El Tribunal de Enjuiciamiento del Ministerio Público no logró salir ayer del atolladero en el que entró hace diez días a raíz de la renuncia de uno de sus miembros y el fiscal José María Campagnoli seguirá así suspendido en su cargo, aún cuando no tenga sentencia de destitución en el juicio político que técnicamente se cayó el viernes pasado, según su defensa.
Los seis miembros que siguen en el tribunal están empatados tres votos a tres en cómo resolver la cuestión. Ayer deliberaron a puertas cerradas durante casi cinco horas y no llegaron a un acuerdo. Por el feriado de mañana y por un viaje que debe hacer uno de ellos coordinaron para volver a reunirse el jueves 17 de este mes.
Los tres únicos integrantes del tribunal que en diciembre pasado habían votado en contra de llevar a juicio político a Campagnoli y, por ende, sí mantenerlo en su cargo, opinaron que el tribunal primero debe tratar la recusación que hizo la Fiscalía contra la incorporación del defensor oficial Leonardo Miño, suplente de la renunciante colega María Cristina Martínez Córdoba. Así habría siete miembros, un número impar y sin posibilidad de empate.
Estos tres miembros del tribunal son Adriana Donato (representante de los abogados porteños), Francisco Panero (por los abogados del interior) y el ex procurador general Juan Octavio Gauna (representante de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).
De acuerdo con fuentes judiciales, los otros tres integrantes del cuerpo se opusieron sin muchos argumentos y dijeron que ello debe tratarse de manera conjunta con las otras cuestiones suscitadas.
Es decir, si el que asume es Miño o el titular designado por la procuradora Alejandra Gils Carbó y la defensora general María Stella Martínez, el defensor ante tribunales federales de La Plata Nicolás Toselli.
Para la defensa de Campagnoli el juicio está técnicamente caído porque ya pasaron más de diez días sin audiencia y la ley indica que ello no puede ocurrir. Por eso pidieron la inmediata reincorporación de Campagnoli tanto en la fiscalía de Saavedra-Núñez como en la Unidad Fiscal de Delitos con Autor Desconocido (Ufidad).
Lo mismo opinó ayer por radio la diputada porteña Graciela Ocaña -uno de los 22 testigos que declaró ante el jury- pero fue malinterpretada y por Twitter circuló la versión de que Campagnoli había sido repuesto en su cargo.
Lo cierto es que a esa hora no había decisión alguna y el tribunal seguía empantanado. Pero una quincena de manifestantes, apenas munidos de un megáfono, carteles a favor de Campagnoli, pitos y cacerolas lograban que casi todos los automovilistas que pasaban por Avenida de Mayo al 700 tocaran las bocinas de sus vehículos en apoyo al fiscal durante unas horas.
La ley también dice que todas las deliberaciones del tribunal deben ser con sus siete miembros. Y que si uno de ellos no participó del debate y su suplente no estuvo en las audiencias, el juicio tampoco es válido.
Los abogados defensores de Campagnoli, el ex juez y ex diputado Ricardo Gil Lavedra y el también penalista Ignacio Irigaray, se reunirán hoy para definir la estrategia.
Una posibilidad era presentar un nuevo amparo ante la Justicia por la inédita situación. Pero no les darían los tiempos y esperarían hasta el jueves de la semana que viene.
El asunto es que este viernes dejará de presidir el tribunal el representante de la Procuración, el fiscal Daniel Adler, y debería asumir el de la Defensoría, pero no está definido si es Miño o Toselli.
Sin representante de la Defensoría, el turno sería para la abogada porteña Donato, quien eventualmente hasta podría tener un voto doble el jueves 17 y desempatar lo que no se pudo resolver ayer, es decir la recusación de Miño.
Campagnoli fue acusado por la procuradora Gils Carbó de haber incurrido en mal desempeño por haber investigado al empresario K Lázaro Báez. A favor del juicio político votaron esa vez Adler, Ernesto Kreplak (representante del Poder Ejecutivo), Martínez Córdoba y Rodolfo Ojea Quinta (por el Senado).