Rousseff, más cerca del juicio político

Dilma Rousseff sufrió, antenoche, un nuevo golpe que agrava el cuadro político brasileño. El Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) dictaminó que durante su primera gestión (2011-2014), la presidenta usó mecanismos contables que violan la ley de responsabilidad fiscal.

El Tribunal aprobó en forma unánime ese rechazo y ahora deberá ser el Congreso el que votará si acuerda o no con ese parecer. Este paso será determinante para crear las condiciones de un futuro pedido de juicio político.

En los próximos 40 días debe formarse la comisión mixta del Parlamento que analice la opinión del TCU. Luego tendrá otros 10 días para llevar las conclusiones al plenario de los congresistas.

En síntesis, según evaluaron parlamentarios, recién en febrero se haría la votación definitiva.

Ocurre que ésta es la primera amenaza seria que sufre Dilma sobre su mandato actual; eso a pesar de que el caso crea un desequilibrio respecto de los anteriores presidentes: ni Fernando Henrique Cardoso ni Luiz Inácio Lula da Silva tuvieron sus cuentas rechazadas, a pesar de que tampoco cumplieron con esa ley y cometieron los mismos errores que la presidenta Rousseff.

Tras conocerse el dictamen del Tribunal, la oposición volvió a agitar la idea de juicio político contra la mandataria.

“No hay nada contra mí, no puedo pagar por aquello que yo no hice”, dijo Rousseff a personas de su confianza luego de asistir a la sesión del Tribunal. Según el tribunal, que es órgano consultivo del Congreso, Rousseff destinó fondos a planes sociales pero no los computó como gastos, algo que popularmente se conoce en Brasil como “fintas fiscales”.

El fallo del TCU fue un nuevo revés para la administración del Partido de los Trabajadores (PT), por lo que Rousseff citó a sus 31 ministros a una reunión de urgencia a las 16 de ayer.

El ambiente era tenso entre ministros y dirigentes del PT en Brasilia, capital administrativa y centro del poder político.

“La oposición salió fortalecida con el fallo del Tribunal de Cuentas. Es un hecho concreto y es la función de ellos sacar partido a esa realidad”, admitió ayer el senador Delcidio Amaral, del PT y jefe del bloque del gobierno en la Cámara Alta. “El gobierno tiene que salir de las cuerdas. Tenemos que evaluar qué ocurrió en estos días en el Tribunal de Cuentas y en el Congreso”, agregó el congresista.

Con un fallo contrario en el Tribunal de Cuentas y sin mayoría en el Congreso, el gobierno de Rousseff expresa un momento de vulnerabilidad a sólo 10 meses de haber comenzado su nueva gestión.

A esto debe agregarse que también esta semana el Tribunal Superior Electoral votó por mayoría reabrir una investigación sobre presunto financiamiento ilegal de la campaña de 2014 en la que Rousseff fue electa al superar en balotaje a su rival Aécio Neves, del opositor Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB).

Pese a que la frustración predominaba ayer en el Palacio del Planalto (sede presidencial), el clima era de optimismo en el PSDB y otras agrupaciones opositoras ante la posibilidad, ahora más cierta, de que se pueda enjuiciar a Rousseff.

“Obviamente”, el PSDB va a “apoyar” un eventual pedido de juicio político contra Rousseff, afirmó ayer el senador y ex candidato presidencial Aécio Neves, derrotado por pequeño margen en 2014. La salida de Rousseff del gobierno es “lo que piensa no sólo el PSDB sino más del 60 por ciento de los brasileños, y la recomendación dada ayer por el Tribunal de Cuentas agrava mucho la situación de la presidenta”, acotó Neves.

La oposición consideró que esa política de fuerte gasto público apoyada en “ilegalidades" tenía como único objetivo mejorar la imagen de Rousseff de cara a las elecciones de octubre de 2014.

Fuentes: CC y Agencia Télam