana para pedir apoyo a sus aliados y ejercer presión sobre Teherán para que vuelva a participar en las negociaciones, según indicaron funcionarios de esa administración el miércoles pasado.

Trump, quien declaró durante un discurso frente a la Asamblea General de las Naciones Unidas esta semana que el acuerdo es una “vergüenza para Estados Unidos”, desea modificarlo para ampliar su plazo de aplicación e imponer nuevos límites a Irán con respecto al desarrollo de misiles balísticos. Aunque varios funcionarios europeos respaldan firmemente el acuerdo, algunos se mostraron dispuestos a negociar un convenio independiente.

Esta maniobra ofrece una opción a Trump en vez de abandonar el acuerdo, pero todavía no se sabe si habrá consenso entre los aliados europeos, y mucho menos con Rusia y China, las otras partes del acuerdo.
Incluso si se logra, persuadir a Teherán de que reinicie pláticas podría resultar un gran reto.

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, declaró, también el miércoles, que el acuerdo era "asunto cerrado", y advirtió que si Estados Unidos se retira, Irán podría seguir adelante con el enriquecimiento de uranio.
"Es evidente que los estadounidenses buscan una excusa para romper este acuerdo", afirmó Rouhani en una conferencia de prensa que sostuvo después de concluir su discurso ante la Asamblea General. Según dijo, por este motivo negociar con el "gobierno estadounidense es una pérdida de tiempo si pisotea un convenio legal".

Conforme a este acuerdo, celebrado en 2015, Irán convino en frenar su programa nuclear a cambio de que se suspendieran las sanciones internacionales. La legislación estadounidense establece que Trump tiene hasta el 15 de octubre para certificar el cumplimiento por parte de Irán, y a pesar de haberlo hecho en dos ocasiones desde que asumió la presidencia, ha indicado que no lo hará de nuevo.

Este solo hecho no provocaría la eliminación del acuerdo, pero otorgaría al congreso un plazo de 60 días para volver a imponer sanciones a Irán, una medida que daría fin al convenio, por lo menos para Estados Unidos.

Trump quizá considere que al no certificar, o amenazar con no hacerlo, tiene una ventaja para presionar a Irán y otras potencias para reiniciar pláticas. Podría ofrecer la opción de certificar por un plazo de 90 días si otras partes convienen en explorar la posibilidad de sostener nuevas negociaciones.

El miércoles, evitó dar respuestas directas a algunos reporteros que le preguntaron si ya había decidido qué hacer. “Ya decidí”, dijo, y repitió la frase tres veces. Cuando los periodistas insistieron, añadió: “Ya les informaré. Ya les informaré”.

El secretario de Estado Rex W. Tillerson pareció anunciar la estrategia en una entrevista televisiva: “Necesitamos el apoyo, me parece, de nuestros aliados, los europeos y otros, para convencer también a Irán de que en realidad es necesario modificar el acuerdo”.

Dos disposiciones que le interesan tanto a él como a otras partes se refieren a la terminación del acuerdo y su ineficacia para evitares como patear la lata solo un poco más adelante; en el futuro alguien más va a tener que lidiar con el asunto”.

Las otras cinco grandes potencias que negociaron el convenio junto con el presidente Barack Obama (el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) se han opuesto a cualquier medida de Trump para desecharlo por completo.

Sin embargo, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, expresó que está abierto a reconsiderar los términos el mismo el miércoles, dos días después de reunirse con Trump.

Reunido con periodistas afuera de las oficinas del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, Macron afirmó que Francia prefiere conservar el convenio “porque es un buen acuerdo”, pero aclaró que estaría de acuerdo en añadir “dos o tres pilares” o disposiciones más. Mencionó los misiles balísticos y las fechas de terminación del acuerdo.

Macron también se expresó a favor de “una discusión abierta con Irán acerca de la situación actual en la región”. Sin embargo, agregó: “Creo que sería un error abandonar el acuerdo si no se consigue eso”.

La postura de Francia sería mantener en vigor el convenio actual y negociar un suplemento que aborde los temas que preocupan a Trump y a las demás partes, de acuerdo con un funcionario europeo.

Este enfoque podría ser aceptable para Israel, cuyo primer ministro, Benjamin Netanyahu, también se reunió con Trump esta semana y después expresó ante las Naciones Unidas que el acuerdo debería modificarse o rescindirse. “Deben cambiarlo o cancelarlo”, dijo. “Remendarlo o rechazarlo”.

En su discurso ante la ONU, el presidente Rouhani se refirió al acuerdo como un “modelo” y afirmó que el Medio Oriente estaba más seguro gracias a él.

“Sería una pena que algunos recién llegados al mundo de la política destruyeran este convenio”, subrayó. “El mundo perdería una gran oportunidad”.

Crítica de Rouhani

El presidente de Irán pretendía dar un giro a la retórica de la administración de Trump, que sostiene que Irán desestabiliza al Medio Oriente. Señaló que los contribuyentes estadounidenses deberían preguntar por qué se han gastado miles de millones de dólares en la región y no se ha avanzado nada para alcanzar la paz, además de que esto “sólo ha provocado guerras, miseria, pobreza” y “levantamientos extremistas a la región”.

“La ignorante y absurda retórica de odio, plagada de argumentos sin fundamento alguno, que se planteó frente a este augusto organismo el día de ayer”, aseveró Rouhani, no es “nada adecuada para dirigirse a las Naciones Unidas, una organización establecida con el propósito de promover la paz y el respeto entre las naciones”.