La monja japonesa Kosaka Kumiko es la sexta persona denunciada por las propias víctimas e identificada con nombre y apellido como partícipe de los abusos que se investigan contra chicos sordomudos e hipoacúsicos en el instituto religioso Antonio Próvolo -serían al menos 26 episodios desde 2005-.
Actualmente la religiosa se encuentra prófuga, con pedido de captura nacional e internacional -según informó hace unos días el fiscal que instruye la causa, Gustavo Stroppiana- y varias personas la señalan como quien hacía la selección previa de las posibles víctimas.
Ante esto, la religiosa ya tiene un abogado defensor -el conocido penalista Carlos Varela Álvarez-, quien ha presentado un recurso de “mantenimiento de libertad”, además de poner a disposición de Stroppiana la declaración de otra monja, Asunción Martínez.
Esta religiosa actualmente está viviendo en Formosa y durante años estuvo asignada a la sede mendocina de la orden religiosa de la que depende el Próvolo, por lo que compartió parte de su estadía y se desempeñó con Kumiko en el edificio ubicado en calle Boedo de Carrodilla.
Martínez se presentará mañana ante el fiscal y, según trascendió desde el seno de la investigación, en su declaración intentaría quitar de la escena sospechosa a Kumiko, así como también limpiarla de las acusaciones que pesan sobre ella. Consultado sobre esta posibilidad y el motivo de la presentación como testigo, Varela Álvarez prefirió no hacer declaraciones.
A la declaración de Martínez ante la Fiscalía se sumará también la de Dante Simón, uno de los enviados de la Santa Sede para realizar la investigación canónica de los episodios que salieron a la luz en noviembre del año pasado. Si bien en un principio estaba fijada para el 2 de mayo, Simón argumentó que recién a partir del domingo 14 volverá a Mendoza -vive en Córdoba-, por lo que su citación a declarar fue reprogramada para el lunes 15 de mayo (ya fue notificado).
Por la causa se encuentran imputados y detenidos 2 curas (Nicola Corradi y Horacio Corbacho) y 3 administrativos del instituto (Jorge Bordón, José Luis Ojeda y Armando Gómez).
Además, una joven sorda de 23 años que se encuentra entre las víctimas denunciantes amplió su testimonio la semana pasada e involucró a otras 3 personas más como autores de los abusos. Incluso consignó que una de ellas “estaba vestida de cura”, aunque no pudo confirmarse que sea sacerdote.
