La profesora de inglés que enseña la cultura argentina en EEUU

Carla Lassus ayuda a insertarse en el sistema educativo a los inmigrantes que llegan a ese país. Además, se da tiempo para enseñar a bailar tango, tomar mate y degustar alfajores de maicena con dulce de leche.

La profesora de inglés que enseña la cultura argentina en EEUU
La profesora de inglés que enseña la cultura argentina en EEUU

El impulso que nos lleva a dar un golpe de timón en el rumbo de la vida y cambiar radicalmente lo cotidiano. Eso sintió Carla Lassus (40) que, en 2007, sintió que su vida necesitaba apostar a lo nuevo, y por ello se postuló en un programa de intercambio laboral en Gainesville, Virginia, EEUU.

“Lo que estaba pensado como una experiencia laboral de un año, para luego volver y compartir lo vivido en Mendoza, se transformó en un cambio radical de vida”, cuenta esta mendocina que hoy tiene dos hijos: Isabella (2 años) y Nathan (8 meses), y está casada con Todd, un norteamericano.

En 2012 tuvo la oportunidad de cambiar su función docente para enseñar ESL (Inglés como Segunda Lengua). Ésta fue otra experiencia que le resultó muy valiosa, por su llegada social y humanitaria. "Mis alumnos son en su mayoría inmigrantes de países de Centroamérica, Asia y África. Muchos de ellos tienen una educación formal muy precaria y tienen que insertarse en un sistema educativo totalmente distinto y adaptarse a la cultura del nuevo país", dice.

Por eso, su rol es acompañar a los estudiantes en este proceso, de cerca, para hacer que la transición sea lo más simple posible. Esto implica mediar entre docentes, asistir a varias clases con ellos -ya sea matemáticas, historia o lengua- para adaptar el contenido a sus niveles de competencia comunicativa, mantener comunicación constante con padres, traducir e interpretar reuniones, aprender las diferencias culturales de otros países y lograr que los alumnos aprendan el idioma social y académico lo más rápido posible.

“Es muy gratificante recibir a un alumno sin conocimiento de inglés y ver que en 6 meses puede comunicarse y leer en la segunda lengua”, grafica.

Tango y alfajores de maicena

Carla relata que dejar sus raíces, la familia y las amistades no fue fácil. Cuando se le presentó la oportunidad, tuvo que renunciar a sus cargos como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNCuyo, en la carrera de Arquitectura de la Universidad de Mendoza, en el Instituto Cultural de Mendoza y en el colegio Compañía de María, entre otros.

“Decir ‘adiós’ o mejor dicho ‘hasta pronto’ a tantas colegas tan queridas como Mirta Rena, mis amigas incondicionales del cole, los amigos que la vida te pone en tu paso y toda mi familia, fue sin lugar a dudas duro”, afirma.

El primer año en el exterior no fue nada fácil. Los afectos, los asados y las juntadas con sus amigos fueron una gran ‘ancla’ que la mantenía pensando en Mendoza, “al igual que las caminatas en el parque General San Martín, los desayunos con mi papá, Emilio, todos los domingos y los almuerzos domingueros con toda la familia reunida: hermanos, sobrinos, abuelos, primos y tíos. Sin embargo, uno aprende a valorar aún más a sus seres queridos”, aclara.

Luego agrega que los primeros cuatro años que enseñó español fueron muy productivos ya que no sólo se insertó y adaptó a la vida norteamericana sino que pudo compartir la cultura argentina y mendocina con alumnos, familias y toda una comunidad educativa: "A modo de ejemplo, enseñé a bailar tango, tomar mate y degustar alfajores de maicena con dulce de leche, entre otras tantas cosas".
Difícil volver
Carla advierte que el amor por el idioma inglés se lo debe a su madre, Nubia, quien desde muy chica la incentivó a aprenderlo y la envió a profesores particulares e institutos de inglés. Eso la impulsó a estudiar y recibirse de profesora de Inglés en la UNCuyo.

“Muchas personas hoy me preguntan si volvería a hacer esta experiencia. Y la respuesta es un contundente ‘sí’. Siempre pensé que el viajar y estar con gente de otros lugares te abre la mente. Esta experiencia no sólo me enriqueció laboralmente sino también a nivel personal”, asegura confiada, agregando que EEUU le ha ofrecido muchas posibilidades: “La vida diaria es simple, todo funciona, la gente es respetuosa y cordial, y tengo la posibilidad de interactuar diariamente con gente de todo el mundo. La proximidad a Washington DC con todos sus atractivos es en lo personal por demás atractiva”.

Respecto a su retorno, asegura que no lo descarta, aunque por ahora es lejano. “Hoy, a mis 40 años, casada y con dos hijos maravillosos, creo que sería muy difícil, aunque tratamos de visitar a la familia y amigos una vez al año”, dice.

Para finalizar, indica que su motivación es traer a su familia a Mendoza para poder enseñar español a sus hijos y transmitirles todas las tradiciones argentinas.  "Y mostrarles cada rincón de mi Mendoza querida”, termina.

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