Silvina Benguria: pinturas entre sueños

Por primera vez, la artista plástica contemporánea expone en Mendoza con una muestra individual en Solo Contigo Wines, en el Valle de Uco. Un recorrido que en palabras de la curadora Julieta Gargiulo expresa su mirada irónica, un canto a la vida poblado d

"No me importa tanto la anécdota sino el resultado plástico. Hago bocetos todo el día, ese es mi proceso, después los reviso y voy creando un mundo. Ahí está la idea virgen, pura. Mis dibujos son así de chiquitos, miniaturas. Después, cuando pinto, siempre surge el elemento sorpresa que me agarra por la mitad. Amo lo que hago", dice con su pelo rojo y su traje negro la artista plástica Silvina Benguria con la elegancia desplegada en un sillón color manteca ubicado en uno de los salones del Park Hyatt.

Los sillones, como la pintura, son refugios para esta creadora nacida en Buenos Aires, donde reside junto a su perro Toto y las pinturas que conquistan los espacios de su taller de Recoleta, donde además vive.

"Mi taller tiene un lugar para jugar a las visitas. Mi taller es mi casa. Se come en la cocina en invierno y en el jardín en verano. Soy una gran solitaria. Me encanta estar con gente, pero no me molestaría estar encerrada dos años sola", comparte la artista, reconocida por su trabajo y su trayectoria, por los viajes al exterior que han emprendido sus obras o por los doce años entre idas y vueltas que vivió en Roma, en un primer momento motivada por la Beca Francesco Romero que le otorgó el Fondo Nacional de las Artes y la Embajada de Italia en Argentina (1978).

Reconocida, también, por su residencia en Nueva York distinguida con la beca Pollock-Krasner Foundation y por las notables exposiciones que alimentan su historia como soñadora de formas, personajes y colores.

Los premios se suman al recorrido de Benguria, cuyas obras integran colecciones permanentes de museos del mundo: Primer Premio de la Bienal de Valparaíso, Primer Premio del Salón Nacional de Artes Plásticas o Primer Premio de Boca 100 años.

Es la segunda vez que llega a Mendoza. La primera fue convocada junto a un grupo de artistas de Buenos Aires para exponer en Killka. En otra oportunidad, el vínculo con la provincia surgió con el proyecto de Eliana Molinelli para transformar armas de la dictadura en obras de arte.

“Qué mujer divina, Eliana. Esa obra está en el Museo Universitario de Arte. Fue muy impresionante tocar esas armas que habían matado gente. En mi caso hice la Niña Guapa, una nena con cuerpo de muñeca que se animaba a desafiar a cualquiera”.

En esta oportunidad y hasta fin de año, Silvina Benguria es la autora de la exposición individual curada por Julieta Gargiulo en la Bodega SoloContigo, inaugurada recientemente en Tunuyán.

-En tu obra aparece con frecuencia la mujer empoderada…

-Siempre. Yo no sé si en mi vida pero en mis obras sí (ríe). No sé desde cuándo. Tengo ciertas imágenes y obsesiones que repito y no sé por qué. Más o menos sí porque conozco mi mundo propio, pero no me preocupo tanto por el tema sino por lo que transmite. Me interesa que la pintura no te sea indiferente.

En el caso de la muestra que presento en Mendoza, Julieta hizo una selección bien ecléctica. Me encanta viajar con mi obra. Cada vez que pasa es lo máximo. Es como si tuvieras 400 hijos y te los llevaras para que disfruten del mundo.

Hacía mucho tiempo que no salía.

-También hay mucho de onírico en tus pinturas…

-En el mundo onírico vivo y así me va. En mi imaginario hay mucho barco, mucho mar. Adoro el agua. Hay mucha figura que se esfuma. Es muy difícil que haga algo concreto. Mirá, te traje un catálogo del Museo Nacional de Bellas Artes del 2001. A este cuadro le puse “Pic nic” pero se podría haber llamado “Culo”.

Es muy difícil titular. “La Piu Bella” representa a los concursos de belleza, que me dan mucha gracia. Podés ser Miss Lúpulo, Miss Garbanzo, Miss Cualquier Cosa. Me parecen abominables, me parece que es vender a la mujer como mercancía, ¿viste?

Ese es un autorretrato. Yo era muy miope. Cuando me operé de cataratas tenía miedo de que todos mis cuadros fueron beige, marrón, y cuando pude ver bien y reconocí los colores brillantes, me emocionó reconocer que era lo que yo había querido pintar. Lo que es la mente, ¿no?

El amor de su vida Rómulo Macció, su madre Sarita, una pareja en Madison Square “operada por el mismo cirujano”, la pintura que adquirió María Elena Walsh, el hombre albino “casi fosforescente” que visitaba el mar de noche, animales, dinosauros, Mickey, aparecen en las obras de Silvina, trabajadas en lápiz y acrílico y que dice, reflejan un poco su historia. “Si me sacan la pintura me muero. Es como respirar.

Es el mejor refugio que puedas tener. Yo recuerdo que de chiquita alguien me preguntó qué quería ser de grande y yo dije pintora argentina. Creo que tardé en largarme, estaba atada a muchos prejuicios familiares que luego vencí, mis padres me decían que era un ambiente de mierda. El ambiente, esa palabra que me enferma, y que se pronunciaba con tanto desprecio”.

Para Benguria la raíz profunda del arte pasa por indagar en su interior y despojarse de lo que no quiere guardar. Ama, por ejemplo, “Guantes Azules”, una de las pinturas expuestas en Mendoza que revela su lado más nimio y representa un poco su vida. “Soy muy frívola. Me encanta vestirme y peinarme. Me encanta lo bello y creo que eso me completa”.

A su lado, Julieta Gargiulo sonríe y agrega que Silvina juega con la ironía y que su obra es un canto a la vida. También que en su producción acude a la figuración y a la abstracción en escenas donde el humor y la exuberancia aparecen e invitan a un viaje habitado por sus personajes y que esta vez, visitan el Valle.

El lugar de la muestra

Terry y Noel Neelands, empresarios canadienses, son coleccionistas y amantes del arte. Unidos además por la música y el vino establecieron en el Valle de Uco una bodega/casa con sala de arte donde se realizarán exposiciones.

La muestra de Silvina Benguria continúa abierta hasta el 30 de diciembre en Ruta Provincial N° 4, Km. 11, Tunuyán. Para coordinar una cita previa comunicarse al 261 3217777.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA