Puente roto

Por Jorge Sosa  - Especial para Los Andes

Un puente es una construcción que une dos orillas de algo, de un río, de un lago, de un camino, de una vía de tren. No creo que por esta definición me den el Pullitzer, pero bueno, de alguna forma tenía que comenzar esta nota.

Hay puentes famosos en el mundo como el Puente de Londres; el ponte Veccio en Florencia, el puente de los suspiros en Venecia y sobre el puente de Avignón todos bailan, todos bailan…etc.

En nuestro país también tenemos puentes famosos, el puente La Noria en Buenos Aires; el puente Zárate Brazo Largo; el puente Pexoa que no sé donde diablos está pero hicieron famosos Los Trovadores. Pero el puente más famoso en nuestro país es el feriado puente.

No es un invento viejo, es todavía una novedad, cae feriado el jueves entonces, como está tan cerca el sábado, ¿qué hace ahí un viernes molestando, ah? Cae feriado  un martes, pero entre martes y domingo está el lunes, pues hagámoslo a un costado como barrera en tiro libre. Y se crearon entonces los famosos feriados largos. No importa que no haya ocurrido algo notable en esos días signados por la feriadez, igual son feriados, por decreto de relajación y urgencia.

Y la cuestión resulta atractiva porque tener cuatro días para rascarse el pupo, por no mencionar otras frutas, es algo que tiende a ser reparador, a amortiguar un tanto el resultado del trajín cotidiano que a veces resulta más pesado que tractor a pedales, pero el tema se mete de lleno en la producción nacional y el PBI, el producto bruto interno, que no reconoce alternativas porque por eso mismo es bruto.

Justifican, los autores de la idea, la circunstancia dimensionando el aumento del turismo que se produce en esas fechas rojas de toda rojedad y la cantidad de dinero que este movimiento en actividad turística implica. Ahora, falta contestar una pregunta ¿Cuánto dinero deja de producir un país en un solo día estando parado, ah? No hay comparaciones posibles, el país produce mucho más dinero laburando que estando en reposo, mucho, pero mucho más.

Tal vez por eso el gobierno de Mauricio tiene pensado eliminar los puentes con baranda y todo. En este país, si no hay algo que celebrar, festejar, conmemorar se labura, señores. Nada de franco por proximidad. Los feriados son los designados y no tienen hijos ni entenados.

Seguramente el gobierno tendrá cifras para magnificar el beneficio. La Argentina está atravesando un momento difícil y lo peor es que no sabemos, realmente, si lo está atravesando. Entonces es necesario ponerle el esfuerzo todos los días que sean hábiles para que la brecha sea menor, o al menos, se disimule un poco.

Así que chau feriados largos. Pero claro el calendario nos da compensaciones, sin necesidad de agregados. El currículum del 2017 promete varios días de descanso reparador. Veamos: 27 y  28 de febrero carnaval y caen en lunes y martes, ahí sumamos cuatro días de rascarse a dos manos; el 24 de marzo, Día de la Memoria cae viernes, hay tres días juntos de dolce far niente; 13 y 14 de marzo es cuando ocurrren jueves y viernes santos, cuatro días al hilo  para la fe o para acordarse de la fe mientras visitamos Villa Carlos Paz; el 1 de mayo es lunes, o sea tres días seguidos de franco; en agosto a San Martín lo hacemos morir el 21 que es lunes; el 8 de diciembre es viernes, y tanto el 9 de octubre, como el 27 de noviembre, como el 25 de diciembre serán lunes.

No nos podemos quejar. No tendremos feriados puentes pero por suerte por debajo del puente sigue pasando agua, aunque lenta, tranquila, sin apuro, como si fuera agua feriada.

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