La Corte provincial ordenó que se realice un nuevo juicio -será el tercero- por la violación y brutal asesinato de la joven sanrafaelina Paula Toledo (20).
Trece años después del imborrable crimen, el fallo del máximo tribunal provincial va un paso más allá y ordena que se investigue a jueces, fiscales, forenses y policías que trabajaron en la investigación, que tiene "graves irregularidades".
"Espero que esta vez se haga justicia. Quiero que se agregue premeditación, alevosía y torturas. Este crimen no puede quedar impune", dijo ayer Nury Ribotta, madre de Paula Toledo, quien llegó ayer desde el Sur hasta al cuarto piso de Tribunales para conocer la novedad, junto con otros familiares y amigos, entre los que estaba Miriam Medina, madre de Sebastián Bordón.
El fallo de la Corte firmado por Omar Palermo, Mario Adaro y Julio Gómez establece que se juzgue a los cuatro imputados: Alejandro Echegaray, Víctor Echegaray, Iván Gauna y Marcos Graín.
Los tres primeros fueron sobreseídos por el beneficio de la duda por la Primera Cámara del Crimen (integrada por Domingo Mauricio, Mario Giambastiani y Eduardo Orozco); en tanto que Graín, después de estar prófugo, fue absuelto por los jueces Ariel Hernández, Rodolfo Luque e Isidro Peña por falta de pruebas, en el segundo juicio por la muerte de Paula.
De esta forma, la Corte aceptó los pedidos realizados por el abogado de la familia de la joven, Arturo Juri, y por el fiscal sureño Norberto Jamsech, quienes pidieron la anulación de los dos primeros debates.
Investigadores investigados
"El otro aspecto importante del fallo es que la Corte ordena que se investiguen presuntas irregularidades que se habrían registrado durante la investigación.
Concretamente indica que, inicialmente, se descartaron elementos fundamentales como material genético de material de la víctima -se dice que el cuerpo fue lavado antes de realizarse la necropsia-.
Además, no se realizaron estudios comparativos de sangre para vincular a los imputados con la escena del crimen, desechándose luego las muestras.
Tampoco se inspeccionó la vivienda donde se habría abusado y asesinado a Paula y por lo tanto no se secuestraron elementos claves para la investigación.
Por último, la Corte señaló que buena parte de los elementos decomisados por la investigación fueron destruidos y hasta donados, antes de que se realizara el juicio contra Graín.
En 2003, "Pauli", una chica de familia humilde que asistía a una escuela artística, salió de su casa para reunirse con unos amigos. Al día siguiente su cuerpo apareció en una acequia de la calle Victorino de la Plaza, a 400 metros de avenida Balloffet, en el barrio El Sosneado de San Rafael.
Estaba semidesnuda, boca abajo, rodeada de basura y bolsas de plástico y en un primer momento fue muy difícil identificarla.