Pronóstico 2017: previsiones para la economía local

Las preocupaciones de referentes mendocinos pasan por la inflación, la economía brasileña y las medidas que tome Trump. Optimismo en turismo, construcción y energías renovables.

Inflación, Brasil, Estados Unidos y la obra pública parecen ser las claves donde están puestas las dudas sobre la marcha de la economía para el año que viene, cuyas proyecciones hablan de un crecimiento que rondaría el 3%. Así lo indicaron referentes de los distintos sectores económicos de Mendoza.

Los Andes consultó a los principales referentes de cada sector de la provincia, y todos coincidieron en señalar que la principal meta para el próximo año será bajar la inflación, y si bien todos se muestran escépticos de que se logre el 17% proyectado en el presupuesto, aseguran que eso sin dudas sería lo óptimo, más teniendo en cuenta que el 2016 cerraría cercana al 40%.

El tema, según relataron los consultados, es que atado a la inflación entran en juego otros factores muy importantes como lo son la competitividad, el consumo y las inversiones. Incluso lo muestran como el problema más importante a solucionar para poder lograr un crecimiento.

Por otro lado se mira muy de cerca lo que pueda pasar con la economía de Brasil, que se estima que este año cayó un 4%, ya que es el principal destino de exportación que tienen los productos de Argentina, y principalmente de Mendoza.

Por último, el tercer pilar, es la obra pública. Todas las expectativas están centradas en la reactivación de este rubro, sobre todo por la cantidad que están presupuestadas, tanto a nivel nacional como provincial.

La única actividad que está más pendiente de otros temas, es la minería, donde están a la espera de la formulación de la política nacional minera, que incluye un paquete de leyes a nivel nacional como el Pacto Federal Minero que luego deberá conseguir el aval de las provincias.

En este punto es que el Estado provincial armó el espacio del Diálogo Minero para, los que tendrán un informe para el año próximo.

Con todos estos factores, las expectativas que manejan desde el sector empresario, economistas y desde el propio ejecutivo provincial son muy buenas y muestran al 2017 como un año de despegue.

Todas las previsiones, hasta las más optimistas, hablan de que el 2016 cerrará con una inflación cercana al 40%, muy lejana al 25% proyectada por el ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay, a principios de año.

Por este tema es que los principales sectores de la economía de Mendoza evalúan que las expectativas positivas para el año que viene estarán puestas en que se cumplan las estimaciones del 17% que se fijaron tanto en el Presupuesto nacional, como provincial.

Industria y energía

Pedro Bizzotto, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la provincia de Mendoza (Asinmet), evaluó que “en la medida que se contenga la inflación se puede favorecer a la inversión y nos sirve a todos. Para que el salario del trabajador rinda, este factor debe tener un control, para que no se coma el salario. Y algo similar le pasa al empresariado”.

El empresario explicó también que al bajar la inflación, bajan las tasa de interés, por lo que se generaría acceso al crédito y por ende a las inversiones por lo que puede ser un gran motor de la economía.

A su vez el titular de Asinmet contó que este año muchos sectores lograron una reducción de la tasa de Ingresos Brutos del 0,25%, por lo que de 1,5% que se pagaba, se va a abonar 1,25%, lo que evaluó como muy positivo, aunque lamentó que ya se hable oficialmente de una inflación superior al 20% porque les impediría obtener una nueva reducción en 2018.

Igualmente con la adjudicación los proyectos de energías renovables a través del programa RenovAr 1.5 abrió un panorama mucho más alentador para el sector que representa.

Bizzotto manifestó que “esperamos que el gobierno provincial aprueben los proyectos con mano de obra y fabricación local. Con esto nosotros seríamos un importante generador de empleo para los próximos años y por ende se lograría la ampliación de la matriz productiva de Mendoza y el Estado recaudaría más”.

Daniel Ariosto, presidente de la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM) sostuvo que la inflación es sin dudas uno de los grandes temas para el año que viene, ya que “si se dispara se come absolutamente todo lo que se pueda lograr. Para esto necesitamos empresarios que manejen los precios con responsabilidad y dirigentes gremiales a la altura de las circunstancias que vivimos. Se tienen que articular gobierno, empresas y sindicatos para establecer pautas que permitan el crecimiento del país y la contención de la inflación”.

Obra pública

Jorge Sanchís, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción Regional Mendoza estimó que “el 2017 vamos a estar un poco mejor, sin ser algo espectacular, pero vamos a estar bien. Ojalá se de la inflación del 17% proyectada y un dólar a $ 18. Ojalá fuera factible que se diera esa situación, porque significaría mucho para muchos sectores. Va a significar que los préstamos hipotecarios van a arrancar porque las tasas van a estar más bajas, y la gente va a poder optar por esa financiación, y el sector se va a haber favorecido”.

Sabemos que desde el Gobierno se han implementado varios planes de vivienda pero al ser un año electoral también los constructores se esperanzan con que comience a moverse fuerte la obra pública.

En este sentido el presidente de la CAC explicó que “el plan de obras que se plantearon desde los gobierno a través de los presupuestos nacionales y provinciales son auspiciosos, buenas obras y de calidad. Lo que necesitamos es que se cumpla y creemos que están las condiciones”.

Sanchís sostuvo que hoy por hoy el sector depende mucho de la obra pública porque “para que se active la privada se necesita primero que baje la inflación y que los créditos sean accesibles. Pero igual van a ir apareciendo las obras aunque muy de a poco”.

El empresario manifestó que la dependencia de la obra pública es tan grande que si volviera a pararse como lo hizo durante el 2016, “estaríamos en serios problemas”.

Por último el presidente de la CAC estimó que las expectativas buenas para el año que vienen se basan en que “el sector termina el 2016 bien. Podría estar mejor, pero también peor. Terminamos en una situación equilibrada, con los pagos del sector público al día, y eso ayuda a que se recomponga el capital de trabajo las empresas, y se cancelen las deudas con los bancos que es lo que más nos preocupaba”.

Por su parte Bizzotto también puso como eje principal para el 2017 la obra pública: “La promesa de reactivación, si se da, tenemos posibilidades de tener participación por lo que las expectativas no son malas. Lo veo con posibilidades con que todo arranque”.

Para el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Mendoza, Miguel Angel Astorga, remarcó que “necesitamos de la obra pública porque eso dinamiza el sector de la construcción y va a hacer crecer de a poco la privada también. Todos esperamos lo mismo en este sentido”. Y agregó que “actualmente estamos mal, pero vamos bien. Está volviendo la confianza en el mercado inmobiliario y esto es fundamental para redinamizar el sector.

Lo importante es que ahora se puede proyectar a largo plazo, pero hay que esperas que las cosas se vayan desencadenando”.

El agro

El aspecto inflacionario también es central en la agroindustria local. Para Guillermo San Martín, responsable ejecutivo de la Asociación que nuclea a productores, empacadores y exportadores (Asocam) “es la primera tarea que tiene el gobierno, porque si no la controla, va a fracasar. Además la ecuación en ese sentido es sencilla, con inflación alta no funciona nada y los exportadores no tenemos previsibilidad y perdemos competitividad”.

En lo que respecta al sector del ajo en concreto, el representante del sector contó que “medimos y estudiamos las variables que nos hacen poco competitivos. La incidencia que tienen los costos logísticos, impositivos y de mano de obra. Con esas tres variables que se trabajaron con el gobierno provincial se puede reclamar a nivel nacional un tratamiento diferencial para la actividad. Esto es fundamental para buscar nuevos mercados y terminar la Brasil dependencia”.

A su vez valoró la medida anunciada por el gobierno nacional del reintegro de exportaciones para corregir distorsiones, sobre todo para los productos que emplean mano de obra intensiva, como el ajo, y para provincias que están alejada de los puertos. “Estimo que se implementará a partir de marzo o abril y esto nos permitirá recuperar mercados de ultramar y a su vez estamos muy expectantes con las negociaciones para vincular a la Unión Europea con Mercosur, que en nuestro caso, a priori, es muy alentador”, cerró San Martín.

Raúl Aruani, titular de la Asociación de Productores y Exportadores de Frutas Frescas remarcó que “sin dudas para nuestro sector 2017 va a ser un año complicado”, y alertó que “si no baja la inflación al menos a la mitad, para la economía de la provincia en general y la fruticultura en particular, con la disminución de cosecha que tenemos y la situación de los productores, es un año que puede ser de inflexión con un cambio del perfil productivo que va a ser histórico, por la cantidad de productores que se van a quedar en el camino”.

Igualmente, Aruani, rescató que se hayan levantado el reintegro a las exportaciones de un 5% a un 8,5% en promedio, aunque manifestó que dicha medida llega tarde. “Hace dos años atrás era ideal, porque era poner el puerto para los negocios de ultramar en la puerta del empaque. Pero hoy ese incremento, que no es menor, no es la solución. Pero es una señal y eso es muy importante”.

Optimismo en la vitivinicultura

“El mayor problema que tuvimos este año sin dudas fue la inflación. Si se estabiliza, vamos a lograr mantener mercado externo, que hoy no lo estamos logrando, vamos a recuperar competitividad en exportación, que es la única expectativa de crecimiento que tiene el sector”, sostuvo el gerente de Bodegas de Argentina, Juan Carlos Pina.

Y agregó que “no tiene sentido pedir medidas de ningún tipo si no bajamos la inflación, que es lo que nos liquida, y lo que eliminó la muy buena intención del Gobierno Nacional a principio de año, cuando se eliminó el cepo y se quitaron las retenciones”.

Pina manifestó que si se cumple lo que se estableció en el presupuesto, van a ser muy buenas noticias y que tienen muy buenas expectativas para el 2017. “Esperamos que 2016 haya sido el año de transición y despegue el año que viene”, cerró.

Carlos Fiochetta, ha sido un año complejo. Lo que va a marcar la agenda es la búsqueda de equilibrios. Las ventas van a cerrar negativas y es malo porque cuesta recuperar consumidores y el consumo de vino se resintió porque es un producto de consumo masivo. También señaló que las exportaciones de fraccionado se mantuvieron pero en graneles bajaron. “Este año va a ser negativo, esperamos un repunte para el año que viene, la contrapartida es una tonificación de los precios de traslado”.

A Fiochetta no se le escapa que “la vitivinicultura se debate en buscar los equilibrios que se perdieron en el 2014 por las malas aplicaciones de políticas vitivinícolas. Esperamos que en 2017 se recupere el mercado”.

Por su parte, Carlos Iannizzotto presidente de Coninagro, indicó que hay una buena oportunidad porque hay precios que no teníamos como en los tintos y en los blancos no tanto. “También esperamos que el sector externo tenga mayor potenciación y estamos trabajando para eso, nos juntamos con Prat Gay y avanzamos con reintegros para la vitivinicultura. Y esperamos que la cosecha termine como está hoy, en función de cantidad y calidad. Vemos que será normal, se mantendrán los precios y se podrá exportar”.

Señaló además que la lobesia está más sintonizada que un año atrás, está la plata y el plan sanitario nacional. Se demora la instrumentación, esto hace que nos de aliento y esperanza para que en el 2017 se aumenten los negocios en toda la cadena. Ojalá que el Fondagro le destine a la vitivinicultura atención para reconversión y competitividad y con el INTA y Coviar trabajaremos el valor agregado.

“Vemos que hay planes, un Gobierno que escucha, problemas de gestión y los interrogantes son dos: el BID 2 y la ley de uso de jugos naturales porque hay dudas en gobierno nacional y provincia”, cerró Iannizzotto.

Turismo positivo

La reapertura del aeropuerto hizo que el panorama del turismo cambiara y mucho. Y más si se tiene en cuenta que comenzarán a llegar 30 vuelos diarios a la provincia y que incluso hay aerolíneas que están a la espera de que las autoricen a volar en Mendoza, como es el caso de Copa.

El flamante presidente de la Asociación de Empresarios, Hoteleros y Gastronómicos (Aehga), Marcelo Quercetti, remarcó que volver a tener aeropuerto, sumado a la fuerte promoción turística en Sudamérica que se está empezando a trabajar, hacen que las expectativas estén puestas en que va a ser un “muy buen año”.

“Va a ser un buen año, con 30 vuelos diarios, a los que se suman los directos a Río de Janeiro, San Pablo, Florianópolis en Brasil, y a partir de febrero con Lima, en Perú. Esto va a hacer despegar a Mendoza de una forma distinta con todo lo que tiene que ofrecer”, remarcó Quercetti.

Para el 2017 se espera que haya un “mix de turismo. Afianzando el nacional que supo captar Mendoza y tratando de sumar más internacional a través de esos vuelos directos y fuertes campañas que se están desarrollando”, sostuvo el presidente de Aehga. En cuanto a los factores económicos, Quercetti, hizo dos análisis. El primero, vinculado a que “el turismo está atado al bienestar de las personas y su poder adquisitivo, por lo que si seguimos con problemas de inflación va a ser complicado que venga gente”.

El segundo análisis está vinculado a la suba del dólar. “si existe una devaluación y podemos llegar con los productos que ofrecemos, Mendoza se va a volver muy atractiva para el turismo internacional, sobre todo con la mayor cantidad de frecuencias de vuelos que vamos a tener con las nuevas líneas aéreas”.

Qué dicen desde Gobierno

Enrique Vaquié, ministro de Economía, Infraestructura y Energía, manifestó que la mayoría de los pronósticos hablan de un crecimiento en torno a un 3%, lo cual evaluó como positivo si se tiene en cuenta que se viene de una año de contracción de la economía.

“Hay proceso de volver a activar la obra pública que se frenó el primer semestre y que se volvió a recuperar, con diferente ritmo en cada provincia del país. Fue un motor importante en los últimos años, al menos en Mendoza”, sostuvo el funcionario.

En este sentido, destacó que tanto en los presupuestos nacionales como provincial hay mucha obra pública presupuestada, lo que estimó, va a dinamizar el sector de la construcción. Entre las obras más destacadas detalló la variante de Palmira, la doble vía Mendoza-San Juan, y que en algún momento de 2017 se comience con Portezuelo del Viento. A esto se le agregarían los diferentes planes de vivienda, el túnel que une Cacheuta con Potrerillos, entre otros.

También destacó que “Brasil dejó de caer, lo que es bueno porque se tuvo un año malo en las economías que le venden, y si bien no se prevé un gran crecimiento, no caerá lo que ya es bastante importante para nuestra provincia”.

Vaquié resaltó que las expectativas son buenas porque muchas cosas que pegaron durante el 2016, no estarán en 2017, y destacó como ejemplo el cierre por tres meses del aeropuerto internacional de Mendoza. Además destacó que “como la inflación va a ser menor, los salarios mejoraran su poder adquisitivo e impactará en el consumo”.

Los ojos puestos afuera

Mientras diferentes sectores tienen como prioridad la baja de la inflación, los especialistas en economía consultados por Los Andes, piden no dejar de lado lo que pueda ocurrir en el contexto internacional, principalmente lo que pasa en Brasil, principal destino exportador de los productos de Mendoza, pero también Estados Unidos con las políticas que podría llegar a aplicar el presidente electo Donald Trump y que pueden marcar fuertemente el 2017.

Los profesionales consultados acuerdan que las expectativas para 2017 proyectan un crecimiento que puede ir del 2,5% entre los menos optimistas hasta un 5% entre los más optimistas. En promedio la mayoría de los especialistas marcan un 3% como algo que puede ocurrir sin problemas.

“En 2017 deberían empezar a llegar inversiones, salvo las de Estados Unidos. Allí no se sabe que puede pasar. El tema es que tenemos 400 empresas de EEUU que prometieron a Macri U$S 15.000 millones, pero como ganó Trump y pidió que las empresas vuelvan a invertir en su país, hay que ver qué pasa con esto. En lo que refiere al resto de los países no debería afectar”, evaluó Pablo Salvador, economista integrante de la Fundación Ideal.

En cuanto al dólar, el especialista remarcó que “es difícil de pronosticar con Trump, porque te cambia las reglas de juego. Ya hubo devaluaciones en países emergentes. Hay que ver desde el 20 de enero cuáles serán las medidas que van a aplicar”.

Para el economista Raúl Mercau, una de las principales variables que influyen en las expectativas de 2017 están puestas en lo que pueda pasar con Brasil. “Este año esa economía cayó un 4% y eso explica en gran medida el año que vivimos en Argentina”, remarcó.

Y agregó que “el famoso segundo semestre del gobierno se va a dar, pero en 2017. Lo único que impediría que esto ocurra es Brasil, que ya no va a seguir cayendo a las tasas de 2016, pero si lo hiciera, esto complicaría mucho y ahí la situación cambiaría drásticamente porque el crecimiento sería mucho más bajo de ese 3% o incluso podría estancarse. Entonces que se apliquen medidas para impulsar el consumo para balancear si cae la economía de Brasil, podría ser un paliativo, más en un año electoral”.

En cuanto al precio del dólar, y al igual que Salvador, Mercau remarcó que el factor que puede influir mucho es lo que suceda con las políticas que vaya a aplicar Trump cuando asuma, porque podría terminar más arriba de los $ 18 presupuestados.

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