Próvolo: para Kumiko, las redes motivan las denuncias

La religiosa compareció ante el fiscal Gustavo Stroppiana por tercera vez. Insistió en su inocencia. Presentó dos cuadernos de las actividades realizadas en el Próvolo.

La monja japonesa Kosaka Kumiko atribuyó ayer a dos factores las denuncias que al menos tres chicas realizaron en su contra. Señaló que las denunciantes, motivadas quizá por lo que leen en las redes sociales y en los medios de comunicación, la involucraron en los episodios de abuso sexual y corrupción de menores sordomudos e hipoacúsicos que se investigan en el instituto religioso Antonio Próvolo (Luján).

La religiosa amplió su declaración ante el fiscal Gustavo Stroppiana por tercera vez desde que fue detenida, y esta vez compareció durante casi 7 horas. Al igual que la primera vez en que se presentó, no respondió preguntas de la querella, aunque sí lo hizo ante la requisitoria de su abogado defensor -Carlos Varela Álvarez- y del propio fiscal. Durante la ampliación de su testimonio, la monja -quien trabajó y vivió en el Próvolo entre 2004 y 2012- insistió en su inocencia ante las acusaciones que la involucran a ella, a dos curas y a tres administrativos. Aunque en su declaración no se detuvo en los episodios concretos.

Según trascendió, ayer Kosaka se desligó de los episodios y manifestó ni siquiera haber estado al tanto de ningún hecho referido a ataques o abusos sexuales cometidos contra quienes allí estudiaban y dormían.

Asimismo, aclaró que en caso de haberse tomado conocimiento en el lugar de un caso de estas características, correspondía a su superiora en la orden religiosa haber hecho la denuncia -si el escenario era el albergue-, o a la directora del instituto (lo dijo en femenino y sin dar nombres) si el hecho tenía como locación la parte educativa. Además, negó haber tenido conocimiento de la denuncia no investigada en 2008, en la que la madre de un niño manifestó sospechar de un posible abuso ocurrido en el instituto.

Unidos

La monja también aportó como prueba de la supuesta buena relación entre ella y las alumnas del albergue dos cuadernos en los que -a modo de diario- las integrantes de la congregación iban dejando constancia de lo que hacían día tras día en el establecimiento mientras estuvieron como encargadas del albergue. Son cerca de 200 hojas con relato manuscrito y una gran cantidad de fotos pegadas que ilustran las salidas, actividades y juegos que organizaban. Todo esto fue incorporado al expediente como prueba, a pedido de Kosaka y su abogado.

"Se entiende que aporte estos libros de memorias donde dejaban constancia de todo lo que hacían. El tema es que nadie dejaría por escrito la confesión de que cometió un delito como denuncian haberlo sufrido las denunciantes", acotó al respecto el abogado querellante Oscar Barrera.

Además, la imputada insistió en que las ventanas del albergue tenían rejas, por lo que nadie hubiese podido meterse de ese modo. "Esto contradice lo que observamos y probamos ayer (por el lunes) durante la inspección ocular en el instituto. Encontramos fotos viejas del Próvolo donde se ven que las ventanas de las habitaciones no tenían rejas, y tampoco las tienen ahora. Incluso, en un entrepiso hay un ventanal enorme -de 1 metro de alto por 3 metros de ancho aproximadamente-, y está sin rejas", acotó el otro abogado querellante Sergio Salinas.

En las declaraciones previas, Kosaka había insistido en que ella no se encontraba en el instituto en el horario en que las denunciantes dicen haber sido atacadas. Sostuvo que por la mañana estudiaba profesorado de Educación Especial.

Posponen resolución sobre pedido de ADN a Corbacho

Otra novedad en la causa tiene que ver con la reprogramación de la audiencia en que la Justicia de Garantías resolverá el desenlace del pedido de ADN al cura Horacio Corbacho (uno de los imputados).

La misma pasó del 7 de julio al 7 de agosto, y responde a un pedido efectuado por la parte acusatoria a fin de confirmar si las manchas de semen halladas en ropa interior que encontraron durante un allanamiento en el instituto pertenecen a él. El mismo examen se ha solicitado para el también cura Nicola Corradi y los ex administrativos del establecimiento Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez -los otros imputados junto a Corbacho y Kumiko-.

La defensa de Corbacho se opuso a la realización de esta prueba, y ahora es la Justicia quien debe definir la resolución.

Cámara Gesell para el nuevo denunciante

Otro joven de 21 años que manifiesta haber sufrido abusos mientras estuvo en el Próvolo (era menor en esa época y se trataría de la víctima número 18) se presentó oficialmente como denunciante.

Ante esta situación, la Justicia fijó la realización de una cámara Gesell que permita reconstruir el episodio en cuestión para el próximo viernes. “Él asistió al Próvolo entre 2005 y 2007, y está mencionado varias veces en la causa ya. Después de algunas dificultades para localizarlo, y con ayuda la Defensoría de Personas con Discapacidad pudimos encontrarlo. Ahora está con asistencia de una psicóloga”, destacó el abogado Oscar Barrera, quien acompaña al joven.

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