Thomas Bender: “El ‘excepcionalismo’ norteamericano surge a principios de la Guerra Fría”

El historiador estadounidense que publicó en 2011 una investigación rigurosa sobre la idea del ‘excepcionalismo’ de su país, continúa analizando la historia de Estados Unidos “ligada a la del resto del mundo”.

Los estadounidenses están acostumbrados a contar la historia de su país como si la suya fuera una nación naturalmente autónoma y autosuficiente, separada del resto del mundo.

En “Historia de los Estados Unidos. Una nación entre naciones”, el historiador y catedrático norteamericano Thomas Bender reintroduce la historia de ese país en el devenir de los acontecimientos mundiales y derrumba el mito de la excepcionalidad trazado por la narrativa dominante.

De esta manera, aborda los hechos clave de la construcción de la nación norteamericana y muestra por qué solo es posible comprenderlos a la luz de las complejas relaciones globales que ha mantenido el país a lo largo de cinco siglos.

Argumentado con rigor empírico y con un análisis agudo de los distintos procesos, Thomas Bender logra una relectura de la historia de los Estados Unidos en clave cosmopolita, alejado de los estereotipos más arraigados sobre este país. Abordamos estos y otros temas con el autor, en diálogo exclusivo para Los Andes.


- ¿Por qué discute la idea de "excepcionalidad" estadounidense, tan arraigada en el sentido común norteamericano? ¿Podría explicar el concepto de "excepcionalidad"?

- El “excepcionalismo” norteamericano surge a principios de la Guerra Fría. Muchos intelectuales de esta época tuvieron como referente un libro titulado “Un modelo para la caridad cristiana”, del líder puritano John Winthrop.

Casi al final del libro se puede leer la siguiente frase: “Debemos ser como una ciudad en la cima de la montaña. Los ojos del mundo están sobre nosotros”. Así es como los líderes norteamericanos trataron de entender a los Estados Unidos durante la Guerra Fría; una nación con una misión especial enviada por Dios. Ser un modelo para el mundo entero.

Esta particular interpretación de un texto del siglo 17, que fue enseñado en cursos de historia y literatura, fue una lectura errónea. En contexto, el punto de vista de Winthrop fue de modestia y responsabilidad, no de superioridad: “si fallamos en vivir bajo el mandato cristiano, el mundo entero estará mirándonos... y nos objetará la pérdida del camino”.

Es importante entender el significado preciso del concepto de “excepcionalismo”. No es un llamado a ser diferente. Toda persona, toda nación es diferente.

Una “excepción” está siempre por fuera de la norma. Y “excepcionalismo” significa estar en contra o por afuera de una norma global. Por implicación, los Estados Unidos no están bajo las normas que regulan al resto de los países.

Con esta interpretación de sí mismo, ese país ha asumido repetidamente que puede ignorar las reglas y derechos que rigen las relaciones internacionales. Es por esto mismo que rechaza sistemáticamente ser miembro de la Corte Criminal  Internacional - ninguna Corte por fuera de los Estados Unidos tiene el derecho de juzgar a un norteamericano.

- ¿La idea de "singularidad" se construyó históricamente en función de un proyecto imperial?

- Esta auto-percepción nacional refuerza la convicción de que los Estados Unidos tienen el derecho a intervenir unilateralmente en los asuntos de otras naciones, incluyendo cambios de regímenes, sin tener en cuenta el Derecho Internacional.

- ¿Cómo influyó el 11-S en su manera de abordar la historia estadounidense?

- El atentado del 11 de septiembre de 2001 impactó profundamente en mi comprensión de la historia norteamericana. A pesar de que la mayoría de los historiadores ya no sostienen la idea del progreso histórico articulado con la Ilustración, el residuo de esta noción permanece.

Los historiadores contemporáneos refutan la idea del aumento progresivo y natural de las libertades a medida que avanza la historia: el incremento de derechos siempre requiere de medidas políticas concretas.

A pesar de esta clara posición, que comparto, aún mantienen cierta noción evolutiva de la historia argumentando que siempre aparecerá un movimiento reformista cuando existan derechos y libertades negadas históricamente. Cuanto más reflexionaba sobre la respuesta estadounidense al atentado del 9/11, más crecía en mi el desafío por comprender la historia de mi país.

De hecho, creo que las naciones avanzan siempre en la creación de nuevos derechos y ampliación de libertades pero siempre, en paralelo, se limitan otros derechos y libertades. Procesos que se dan en simultáneo. Muchas formas de opresión o de falta de libertades no son solo legados del pasado, son consecuencias de políticas de Estado en el presente.

- ¿Qué lugar ocupa en la historia norteamericana el aniquilamiento de los pueblos originarios?

- El tema central de los tres primeros siglos de la historia norteamericana es, en efecto, la violenta toma de tierras y la matanza a los pueblos originarios. Este hecho, junto con la cuestión de la esclavitud, son las dos instancias más obvias de lo que yo llamo la “política estadounidense de cercenamiento de libertades”.

- Usted sostiene que la revolución y la independencia de los Estados Unidos fue un proceso que no terminó sino que continuó en los movimientos de la década del '60 de los derechos civiles, raciales y sexuales- y que hoy prosigue…

- A lo largo de su historia este país ha generado varios movimientos reformistas. Muchos de ellos fueron para la conquista de derechos, aunque otros emergieron para negarlos.

Por ejemplo, en la toma y conquista de las tierras pertenecientes a los pueblos originarios, esclavizando a los africanos, denegando los derechos de la mujer al voto, o bien la famosa Acta de exclusión a los chinos. Estos no fueron derechos negados sino que tuvieron un marco legal que los amparó.

- ¿Se puede imaginar un futuro en el que los Estados Unidos sea un poder global menor, ex imperial como España o Inglaterra?

- Espero que los Estados Unidos deje de ser un Imperio alguna vez para transformarse en un actor global más del concierto de países. Con el poder viene la responsabilidad. Yo espero que los Estados Unidos tomen seriamente esta responsabilidad para colaborar en sentidos positivos, como una nación entre otras naciones.

Deseo que mi libro, “Historia de los Estados Unidos. Una nación entre naciones”, y otros textos pongan a los Estados Unidos en un contexto global y ayuden a los estadounidenses a comprenderse un poco más como parte de la “aldea global” y no por afuera.

Como una nación más entre otras naciones, no “más allá” de otros pueblos. El tratar a los Estados Unidos como un “caso entre casos” espero que tenga un efecto.

- ¿Cuáles serían entonces las características de la identidad nacional de los Estados Unidos?

- Creo que actualmente existe una crisis de identidad nacional en los Estados Unidos. Una profunda división entre liberales y conservadores, demócratas y republicanos. Están divididos en relación al uso de su poder en el mundo, en muchas cuestiones civiles y sociales, si el país necesita mayores niveles de igualdad económica o no.

Hay fuertes diferencias, también, en el tipo de Estado que se quiere y se necesita, en el nivel de intervención que debe tener en los distintos ámbitos de la vida social y económica.

La historia estadounidense, desde otra perspectiva, en el libro de Bender.

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