Una de las máximas más básicas de la química dice que todo se transforma. Esta premisa es el punto de partida en el que se basaron los integrantes de la Empresa mendocina de energía (Emesa), la UNCuyo, la firma Tecnología y Servicios Ambientales (TYSA) y la Municipalidad de Las Heras, quienes elaboraron un proyecto para transformar los residuos urbanos de la zona de El Borbollón en energía eléctrica.
La propuesta fue aprobada por la Nación, quien aportará 12 millones de pesos de los casi 15 millones que se necesitan para poner en funcionamiento el novedoso tratamiento, y el objetivo es que de acá a tres años ya esté trabajando de forma óptima, al menos en una experiencia piloto que generará 130 kWh para abastecer -en parte- al Parque Industrial de Las Heras.
Para poder generar la energía, se aprovecharán los módulos de residuos que están enterrados en esos terrenos y las piletas con líquido cloacal de Campo Espejo. Con el tratamiento de ambos desechos emanará una importante cantidad de gas metano (algo que ya ocurre y que, al no poder aprovecharse, se está quemando y transformando en Dióxido de carbono) y éste será derivado por cañerías a una microturbina que lo transformará en energía eléctrica y térmica de baja potencia.
“Es un proyecto que cierra por donde se lo mire. Es un aprovechamiento ambiental, económico y que permite el desarrollo económico, ya que puede ser una posibilidad para que los municipios generen regalías por el pago de la energía que ellos producen. Incluso, de ser exitoso el proyecto se puede ampliar a todo El Borbollón y replicarse en otras provincias con las mismas características secas de Mendoza”, sintetizó el vicepresidente de Emesa, Alejandro Burlot.
Mensualmente, entre Ciudad de Mendoza, Godoy Cruz, Las Heras y parte de Guaymallén se producen unas 23.000 toneladas de residuos que -actualmente- se procesan y quedan sellados en distintos módulos hasta que se degradan. De ese total, unas 15.000 toneladas pueden ser aprovechadas para generar biogás, según destacó el director técnico del proyecto, Juan Carlos Luna, quien además es gerente general de TYSA (firma encargada de procesar, tratar y administrar el relleno de los residuos.
Todo se reutiliza
Actualmente, todos los residuos sólidos urbanos de gran parte del conurbano mendocino tienen un único destino: El Borbollón.
Allí se los lleva y van siendo depositados en grandes piletones (llamados módulos) y cuando cada uno de estos está repleto, se lo sella y queda allí de forma permanente, transformándose en residuos pasivos.
Estos residuos son controlados a diario y, teniendo en cuenta que emanan gas metano, éste es quemado en una antorcha industrial que lo transforma en Dióxido de carbono (menos tóxico y peligroso que el metano, pero de alto y perjudicial impacto en el medio ambiente también).
"Cualquier residuo que entra y queda tiene diez años de generación de metano. Por eso es tan importante su control", agregó Luna, quien destacó que una vez sellado el módulo no quedan del todo pasivos los residuos, justamente por la quema del metano.
Burlot, en tanto, resaltó que el proyecto que están impulsando es considerado como de revalorización energética, ya que se toma un pasivo y se convierte en energía, en lugar de quedar enterrado.
“El método para generar energía consiste en, una vez que se llena el módulo, en lugar de dejarlo a cielo abierto (como ocurre con muchos basurales) se le pone una capa arcillosa para sellarlo. Luego, mediante un sistema de cañerías se va a pulverizar agua en la parte superior y, al aportarle humedad, se va a optimizar la producción de gas metano. En ese momento, con una bomba, se extrae ese gas y -por otra cañería- se deriva a la micro turbina, que finalmente -con energía calórica- lo transforma en electricidad”, explicó Burlot de forma sintética.
La cercanía del Campo Espejo (también en Las Heras) y los piletones de líquidos cloacales son otro detalle que aporta -y mucho- a la viabilidad del tratamiento en El Borbollón. Es que justamente la humedad es un factor determinante para enriquecer la calidad de la energía generada a través de la fermentación del metano.
“Actualmente lo que se hace es quemar ese gas, proceso que libera Dióxido de carbono. Y si bien es menos nocivo que el metano, es muy contaminante también. Esta experiencia va a ser beneficiosa, ya que se trabaja con dos tipos de residuos (sólidos y cloacales) y se transforman en energía en lugar de seguir generando contaminación. Además podrá inyectarse a la red energética del Parque Industrial de Las Heras”, acotó Burlot, quien bautizó la experiencia como un “laboratorio de generación de energía a través de residuos”.
Prueba piloto
En un primer momento, se tratará sólo de una prueba piloto y los resultados comenzarán a verse recién dentro de los próximos tres años. El costo total de inversión será de 14.961.957 pesos, de los cuales 11.969.565 serán aportados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
“Gran parte del proyecto se va a desarrollar durante los primeros 18 meses y, para fines del 2015 tenemos previsto finalizar las obras civiles para empezar a cargar las piletas, montar las turbinas y las líneas eléctricas”, agregó el vicepresidente de Emesa.
A su turno, Luna destacó que la única traba que tenían se desactivó la semana pasada (tenía que ver con un impedimento para inyectar energía generada a la red), por lo que el escenario es el ideal.
“Actualmente, nosotros sellamos el módulo y en ese momento las bacterias van degradando los residuos. En esa fermentación se va generando el metano y allí nosotros lo succionamos y lo quemamos en una antorcha. El tema es que todo eso es una energía desaprovechada, ya que por su escaso caudal no podía tratarse en una turbina.
Pero con este proyecto vamos a incentivar la generación de más gas -por medio de la humedad, el carbono y el nitrógeno-, y al tratarse de una microturbina también va a poder trabajar con menor caudal”, explicó el director técnico del proyecto.
Del mismo modo, el responsable de TYSA indicó que el módulo especial en el que ejecutarán la primera experiencia tendrá una capacidad de 20.000 toneladas y que se sumará a otros seis módulos que generan 350 metros cúbicos de gas desde 2009.
“Hace unos años estuve visitando plantas similares en Italia y en Francia que generaban energía con los residuos y no podían creer que nosotros estuviésemos enterrando los residuos. Me decían que no sólo estábamos generando daño, sino que también estábamos enterrando dinero”, sentenció Burlot.