Este mismo estudioso de Kizanaro, la herramienta de software que permite analizar a los potenciales rivales con una base científica, es la misma persona que siguió a su equipo arriba de un árbol para dar indicaciones a los gritos ya que estaba suspendido y tenía prohibido ingresar al predio donde jugaban sus dirigidos. Y es, también, el entrenador que más rápidamente se esta abriendo camino dentro de la elite de los quince o veinte DT más referenciados que tiene el planeta fútbol hoy. Jorge Sampaoli prosigue su marcha ascendente y ya está inserto en las grandes ligas del mundo. El Sevilla se mantiene encumbrado dentro de las posiciones de privilegio en la BBVA española y los analistas coinciden en que Don Sampa es un técnico que encuadra en categoría de los ganapartidos debido a su lectura apropiada de los momentos de un encuentro y a los cambios de nombres que realiza con sus cambios sin necesidad de variar el sistema de juego.
Sampaoli patea los tableros del convencionalismo sin medir consecuencias. Los dos ejemplos citados al inicio de este texto lo enmarcan como si fuera un destructor de estereotipos y más en un ambiente como el futbolístico, tan teñido de formalismos protocolares que - más de una vez - han servido de un manto de impunidad para evitar que ilícitos dirigenciales queden en el centro de la escena.
El kizanarismo - valga el término - le viene desde que los ingenieros en sistema uruguayos Krikor Atarian, Ignacio Oliveri y Stéfano Samarelli crearon el sistema que aportaba alrededor de dos mil datos sobre los eventuales adversarios en el campo de juego. Ya en Sudáfrica 2010, el Maestro Oscar Washington Tabárez había recurrido a este recurso y los resultados estuvieron a la vista: semifinalistas de la Copa del Mundo, en aquél recordado equipo que formaban Luis Suárez, Diego Forlan y Diego Lugano, entre otros. En esa misma competencia, Marcelo Bielsa metió a Chile en octavos de final con su 3-3-1-3 habitual, un sistema que siempre cautivó a quien también apodan Sampaolillo. Su relación con el Loco fue y es respetuosa, pero sin que sea estrecha a pesar de que los dos son rosarinos e identificados con Newell's.
La anécdota con su trepada al árbol ocurrió cuando dirigía al Club Atlético Belgrano de Arequito, de la Liga Casildense y estaba sancionado por las autoridades de la entidad. La imagen fotográfica captada y luego publicada por el diario La Capital de Rosario provocó que desde el club rojinegro le llegara un ofrecimiento a Sampaoli para convertirse en el conductor técnico de Argentino de Rosario. A partir de allí se le abrió el horizonte internacional y pudo desarrollar su carrera en clubes de Perú, Chile y Ecuador. Entre éstos, su mejor campaña fue al frente de la U de Chile, al punto de haber sido semifinalista en la Copa Libertadores 2012, cuya serie perdió contra Boca Juniors. Tal mérito deportivo lo posicionó para desembarcar en la Selección de Chile, a la que supo coronar como campeona de la Copa América 2015 en aquella final ganada por penales al seleccionado argentino dirigido por Gerardo Martino.
Otro surgido en esas mismas tierras santafesinas es ni más ni menos que Lionel Messi, en cuyo entorno se asegura que el cinco veces Balón de Oro se sentiría sumamente cómodo si es que alguna vez le tocase ser dirigido por Sampaoli. El director técnico ya le hizo mimos en público cuando dijo: "Comparar a Messi con el resto es como comparar a un gran policía con Batman". La declaración, realizada en el programa de Jorge Valdano en beINSports recientemente se encadena con otra que le prodigó el año pasado. Allí, la prensa española marcó que Leo tendría en su nuevo contrato con el Barcelona la posibilidad de elegir entrenador, lo cual le daba al crack un margen de autonomía superior al que podría obtener en Manchester City o PSG, los dos clubes que estarían en condiciones económicas más fuertes de ofrecerle vestir su camiseta, dado que son financiados por los petrodólares de los jeques árabes.
Quien fuera entrenador de La Roja y Messi se enfrentaron en la final de la Copa América 2015.
La fuerza del interés de Leo también llegó en algún momento hasta la AFA. Está claro que la cabeza grupal en La Selección es Edgardo Bauza, pero también es claro que falta un año y medio para el Mundial Rusia 2018 y que - a su término - si al Patón no lo acompaña un resultado positivo, el cual sería dentro de los cuatro primeros al menos, se empiece a pensar desde Viamonte 1366 en el recambio. Y allí entrarán a tallar una lista de candidatos en la que hoy día asoman Diego Simeone y Sampaoli. Y éste quedaría en una situación de privilegio a partir del virtual apoyo de Messi, cuyo forma de juego seguramente se vería más beneficiada para el astro del Barca que presumiblente con la que pudiera dar el Cholo.
Lejos del cuidado de las formas, Sampaoli también supo situarse en el centro de la polémica con su visita a Pato Fontanet en la cárcel de Ezeiza. El DT es un admirador incondicional de las bandas Callejeros y Don Osvaldo, por lo que gestionó - exitosamente - una visita al penal bonaerense a fines del año pasado. Inclusive, un tatuaje en su cuerpo revela el fanatismo por el grupo de rock. A sabiendas de que su imagen podía verse salpicada por las esquirlas de la tragedia de Cromañon, el entrenador concurrió a visitar al cantante y se sacó una fotografía junto al músico. "Cuando hablo con él, siempre saco muchas conclusiones. La verdad es que su grandeza es tremenda", expresó a la prensa tras la reunión. Una prueba más de que su personalidad está atravesada por hechos significativos y no modelada por el qué dirán, tan propio del ambiente futbolistico.
Estudioso de la Premier League, en la cual le gustaría dirigir por "su ritmo frenético de ida y vuelta", el técnico volvió a ganar centimetraje en la prensa inglesa luego de la desvinculación del italiano Claudio Ranieri del Leicester durante la semana pasada. Además, los dos clubes están disputando la serie de octavos de final de la Champions League y la ventaja está a favor de los españoles (2-1 en la ida). Sin embargo, el objetivo de Sampaoli está claramente puesto en el equipo andaluz, en el cual la legión argentina de jugadores le es absolutamente fiel. Gabriel Mercado, Luciano Vietto, Javier Correa, Matías Kranevitter, Franco Vázquez y Nicolás Pareja pueden corroborarlo porque se han potenciado futbolísticamente con su actual DT.
Parafraseando el dicho popular - "el que se va de Sevilla pierde su silla" - la actitud del argentino es la de evitar que se quemen etapas. Cumplirá 57 años en pocos días y siente que el candidateable en un futuro para encargarse del seleccionado argentino. Sabe que tiene el apoyo de Messi, también. Casi nada...casi todo.
El uno y el otro se prodigan una admiración mutua. Los caminos se van acortando.
