Premios Grammy: Adele, la reina de la noche

La cantante británica arrasó con cinco estatuillas y superó a la también favorita Beyoncé en las tres categorías principales. El otro gran ganador fue el fallecido David Bowie.

Aun cuando sufrió un revés durante su actuación en el escenario, Adele terminó siendo la reina de la noche el pasado domingo en la ceremonia de entrega de los Premios Grammy. La cantante británica se llevó a casa cinco galardones, incluyendo álbum, canción y grabación del año.

Con su álbum "25" superó a Beyoncé en las tres categorías principales y repitió su hazaña de 2012, cuando también se llevó cinco premios incluido el de álbum del año.

Adele, con la corrección que corresponde, sorprendió a todos al dedicar su triunfo a la propia Beyoncé y a su innovador álbum "Lemonade", que también estaba nominado: "Estoy muy agradecida, pero mi vida es y el mejor álbum para mí es el suyo. Un trabajo monumental y bien pensado. Es un trabajo precioso donde desnuda su alma y podemos ver una parte de ella que no siempre enseña", expresó la intérprete de "Hello" y agregó para finalizar: "Yo te adoro. Tú me mueves el alma todos los días... Te adoro y quiero que seas mi mami".

La interrupción

Pero no todo fue perfecto para Adele. La cantante, que también tuvo problemas durante su actuación en los Grammy del año pasado, interrumpió su homenaje a George Michael y pidió volver a comenzar el tema que estaba interpretando diciéndole a la audiencia: "Lo siento, no puedo arruinarle esto a él. ¿Podemos empezar de nuevo?".

Se detuvo, soltó una grosería y volvió a entonar un nuevo arreglo de “Fastlove”, de Michael, mientras imágenes del difunto artista fallecido el pasado Día de Navidad a los 53 años se proyectaban al fondo. La sentida actuación le mereció una ovación de pie, que ella recibió con lágrimas en los ojos.

Más adelante, cuando ganó el premio a la canción del año por “Hello”, Adele se disculpó otra vez. “De verdad les pido perdón por haber dicho una grosería”, expresó. “Yo amo a George Michael, significa mucho para mí. Lamento si ofendí a alguien”.

La palabrota fue tapada con un bip durante la transmisión televisiva, que aquí se vio por el canal de cable TNT.

Más homenajes

Otros íconos de la música fueron recordados durante la gala. Bruno Mars, ataviado en una brillante chaqueta púrpura, tocó la guitarra con gran pasión mientras interpretaba "Let's Go Crazy", de Prince. Y The Time, que trabajó de cerca con el difunto superastro, puso al público de pie con sus versiones funky de "Jungle Love" y "The Bird".

Mars también ganó un premio el domingo como productor del álbum de Adele. Los otros honores para Adele fueron a mejor álbum vocal pop e interpretación pop solista.

El momento político de Beyoncé

Hasta su abrupta irrupción en el escenario,  había sido lo más comentado del espectáculo. En un vestido brillante, corona dorada y gargantilla de oro, la cantante, embarazada de mellizos, se apoderó del escenario para interpretar dos de las canciones de su aclamado “Lemonade”.

Fue presentada por su madre y ex-estilista, Tina Knowles: "Damas y caballeros, con mi orgullo como madre, mi hija".

Beyoncé cantó montada en una mesa y hasta se inclinó hacia atrás en una silla mientras entonaba “Love Drought”. Luego interpretó “Sandcastles” sentada, alcanzando con facilidad las notas más altas.

Recibió un fuerte aplauso del público en el Staples Center de Los Ángeles, incluyendo el de su hija Blue Ivy y el de su esposo Jay Z. Más temprano  Beyoncé había ganado el Grammy al mejor video musical por “Formation”.

“Mi intención para el film y el álbum fue crear un cuerpo de trabajo que le diera voz a nuestro dolor, a nuestras luchas, nuestras dudas y nuestra historia, para enfrentar problemas que nos incomodan. Para mí es importante mostrar a mis hijos imágenes que reflejan su belleza, para que puedan crecer en un mundo donde se ven en el espejo. Primero, con sus propias familias así como en el Super Bowl, los Juegos Olímpicos, la Casa Blanca y los Grammy, y se vean a sí mismos”, dijo , leyendo de un papel.

“Esto es algo que quiero para los niños de todas las razas, y siento que es vital que aprendamos del pasado y reconozcamos nuestra tendencia a repetir nuestros errores”.

Y sigan las críticas

El discurso de  no fue el único momento político de la noche. La banda A Tribe Called Quest, junto con Anderson Paak y Busta Rhymes, tiraron abajo un muro construido para la ocasión, hablaron sobre el poder de las minorías y se refirieron a Trump como el "presidente naranja".

En tanto, Katy Perry actuó con un brazalete que decía "resiste", mientras la escenografía mostraba un cartel de fondo que rezaba "We the people" y otras referencias a la Constitución estadounidense.

“Vivimos un momento en el que las voces de los artistas son más necesarias que nunca. No hay tiempo para la desesperanza, no hay lugar para la autocompasión, no hay necesidad para el silencio ni espacio para el miedo”, dijo, a su turno, Jennifer López.

Bowie póstumo

David Bowie, quien murió el año pasado de cáncer, ganó los cuatro premios a los que estaba nominado. El de mejor canción de rock por "Blackstar" durante la gala en vivo, y otros tres durante la "Premiere" del Grammy: mejor álbum de música alternativa, mejor interpretación de rock y mejor ingeniería de un disco no clásico (Bowie aparece listado como uno de los ingenieros de "Blackstar").

En la última categoría superó a Prince, también fallecido el año pasado.

Actuaciones memorables

La ceremonia se destacó principalmente por las actuaciones que pudieron verse sobre el escenario, entre las que sobresalieron la colaboración entre Metallica y Lady Gaga, el homenaje de Bruno Mars a Prince, el de Adele a George Michael, la increíble performance de Beyoncé, el regreso de Daft Punk junto a The Weekend y la presentación de un nuevo single de Katy Perry.

Adele y Mars trabajaron horas extra en el escenario y actuaron dos veces cada uno. Adele inauguró la velada con "Hello" y Mars y su banda dieron una memorable interpretación de "That's What I Like", mientras Jennifer López, Faith Hill y Rihanna lo miraban con atención, impresionadas.

Cada una de estas actuaciones tuvo su dato de color, como los problemas con el micrófono que sacó de quicio a James Hetfield, líder de Metallica; el error de Adele en su interpretación de "Fast love" que la obligó a detener a la banda y verse obligada a comenzar de nuevo o la irrupción de Beyoncé ataviada como una diosa dorada de la fertilidad para los temas "Love drought" y "Sandcastles".

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