Competir entre el azúcar de caña y el jarabe de alta fructuosa es el objetivo del mosto de uva desde que el sector impulsa el proyecto para endulzar bebidas con jugos naturales, con la esperanza de que alguna vez el Congreso lo convierta en ley.
En ese tren, un estudio de Ubatec, una S.A que integra la Universidad de Buenos Aires y la UIA e impulsa investigación y desarrollo, confirma que con una rebaja impositiva del 28% al 3% para incentivar la sustitución de edulcorantes por mosto en las bebidas analcohólicas, la vitivinicultura podría facturar alrededor de $1.000 millones más.
Es una de las principales conclusiones del análisis sobre “Impacto Económico y Social en el mercado argentino de jugos de frutas, ante cambios en impuestos internos”, realizado por investigadores de Ubatec a pedido de Coviar (Corporación Vitivinícola Argentina).
Y que básicamente cuantifica la incidencia de la demanda comparativa de jugos naturales, bebidas y edulcorantes, en 4 escenarios: el actual (con impuesto interno del 8%), el que plantean el proyecto de ley Basterra (llevarlo al 28%), otro que plantea una reducción al 3% con uso de zumos naturales, y un cuarto con partes iguales de jugo de uva y manzana.
“Se trabajó sobre objetivos como bajar un 10% el contenido de azúcar, un incentivo fiscal de diez puntos y el uso de jugo concentrado de uva en una proporción del cinco a nueve por ciento” indicó Pablo Lara, uno de los autores del estudio cuyo diagnóstico le asigna un 56% de la generación de ingreso al proceso industrial .
Así las cosas, toma la actualidad del mercado de las gaseosas y aguas saborizadas, del azúcar de caña, del mosto y el jarabe de alta fructuosa. La proyección de los tres escenarios posibles muestra que, lejos de decaer, el consumo de bebidas se mantendría en el orden de los 4.500 millones de litros anuales, mientras que el azúcar, de algo más de 283 mil toneladas, treparía a casi 320 mil. Y como el gran beneficiado aparece el mosto, que de no abastecer a la industria de las bebidas superaría, gracias a la ley, las 65.500.
La contracara le corresponde al jarabe obtenido de la molienda de maíz. Un producto que, de las actuales 237.690 toneladas procesadas, por efecto de la transferencia de la demanda hacia los edulcorantes naturales caería a menos de la mitad (106.477).
Que el mosto, como commodity, genere Valor Agregado, es otro factor evaluado por la investigación de Ubatec. Según Lorenzo Basso, director del ente y ex secretario de Agricultura de la Nación durante la gestión de Julián Domínguez, “el concepto es que, de una semilla de soja, se llegue al biodiésel o a una milanesa.
Hacia tras, del poroto hay valor agregado también, porque la cadena no arranca ahí: hay una impronta enorme de los semilleros y técnicos en biotecnología. Debemos tratar de no vender sólo un commodity, sobre todo un producto que detrás tiene mano de obra intensiva, como el mosto”.
Como conclusión, Basso destacó que la introducción del mosto como edulcorante “no afecta a otra economía regional, como la azucarera. Todo lo contrario, la potencia. En segundo lugar, es clave para regular los excedentes de vino y evitar quebrantos. Y puede posicionarse frente al jarabe de fructuosa, que no genera beneficio regional y básicamente lo producen 3 empresas”.
La ruta de $1.000 millones
Pero tal vez el dato más relevante lo refleja el Valor Bruto de Producción, es decir, la facturación potencial. El análisis de Ubatec arroja una cifra concreta: $935 millones anuales puede reportarle al sector mostero la chance de captar la demanda de endulzante natural por parte de la industria de las bebidas.
El beneficio debe, de acuerdo al estudio, provocar un efecto derrame sobre la producción primaria, con un 51% de la superficie vitícola en manos de productores de hasta 5 hectáreas. Y sobre el empleo, que a cifras de 2013 muestra a una actividad que daba trabajo a casi 328.500 personas.
En términos de Valor Bruto, la mayor sustitución de jarabe por jugos naturales (también se cuenta a los cítricos, y manzana y pera), permite pensar que mientras los $121 millones que el producto más usado hoy genera, se retraigan a $65 millones, el concentrado de uva conquiste $206 millones.
En definitiva, que el mosto se posicione, gracias a la ley, con una porción del millonario mercado de las analcohólicas, que sitúa a Argentina no solo entre los países que más consumen sino también entre los mayores exportadores.