Pobreza: los problemas de la inflación y falta de crecimiento

Las familias pobres están a $ 5.432 de la Canasta Básica Total. El dato fue relevado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) en la Encuesta de Condiciones de Vida de 2016. Aseguran que no disminuirá hasta que aumenten los nive

A los hogares pobres de Mendoza les faltan $ 5.432 en promedio para cubrir su Canasta Básica Total (CBT), según un informe elaborado por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE).

De acuerdo al estudio, los hogares pobres de la provincia subsisten con un ingreso total familiar de $ 8.434, mientras que su CBT es de $ 13.866 (ver aparte). Eso significa que necesitarían ganar $ 5.432 más por mes para dejar de ser pobres y cubrir el 100% de sus necesidades básicas. En términos porcentuales sus ingresos deberían mejorar un 39,18%.

Los números obtenidos por la DEIE corresponden a la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) de 2016. Es un trabajo que se realiza en forma anual y es definido por el propio Gobierno como "un instrumento para caracterizar la realidad de los hogares de Mendoza".

En la última ECV publicada se refleja también la delicada realidad de los hogares indigentes de la provincia (son aquellos que están por debajo de la Canasta Básica Alimentaria). Según la DEIE, las familias en condición de indigencia tienen un ingreso total familiar promedio de $ 3.788, al tiempo que la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de ese sector de la población es de      $ 5.718.

Por lo tanto, los hogares en esa situación deberían mejorar sus ingresos en $ 1.930 (33,8%) para cubrir la CBA y así dejar de ser indigentes.
Otro dato que demuestra la mala situación de las familias en situación de pobreza, es la diferencia de sus ingresos con el salario promedio del sector privado registrado. De acuerdo al último dato publicado por Indec, correspondiente a 2016, un trabajador mendocino gana en promedio $ 16.198,5 en total (sin descuento jubilatorio). Es decir que prácticamente duplica el ingreso total de un hogar pobre y es más de cuatro veces superior a la ganancia mensual de un hogar indigente.

Como se puede observar, la situación de los hogares pobres es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de familias que se encuentran en esa condición. Cabe recordar que la DEIE ya había revelado en enero pasado que 25% de los hogares de Mendoza son pobres (4,9% son indigentes y 20,1% son pobres no indigentes).

Pobreza profunda

Las estadísticas publicadas por la DEIE reflejan con claridad el grave problema de pobreza que tiene Mendoza, pero no explican cómo llegó la provincia a esa situación.

Para entender el origen del problema, Los Andes dialogó con algunos especialistas. Uno de ellos es el economista Raúl Mercau, quien analizó los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida y sacó algunas conclusiones.

“El informe de la DEIE demuestra que en general las familias pobres de Mendoza están más cerca de la indigencia (llegan a esa condición si quedan por debajo de la Canasta Básica Alimentaria) que de salir de la pobreza (dejan de ser pobres si sus ingresos superan la Canasta Básica Total)”, comentó.

“Eso es resultado de  la unión de dos variables muy negativas: la inflación y la falta de trabajo bien remunerado. El índice inflacionario de dos dígitos es un problema que nació con el gobierno anterior y la ausencia de empleo es producto de la caída de la actividad económica de la provincia”, indicó Mercau.

“Para poder bajar los niveles de pobreza es necesario que se corrijan las dos variables. El Gobierno está haciendo esfuerzos para bajar la inflación, pero el problema del empleo está lejos de solucionarse”, continuó el economista.

Baja actividad económica

Raúl Mercau señaló que el índice de desempleo de Mendoza es relativamente bajo en relación a otras provincias (fue de 3,3% en el cuarto trimestre de 2016 según el Indec), pero advirtió que “el índice de subempleo es demasiado alto” (fue del 9,6% en ese mismo período).

“Los trabajadores subocupados en general son personas que trabajan en negro o hacen changas y tienen niveles de ingresos muy bajos. Eso los pone en desventaja frente a la inflación y los lleva en muchos casos a la situación de pobreza”, apuntó.

“Para revertir esa situación es fundamental que Mendoza mejore sus niveles de actividad. En 2016 el Producto Bruto Geográfico (PBG) de la provincia se contrajo 4%, según un estudio del Ieral, y eso provocó aun más destrucción de empleo”, opinó Mercau.

Coincidió con ese análisis Jorge Day, economista del Ieral (Fundación Mediterránea). “La pobreza es causa del desempleo y del bajo nivel de actividad económica”, indicó.

“Para que disminuyan los niveles de pobreza es necesario que la economía de Mendoza mejore su productividad, pero resulta difícil lograrlo bajo la situación económica actual”, comentó Day.

“La mejora en productividad debe llegar de la mano de las inversiones de capital y de la incorporación de nueva tecnología. Para que las empresas inviertan se debe dar un marco favorable, con un dólar a un valor razonable, tasas de interés atractivas y menor presión impositiva. Hoy, estamos lejos de un escenario ideal”, lamentó el experto.

El impacto de la inflación y la evolución de los ingresos

Más allá del problema de baja productividad que enfrenta la provincia, Jorge Day y Raúl Mercau coincidieron en que “mientras exista inflación alta, seguirán cayendo familias por debajo de la línea de la pobreza”.

No es un dato menor que, en abril, la DEIE registró un aumento del 3,2% en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), un valor alto impulsado principalmente por el incremento de precio de alimentos y bebidas.

Además, en el acumulado de los últimos doce meses (abril de 2016 contra abril de 2017), el IPC creció 26,4% en Mendoza.

Rodrigo González, economista de Fundación Ideal, explicó que el avance de la inflación está íntimamente relacionado con el nivel de pobreza.

“Hay dos variables a tener en cuenta para entender cuánto afecta la inflación al aumento de la pobreza: el aumento de la Canasta Básica Total y la evolución de los ingresos familiariza”, comentó.

“La CBT está influenciada por la inflación, mientras que los ingresos dependen de la actualización de los salarios, el aumento de las transferencias del Estado (como la Asignación Universal por Hijo) y la posibilidad de conseguir más o mejor empleo”, continuó.

“El aumento de la pobreza en Mendoza durante los últimos años da cuenta da que la CBT avanzó más que el ingreso familiar promedio de las familias pobres. Aunque durante algunas etapas los salarios le ganaron a la inflación, en 2015 la tendencia se revirtió y los sueldos perdieron en promedio cinco puntos contra el avance de los precios”, agregó González.

“Además cayó la actividad económica y hubo destrucción de empleo, dejando a muchas familias sin posibilidades de mejorar sus ingresos por medio de otros trabajos”, apuntó.

Problemas estructurales

El titular de la DEIE, Facundo Biffi, analizó los resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida del 2016 y reconoció la preocupante realidad que atraviesa Mendoza. Para el funcionario el mayor foco de conflicto no es la diferencia que existe entre el salario promedio de las familias pobres y su CBT, sino que el problema es la estructura que llevó a ese nivel de diferencia.

“Si el Estado destinara $ 6 mil de su presupuesto para dar a cada familia pobre, resolveríamos el problema de acuerdo a lo que indica la medición de la ECV, pero no sacaríamos realmente a las familias de la pobreza”, opinó.

“La pobreza va por otro lado, como mejor educación, mejor salud y mejores condiciones sanitarias. Es ahí donde se hace difícil el problema. Por eso dar asistencia monetaria no resolverá las limitaciones culturales que no permiten a una familia pobre progesar económicamente”, continuó Biffi.

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