La bomba explotó. Después de la última propuesta que el Gobierno hizo a los gremios, el ministro de Salud, Matías Roby, quedó mal parado. Es que él era el principal opositor a eliminar el tope de 5.500 pesos de aumento a quienes más ganan dentro del sistema de salud público.
Pero su rechazo no alcanzó y finalmente se aceptó, como pretendían Ampros y ATE, no fijar ningún límite. Así, el Ejecutivo logró que se levantara el acampe frente a la Legislatura horas antes del discurso de Francisco Pérez ante la Asamblea Legislativa, aunque el paro sigue.
Ayer, el ministro Roby, acorralado, puso una nueva condición y amenazó con renunciar si no se cumple. "Yo me manifesté desde el primer momento como defensor de no devolver los días no trabajados, que es lo que los gremios, en principio, estarían poniendo como condición para tratar la propuesta que le acercó el Ministerio de Gobierno. Yo estoy convencido que entregar y devolver los días no trabajados es entregar la gobernabilidad y firmar el certificado de defunción del sistema sanitario de Mendoza, con lo que no seré yo quien lo haga. Estoy convencido de que el Gobernador no va a ceder", declaró a la radio Mdz.
Roby es un médico con alto perfil mediático, amigo de Pérez desde la adolescencia. Este vínculo lo llevó en enero a conducir Salud y ayer dejó en claro que no concuerda con la postura dialoguista del vicegobernador Ciurca y el ministro de Gobierno, Rodolfo Lafalla. Por eso amenazó y a la vez condicionó a su jefe y amigo: "Si los días no trabajados se devuelven, yo me vuelvo a casa".