Vos llamás.
- Hola, ¿Iorio?
- No, el vecino.
- Ah, disculpá, me dieron este número para una nota.
- Está bien, es acá. Ya le mando la paloma. Esperá.
¿Dijo "paloma"? ¿Iorio es colombófilo? Capaz. ¿Y cómo hacés en Sierra de la Ventana si no tenés señal? Algo de cría de animales, seguro. Asados, a morir. Fácil imaginar así al líder del heavy criollo.
Unos minutos y se corta el divague. La voz del Almafuerte, agitada por la caminata veloz, suena potente en el teléfono.
- Llamamos de Mendoza, sí. Sacáme una duda primero, Iorio. ¿Te trajo una paloma?
- Sí, como no hay señal ya hemos desarrollado un sistema con los amigos de acá: me mandan una paloma amaestrada, tengo un perro que ladra cuando la ve, ahí me entero de que me están llamando y vengo al toque.
Hace años, Iorio se compró un terrenito en Sierra de la Ventana, unas 2 hectáreas en la costa este de Laguna Guatraché. Quería cumplir el sueño de tener las montañas cerca. Quería, también, salir de la jungla de concreto y las falacias de su confort. Los vecinos rurales no le daban ni quince días. Pero se enamoró.
“Será para criar pájaros”, dicen que dijo en el momento en que decidió instalar la casita, “y esto va por los que cacé cuando era chico”, agregó.
Ahora aclara que tampoco es un lugar muy lejano e inhóspito y que muchos lo vienen a visitar. “Justo ahora llegó un amigo de La enramada”, precisa.
- ¿Y qué hacés, diariamente?
- Ando por los montes, trato de escribir el tierra adentro...
Dicho de otro modo: cría aves y escribe canciones.
Cosecha tu siembra
“Yo soy mi estado, mi patrón y mi íntimo dios”, asume con los graves de un payador retirado. Un tono más maduro que el que usó cuando desató esa polémica más de una década atrás, cuando le dijo a la revista Rolling Stone: “si vos sos judío no me vengas a cantar el himno” (declaración que derivó en una demanda del INADI), o cuando participó en el disco “30 mil gritos”, en el que se musicalizaron poemas de detenidos-desaparecidos y luego se mandó una canción en homenaje a uno de sus victimarios, un torturador confeso, Mohamed Alí Seineldín.
A los 52 años, después de 22 discos y mil colaboraciones, Iorio sigue aformando su credo metalero-patriótico sin dejar de avistar el horizonte: “Nos rompió el culo la tecnología. Ya nadie compra un disco. Pero para nosotros es una especie de manera de vivir, de convicción. Yo gasté todos mis ahorros en un disco. Uno no es un músico por las minitas. Lo que nos importa es nuestra nación. ¡Pero cómo hacemos con los beneficiones que sacan unos Calle 13, esos hijos del Embajador de Puerto Rico, que propician la maternidad infantil!”.
La médula de lo nacional, para Iorio, está obviamente en el metal pesado, ahí donde todo músico "es mi compañero de trabajo". Pero del otro lado están los sellos que no les dan cabida a los grupos de acá.
"Si no creyese en otra vida....", exahala pensando en su idea de la injusticia.
- ¿Qué sentiste con la muerte de Omar Chabán?
- Ah...Lo vi bien la última vez que lo visté. Le llevé unos dulces caseros. Ese tipo era Cristo: jamás bebió, jamás fumó. Pasa que se le dio vuelta la taba. Fue una tragedia, habrá sido tal el nerviosismo.
Es la persona que me dio trabajo, que me dio de comer.
Flashback: Durante su adolescencia, Iorio ayuda a su padre en el reparto de papas, por eso en el mercado le ponen el apodo de “Papero”.
Conoce a Ricardo Chofa Moreno (su futuro compañero de V8) a los 16 años, un invierno del ‘78, durante una proyección de la película “La canción sigue siendo la misma” de Led Zeppelin. Cuando los primeros shows de V8 y Riff inauguran la cultura heavy local, Iorio se alza como líder de la poesía cruda.
De vuelta al presente, desenrosca: “Me revienta que en la radio difundan música de Centroamérica con una onda ‘unión latinoamericana’. Que vengan argentinos tocando música de jamaiquinos, que son ciudadanos británicos en realidad. Que vengan de Puerto Rico a hablar sobre los desaparecidos. Y los músicos de acá, ¿qué? ¿Cómo se explaya el hombre con sentimientos musicales nacionales?”.
En su último disco, “Trillando la fina” (que en código rural significa “cosechando tu siembra”, canta su pena: “Soñando que las radios AM pasan mi canción y nunca sucedió”.
- ¿En qué creer entonces, Iorio?
- Uf, si yo no creyera en otra vida ya no sería yo.
Latidos poderosos
"No serán hits, sino un puñado de composiciones de nuestra larga carrera", dice el cantante de Almafuerte hablando del show de esta noche. "Claro que con algo hay que calmar a las fieras", promete pensando en temas como Zamba de Resurrección, o Patria al hombro.
Iorio sigue considerando cada show como un intercambio adrenalínico. "Porque el día que no nos sintamos nerviosos para subir al escenario, es el día que nos bajamos para siempre".
Almafuerte es una banda argentina de heavy metal, creada poco tiempo después de la disolución de Hermética en diciembre de 1994. Su nombre es un homenaje al poeta argentino Pedro Bonifacio Palacios, más conocido por ese seudónimo.
A 2 años de la edición de su último material, “Trillando la fina” (2012), que llevó al grupo a realizar presentaciones por todo el país y culminó con el show en All Boys, ante unas veinticinco mil almas (2013), Almafuerte se convirtió en el exponente del heavy nacional.
Hoy, a punto de cumplir 2 décadas de vida, la agrupación creada por Ricardo Iorio en 1995, regresa a Mendoza con un show apto para todo público. Así, sigue recorriendo las rutas y sumando cada vez más adeptos. Con 9 discos de estudio y 4 en vivo, y aún fiel a los ideales de sus inicios, el proyecto logró trascender más allá del metal para formar parte del ADN del rock argentino.
Ficha
Almafuerte en Mendoza
Día y hora: hoy, a las 20 (puerta)
Lugar: Auditorio Ángel Bustelo (Virgen del Carmen de cuyo 610, Cdad).
Bandas invitadas: Infernales, Monos cómplicos, Rencor.
Entradas: anticipadas $180 en N8 Estudia (Godoy Cruz y Mitre, Ciudad); Moicano Rockería (Galería Caracol); Otra Vida (Galería Caracol); Siempre Deportes (Luján / Maipú); Mohs (Maxi Mall, L8. 9 de Julio 1455, Ciudad); Crazy Music (San Martín); Tele-fácil (Átomo, L5, Lavalle)