Trump exhortó a Israel y Palestina a negociar la paz

El presidente norteamericano, tras reunirse en Jerusalén con Benjamín Netanyahu y en Belén con Mahmud Abbas, viajó ayer a Roma y hoy será recibido por el Pontífice.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo ayer en Jerusalén un llamamiento a israelíes y palestinos a tomar “decisiones difíciles” para alcanzar la paz, pero no precisó públicamente cómo piensa lograr lo que denominó el acuerdo “definitivo” para resolver el histórico conflicto.

Trump viajó luego a Roma para una visita relámpago de 19 horas durante la cual será recibido por primera vez en el Vaticano por el papa Francisco, un encuentro delicado por las fricciones que ambos han protagonizado.

Tras sus entrevistas, el lunes con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu en Jerusalén, y ayer con el presidente palestino Mahmud Abbas en Belén (Cisjordania ocupada), el propio Trump afirmó que “está personalmente decidido a ayudar a alcanzar un acuerdo”, y destacó que ambos antagonistas quieren la paz.

“Sin embargo, hacer la paz no será fácil, lo sabemos todos”, lanzó en el segundo y último día de su visita. “Las dos partes deberán tomar decisiones difíciles”, había dicho en presencia de Netanyahu.

El llamado a tomar “decisiones difíciles”, que recuerda los esfuerzos fracasados de sus predecesores, fue el único momento en que Trump aludió directamente a ambas partes.

Durante su estadía de menos de 30 horas, Trump evitó mencionar una solución de “dos Estados”, lo que implica la creación de uno palestino independiente. Esta solución sigue siendo la referencia para gran parte de la comunidad internacional. Pero Trump alarmó a los palestinos en febrero al tomar distancias respecto a la misma.

Hacer 'todo lo posible'

El presidente estadounidense no trató publicamente cuestiones concretas como la colonización, las fronteras o el estatuto de Jerusalén.

Tampoco mencionó su promesa de trasladar la embajada de su país de Tel Aviv a Jerusalén, asunto demasiado sensible para palestinos y árabes en general.

Durante el encuentro en Belén, Abbas expresó nuevamente a viva voz el sueño palestino de un Estado independiente, “con las fronteras de 1967, un Estado palestino con Jerusalén este en tanto capital, viviendo junto al Estado de Israel en seguridad y paz”.

El corto desplazamiento de Trump a Belén quedó eclipsado por el atentado suicida en el que murieron 22 personas a la salida de un recital pop, el lunes de noche en Mánchester (noroeste de Inglaterra). Trump comenzó su declaración junto a Abas condenando un acto de “perdedores maléficos”.

Ese atentado, reivindicado por el grupo Estado Islámico (EI), golpeó a “gente joven, bella e inocente que vivía y disfrutaba de su vida”, añadiendo que “los terroristas y los extremistas, así como los que los apoyan, deben ser eliminados para siempre de nuestras sociedades”.

Trump solo mencionó el conflicto israelo-palestino en términos generales, declarando querer hacer “todo lo posible para ayudar a israelíes y palestinos a hacer la paz que les es equiva desde hace casi 70 años”.

Trump, que daba sus primeros pasos sobre el terreno de uno de los conflictos más viejos del mundo, pudo contemplar una de las realidades más chocantes al recorrer la carretera desde Jerusalén a la cercana Belén.

Su convoy cruzó el muro erigido por Israel para protegerse de los ataques palestinos y el no menos impresionante 'checkpoint' que controla el acceso desde Belén a Jerusalén.

Una gran parte de la ciudad de Belén vive a la sombra del muro, una “barrera de seguridad” para los israelíes y un “muro del apartheid” para los palestinos.

Incertidumbre ante la reunión con Francisco

El papa Francisco recibe hoy en el Vaticano por primera vez al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un encuentro delicado por sus diferencias sobre temas como cambio climático e inmigración y que genera muchas incertidumbres sobre sus repercusiones políticas.

“Es posible que asistamos a un pequeño milagro en el Vaticano. Francisco, el anti-Trump y Donald Trump, el anti-papa, se reconciliarán ante el mundo después de un año de hielo”, escribió en un editorial el diario Il Corriere della Sera.

El primer encuentro entre los dos líderes, que tendrá lugar a las  8.30 de la mañana en el palacio apostólico y bajo imponentes medidas de seguridad tras el atentado en Mánchestar, se celebra dos horas antes de la tradicional audiencia general en la plaza de San Pedro y fue fijado tras meses de especulaciones sobre la reticencia de Trump a reunirse con el pontífice durante su primera gira exterior de nueve días.

El multimillonario presidente de Estados Unidos y el primer Pontífice de origen latinoamericano defienden modelos económicos y sociales opuestos, y han chocado en temas como la construcción de un muro entre EEUU y México para frenar la migración, la asistencia a los pobres, las relaciones con el mundo islámico, la estrategia en Medio Oriente y la necesidad de tomar medidas globales para aliviar el cambio climático.

“Salir del encuentro con Francisco con una imagen positiva sería una pequeña revolución. Sería una 'pausa' en el vía crucis que Trump está atravesando en su país tras las acusaciones por sus intrigas con los rusos y las tensiones con el FBI”, asegura Massimo Franco en su editorial en el Corriere.

Trump, que llega proveniente de Arabia Saudita e Israel, dos importantes aliados de Estados Unidos, buscará “convergencias” con el líder de 1.300 millones de católicos tras haberse reunido con representantes de otras dos grandes religiones monoteístas, musulmanes y judíos, recalcan varios observadores en asuntos vaticanos.

El Presupuesto 2018 con más recorte para los pobres

La Casa Blanca presentó ayer al Congreso un presupuesto para el año fiscal 2018 con recortes en la ayuda a los pobres y a la diplomacia pero con mayor gasto militar. El plan dice buscar un equilibrio presupuestal en 10 años en gran parte achicando los beneficios que reciben decenas de millones de estadounidenses de bajos ingresos; incluidos lo que ayudaron con su voto a Donald Trump a llegar a la Casa Blanca.

El programa presupuestal, que es de unos 4,1 billones de dólares, no será aprobado en el Congreso tal y como lo mandó la Casa Blanca.

Normalmente es modificado en largas negociaciones. El gasto de gobierno, dice el texto, sería rebajado en 3,6 billones de dólares en 10 años. El grueso de esos gastos incluyen la asistencia médica a los pobres (Medicaid) y los cupones de alimentación que también reciben los más necesitados.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA