Qué es el hygge, el estilo de vida danés que promete la felicidad

La traducción literal es comodidad. Pero tiene una acepción más amplia que consiste en encontrar la felicidad en las pequeñas cosas.

Qué es el hygge, el estilo de vida danés que promete la felicidad

Los países nórdicos están en el podio del ránking de los más felices del mundo. Los países del norte europeo dominan la clasificación por reunir una serie de factores, como altos ingresos, asistencia sanitaria y social, buen gobierno, bajos niveles de corrupción de las empresas y las instituciones y políticas ambientales.

Pero no todo se reduce al plano económico, un método de crecimiento más inclusivo, equitativo, equilibrado y sostenible parece ser la clave de la felicidad.

De hecho, según indicó el director ejecutivo del Happiness Research Institute de Copenhague, Meik Wiking, "lo que funciona en los países nórdicos es una sensación de comunidad".

Para explicar su "dominio sostenido" en los primeros puestos a través de los años hay un término, introducido recientemente en el vocabulario cotidiano de los europeos: "hygge".

Si bien su traducción literal del danés es "comodidad", la palabra tiene una acepción más amplia: es un modo más "acogedor" de aproximarse a la vida, en el que reinan los pequeños gestos y los momentos compartidos.

Si se le pregunta a un danés qué significa "hygge" dirá que es "comer galletas de canela hechas en casa" o "sentarse frente a la chimenea con medias de lana y un suéter grueso, con una copa de vino y un buen libro".

Muchos países se están apropiando del término -que se pronuncia "hu-ga"-, pero especialmente de su filosofía, que tiene una nueva traducción: hallar la felicidad en las pequeñas cosas.

Las claves

1. Buscar un momento a diario para hacer lo que hace sentir bien solo o en compañía.

2. Organizar reuniones en casa.

3. Crear un ambiente propicio con velas, flores, música.

4. Evitar temas que generen discusión como la política y el trabajo. También hay que evitar los teléfonos y aparatos electrónicos.

5. Invitar pocas personas.

6. Pensar el menú. Elegir comidas típicas.

7. Tener en cuenta a los antepasados. Por ejemplo, usar la vajilla de la abuela.

8. Elegir la comodidad. Ropa cómoda, sillones, desayunar en la cama.

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