Stoppel, el apellido de una mansión

Fue uno de los hombres más acaudalados de la provincia. Empresario de carruajes, fue también diplomático y político con gran ascendente en la “alta sociedad”. Construyó un edificio fastuoso en las “afueras” de esa aldea conocida como Mendoza.

Stoppel, el apellido de una mansión
Stoppel, el apellido de una mansión

Desde hace algún tiempo, la antigua mansión en donde funcionó la Dirección del Menor se está restaurando. Se instalará allí un centro cultural que albergará una parte de las obras del pintor mendocino Carlos Alonso.

Pero detrás de todo esto se esconde la figura de su dueño y artífice de aquella impresionante casona ubicada en plena avenida Emilio Civit, al 348 de Ciudad. Se trata de Luis Stoppel quien fue empresario, político y diplomático.

El sello de un hombre

Luis Stoppel, nació el 7 de julio de 1862 en la capital de Chile, su apellido era de origen alemán y tiempo después, llegó a nuestra provincia con sus padres en donde se radicó. Luego de su adolescencia, Luis se inició en las actividades comerciales. Su empresa se basó en la construcción de carruajes de todo tipo, pero especialmente los coches de paseo.

Con solo 23 años, ya era un acaudalado hombre gracias a su habilidad como empresario. El 16 de abril de 1885 durante la Exposición Interprovincial de Comercio e Industria, su empresa de carruajes, única en toda la región, fue premiada con la medalla de oro, por sus excelentes coches.

En 1894, junto a su socio Federico Witestein, crearon una empresa de transporte de pasajeros en la cordillera. Su itinerario era Punta de Vacas, Puente de Inca, Las Cuevas y desde allí a Chile haciendo combinación con el Ferrocarril Trasandino en ambos lados de la cordillera, ya que el túnel internacional fue inaugurado en 1910.

Con este importante negocio, Stoppel, acrecentó su patrimonio y se posicionó entre hombres más importantes de la provincia, durante fines del siglo XIX. Además de este negocio, invirtió en campos y estableció una bodega en Maipú, que lamentablemente se  incendió.

El prestigioso empresario vivió gran parte de su vida en una casa ubicada en la antigua calle Suipacha 91-hoy avenida España- junto a su esposa Ana Strassburger y sus hijos.

En 1895, Stoppel intentó radicarse en la Capital Federal, vendió todos sus muebles y otras pertenencias pero en aquellos tiempos, resonaba la posibilidad de un conflicto armado contra Chile. Lo que lo hizo desistir, al asumir como vice-cónsul del país trasandino.

Diplomacia y filantropía

Entre otras actividades industriales y comerciales, Stoppel también participó activamente en una importante sociedad filantrópica y filosófica de aquel tiempo. Fue precisamente en esa asociación que junto a otros mendocinos donaron importantes sumas de dinero para obras de caridad, manteniendo siempre el anonimato.

Además, Stoppel se destacó en política. Fue electo como concejal de la municipalidad de la Ciudad de Mendoza en varios periodos y en dos ocasiones obtuvo el cargo de Vicepresidente y Presidente del Honorable Concejo.

Apreciado por una parte de la alta sociedad mendocina, ocupó además otros cargos en diferentes instituciones como la Asociación de Residentes Chilenos en nuestra provincia.

Pero uno de los mayores puestos que pudo aspirar este gran empresario fue el de Vice cónsul de Chile en Mendoza, quien se dedicó de lleno a esta función por varios años, generando además un importante vínculo de amistad entre nuestra provincia y el país vecino.

En a fines de diciembre de 1938, Luis Stoppel, junto al entonces Cónsul de Chile, Armando Moock fueron, los que recibieron la visita a Mendoza del ex- Presidente chileno, el general Carlos Ibañez quien por aquel entonces era el líder del partido de la Alianza Popular Libertadora. Una importante comitiva almorzó con el ex-mandatario en el hotel Imperial de nuestra ciudad.

Además, Stoppel, fue por muchos años cónsul del Perú y cumplió importantes misiones diplomáticas entre ambos países.

Una casona con historia

Por aquellos años, pocas construcciones se realizaban por entonces en la zona oeste de la Nueva Ciudad, la cual empezó a lotearse y desarrollarse recién a principios del siglo XX.

En la futura avenida Emilio Civit, comenzaron a construirse fastuosas mansiones que se orientaban hacia el entonces Parque del Oeste. Fue así que Luis Stoppel inició la construcción de su nuevo hogar, a cargo del genovés Víctor Babino, quien desde 1902 había llegado a Mendoza para radicarse.

La faustosa obra llevó más de dos años en su construcción y en 1912 quedó finalizada.

Entre otros gastos, se tuvo que pagar la extensión de la red de agua potable para dotar de este servicio a su residencia.

El 22 de julio de 1947, a los 85 años de edad, el empresario falleció y sus restos fueron sepultados en el cementerio de la Capital.

Dos años después de la muerte de Stoppel, la mansión fue adquirida por Gobierno de la Provincia para ubicar allí el entonces Patronato de Menores.

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