Stiuso acusó a Cristina de intentar matarlo

El ex jefe de Operaciones de los espías denunció que la ex presidenta atentó contra su figura y la del también ex SIDE, Francisco Larcher. Fue en 2013.

El 29 de febrero de 2016, el ex Director General de Operaciones de la hoy llamada Administración Federal de Inteligencia (ex SIDE), Antonio Horacio Stiuso, amplió su declaración como testigo en el caso que investiga la muerte de Alberto Nisman.

Primero presentó un escrito, en el que dice que ratifica todo lo dicho en su primera exposición en el expediente, y aclara que redactó ese texto a modo de “reseña histórica”, en el que avisaba que estaba dispuesto a responder preguntas después. Habló durante 17 horas.

El Gobierno de los Kirchner lo había involucrado en la trama de la muerte del investigador del caso AMIA, a la vez denunciante de la ex presidenta Cristina Fernández y su Gobierno por posible encubrimiento de los acusados por la Justicia de ser los autores del mayor atentado de la historia de la Argentina. La declaración de Stiuso se guardó en una caja fuerte. Su contenido es impactante.

El espía -según él, ese oficio no se deja nunca-, contó bajo juramento que “en marzo del 2013” Cristina Fernández le ordenó “en una entrevista personal” al ex intendente del peronismo bonaerense Mario Ishii “que debía “sacarle de encima a Javier Fernández” (auditor de la Nación, señalado como interlocutor gubernamental en los tribunales federales), “a Larcher” (subsecretario de la ex SIDE) “y a Jaime Stiuso”. El propio “Jaime” acusó a los funcionarios K de haber intentado cometer contra él, y los demás nombrados, incluido Nisman, ofensivas “criminales”.

Mario Ishii era a mediados del 2013 el jefe territorial del partido bonaerense de José C. Paz, del que había sido intendente. Fue senador provincial y tras las últimas elecciones volvió a ser el jefe comunal de su localidad, una de las más pobres de Buenos Aires.

Stiuso denunció los ataques “criminales” que, según él, fueron ideados por “Cristina Fernández”, en el escrito presentado ante la primera jueza del caso, Fabiana Palmaghini. Afirmó que tanto él, como Nisman, Fernández y Larcher fueron víctimas, desde “mediados del 2012”, de “diversos ataques y/o intromisiones ilegales, que a la distancia pueden unificarse y advertir en todos ellos un designio criminal”.

Según Stiuso, el tema “tomó estado público a través de publicaciones periodísticas”. Y aseguró, siempre bajo juramento, que “la reunión en la que se le hizo ese encargo a Ishii fue confirmado por algunos secretarios privados de la Presidenta”. No dio nombres al respecto.

Esa causa, denunció Stiuso, fue "armada". El ex jefe de los espías agregó que él mismo quedó involucrado como posible partícipe del secuestro del Enrique Severo, testigo del caso del asesinato de Mariano Ferreyra, del que después la Justicia o desligó.

“Me pregunto: ¿qué hubiera pasado si el juez emitía las órdenes de detención y allanamientos? Respondo: hubiera sido ejecutado por la fuerza de seguridad asignada… así terminaría ocurriendo con Pedro Viale”.

Stiuso contó además que el dueño de la financiera Propyme, Guillermo Greppi, relacionado con el ex secretario Legal y Técnico K, Carlos Zannini, se le acercó en un bar para decirle que su hija más chica era “linda” y que debía cuidarla “porque nos la podían robar”.

Stiuso dijo ante la Justicia que fue por todo este conjunto de acciones, sumadas a declaraciones públicas de funcionarios K en su contra, que decidió salir del país: pidió asilo político en los Estados Unidos.

En diciembre del 2014, la ex presidenta renovó las autoridades de la ex SIDE. Los nuevos jefes pasaron a ser Oscar Parrilli (interlocutor de uno de los imputados por Nisman en su denuncia por el caso Irán, Luis D'Elía); y el subsecretario designado en lugar de Larcher fue Juan Martín Mena, uno de los redactores del pacto con los persas. Stiuso fue despedido de su puesto. El final de su escrito termina con esta frase: “Estoy seguro que a Alberto Nisman lo mataron”.

Inteligencia contra la Casa Rosada

Stiuso describió un escenario de disputas cruentas entre los servicios de Inteligencia y la Casa Rosada desde que la ex Presidenta decidió que impulsaría el Pacto con Irán hasta que fue declarado inconstitucional. Stiuso dice que la Casa Rosada le ordenó al entonces No. 2 de la ex SIDE, Larcher, que su organismo no trabajara más en el caso AMIA.

Después de eso -declaró- balearon a Fernández. Nisman y él recibieron amenazas. Uno de los espías que trabajaba bajo su supervisión desde 1980, Pedro “El Lauchón” Viale, fue ejecutado en un operativo policial ordenado por un juez.

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