Sin oro, Delpo deja Río con juego de top 10

El tandilense llegó con pocas expectativas y hasta pensó en retirarse por sus constantes lesiones, pero demostró que volvió a poder jugar un tenis de alto vuelo.

No se fue bañado en oro, pero sí con la certeza de sentirse uno de los mejores del mundo otra vez.

Juan Martín Del Potro, el tenista al que una serie de lesiones en ambas muñecas le truncaron la carrera en su mejor momento, cerró su inolvidable actuación en los Juegos de Río con una medalla de plata, algo impensable al inicio del tenis olímpico.

En buena ley, el británico Andy Murray ganó el oro 7-5, 4-6, 6-2 y 7-5 en una final de cuatro horas en el estadio Olímpico de Tenis.  Penas al margen, el gigante de 1,98 metros regresa a su Tandil natal habiendo exorcizado el dolor.

Y otra vez poderoso en el saque y golpe con la derecha, aquella que lo llevó al cuarto lugar del ranking mundial. No hace mucho, a principios de febrero de este año, Del Potro les anunciaba a sus seguidores que volvería a jugar en el torneo de Delray Beach.

“Uno llegó a pensar en bajar los brazos. Ojalá mi vuelta sea con éxito. Estar en una cancha de tenis de nuevo para mí ya es un gran logro”, había dicho tras la última de una seguidilla de cuatro operaciones de muñeca, tres de ellas en la izquierda.

El 141 del mundo, con apenas un puñado de partidos en el circuito, llegó a Río con una invitación de la Federación de Tenis Internacional obtenido a último momento gracias a ranking protegido y la participación en la serie ante Italia por cuartos de final de la Copa Davis en julio.

Había planeado una reunión con asado cuando el sorteo sentenció que debutaría nada menos que con su amigo y mejor tenista del mundo, Novak Djokovic. Cuando vi el sorteo, lo que pensé fue en el asado que me iba a comer en Tandil", dijo. Pero derrotó al número 1 en dos sets que se decidieron en el 'tie-break' y fue tomando confianza, partido tras partido, pese a que el cansancio se acumulaba.

"Las piernas ya no me dan más, pero el aliento de la gente como que me hace correr más", dijo tras derrotar a Rafael Nadal en la semifinal sobre el apoyo de los argentinos durante el torneo de Río. "Y ahora voy a poder pensar en el asado que me comeré en Tandil, pero con la medalla al cuello", añadió antes de enfrentarse a Murray.

Después de Djokovic pasaron el portugués Joao De Sousa, el japonés Taro Daniel y el español Roberto Bautista-Agut.  Ayer, el segundo game de 14 minutos -en el cual Murray quebró servicio- dio cuenta de la final que se venía. Puntos largos, con el tres del mundo tomando la iniciativa y moviendo al argentino de un lado al otro de la cancha, buscando gastarle las piernas y apuntándole a la izquierda operada.

La mirada al cielo pidiendo fuerzas a su hermana mayor Guadalupe, fallecida en un accidente cuando ambos eran pequeños, Del Potro metió 11 tiros ganadores, tres de ellos con la zurda, para igualar la partida, antesala de serie ante Gran Bretaña por las semifinales de la Copa Davis en Glasgow, Escocia, del 16 al 18 de septiembre.

El británico, ganador de tres Grand Slams, embolsó el tercer set con 89% de puntos ganados con primer saque e imbatible cada vez que fue a la red ante un rival que no enfrentaba desde 2013.

Quiebre va y quiebre viene, el aliento ensordecedor de los argentinos al grito de "olé, olé, Delpo,Delpo" y el ondear de las banderas albicelestes impulsó la reacción de Del Potro para ponerse 5-4 arriba y con saque para ganar el cuarto set.

Entonces llegó el momento más escandaloso de la noche: un espectador argentino le gritó a Murray en medio de un punto, que el británico perdió. Enseguida la seguridad se llevó a dos hinchas argentinos mientras medio estadio les gritaba "¡maricones!".

El británico, apoyado por los brasileños en las tribunas, sobrevivió al mal momento y con más resto físico le bajó el martillo a la final. El abrazo que le dio el británico en la red no fue un saludo de cortesía, sino de bienvenida al tenis grande otra vez. Fue el broche perfecto para la noche: un abrazo del alma entre un argentino y un británico.

Juan Martín del Potro, tenista: "Por algo no abandoné el tenis"

Juan Martín Del Potro hizo historia en los Juegos Olímpicos de Río y, aunque el color de la medalla que se colgó fue plateado, el tandilense sabe que lo conseguido quedará por siempre en los libros.

“Me llevo algo que no me importa el color. Soñé con esto antes de venir y no lo puedo creer. Me llevo la de plata pero considero que tengo el oro”, tiró La Torre, emocionado, y recordó cuando estuvo cerca de dejar el tenis.

“No solo me sorprendí a mi mismo, sino al torneo, al mundo del tenis con el nivel que mostré. Por algo no abandoné el tenis, de arriba me tenían preparado esto”, sostuvo.

Delpo le agradeció especialmente a la gente, apoyo constante a lo largo de todo el torneo.

“Hemos trascendido el tenis. Desde las tribunas, las grandes finales que jugamos, no sé como aguanté cuatro horas después del partido que jugué con Nadal. Me emocionaron mucho todos los días. Me quiero volver a la Argentina para disfrutar con la gente”, agregó. Además, Juan Martín elogió a Murray, su rival en el partido decisivo: “Es un gran campeón, muy inteligente para jugar, no puedo pedir más, fue más que un sueño. Fuimos dignos de una final olímpica. Dejamos todo adentro de la cancha. No me quedaba más energía. Muy cansado desde el primer set, las piernas no respondían.

La gente me ayudó a sacar fuerza de donde no sabía que tenía. Me gustaría seguir demostrando y vivir estas emociones únicas más seguido”. Eterno, Delpo.

Rafa Nadal se quedó sin el bronce

Si habrá sido duro el torneo masculino de singles de los Juegos Olímpicos que un competidor inmenso como Rafael Nadal se tuvo que ir sin siquiera conseguir una medalla.

El español, quien en Río volvió a jugar por primera vez desde que en mayo tuvo que bajarse de Roland Garros por problemas en su muñeca, protagonizó una espectacular reacción en el segundo set ante Kei Nishikori, pero aún así se fue derrotado por 6-2, 6-7 (1-7) y 6-3.

El japonés se fue con la medalla de bronce y Rafa se quedó afuera del podio. La historia venía muy fácil para el asiático, que sacaba 6-2 y 5-2 aprovechándose de un rival que parecía extenuado, como pagando el precio por la larga semifinal que perdió contra Juan Martín Del Potro. Pero nunca se puede dar por muerto a Nadal.

Con dos quiebres consecutivos, revirtió la desventaja y forzó un tie-break en el que se impuso 7-1. En el tercer set terminó de quedar claro que Nishikori también está destinado a ser grande.

Se repuso del golpazo que había recibido, consiguió un solitario quiebre en el cuarto game y esta vez ya no hubo espacio para remontadas heroicas. El japonés clavó 6-3 en la chapa y se llevó un recuerdo para toda la vida.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA