En los meses previos a que el fiscal Santiago Garay lo acusara por delitos contra la administración y ordenara su detención, el ex intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado (FpV), abrió cuentas bancarias a nombre del municipio en tres entidades privadas, pero algunas de ellas no figuran en la contabilidad de la comuna.
“No está claro cuál fue el motivo por el que Salgado decidió, a nombre del municipio, operar con bancos privados y cerrar la cuenta en el Nación, que históricamente ha sido el agente financiero de la comuna”, señaló el secretario de Gobierno, Walter Fredes: “Pero mucho más irregular resultan las dos cuentas que habilitó sin ningún permiso ni registro en la comuna”.
En el último semestre al frente del municipio, Salgado abrió cuentas a nombre de la comuna en tres bancos: el Credicoop, de Rivadavia; el Santander Río, de San Martín y en una sucursal del Francés, en Capital. En declaraciones a Los Andes, en agosto, Salgado aseguró que su objetivo era conseguir financiamiento, incluso en descubierto, para hacer frente al creciente atraso en los sueldos que padecía su comuna.
Y aunque según marca la ley, cada nueva cuenta debe autorizarse con un decreto, Salgado habilitó una segunda cuenta en el Francés y Santander Río, de las que no existe decreto ni información en Contaduría.
“Usaron el mismo decreto para abrir dos cuentas, una de la que hay registro y otra de la que no hay información”, explicó Norma Trigo, presidente del Concejo a cargo de la comuna y siguió: “A partir de allí han existido transferencias de la cuenta oficial a la fantasma en una situación irregular, que la Justicia también está investigando”.
Encadenadas con estas cuentas fantasmas, se encontraron dos chequeras en blanco, pero con las firmas de Salgado, de su Tesorero y del jefe de Hacienda: “Tenemos cheques de vuelta de esas cuentas e incluso hemos encontrado tres cheques anulados por $379.000 de los que no hay registro contable”, agregó Fredes.
Una de las hipótesis más firme de la Justicia, indica que Salgado abrió segundas cuentas, tanto en el Río como en el Francés, para desviar dinero oficial y emitir cheques sin control administrativo de la comuna.
“Se trata de una irregularidad muy grave y habrá que ver por qué los bancos aceptaron una segunda cuenta de la comuna sin un decreto municipal que las autorice”, opinó el concejal demócrata Antonio Ponce.
En junio, se presentó los resultados de la auditoría. Una de las primeras medidas que tomó Trigo fue cerrar las cuentas que la comuna tenía con entidades privadas y retomó la relación con el Nación, que volvió a ser el único agente financiero con el que opera la comuna.