Plantan cara ¡en el Japón!

La banda mendocina Huge The Cara se proyecta a los confines de la Tierra: el segundo corte difusión de lo que será el disco “Pakanusa” lo fueron a grabar... a Tokio.

Marce Conno (26) se hace el astronauta, pero -en lugar del espacio- prefiere viajar hacia el otro extremo del planeta: ¡Y es literal! Ahí baila, se pasea, se vuelve loco y más loco entre el enjambre de luces de neón que son las calles de Tokyo, donde canta en un idioma español alucinado y alucinógeno. Es una canción que, además, empezó en su cabeza a otros tantos de miles de kilómetros: Entre las curvas, las subidas y las bajadas de San Francisco se enamoró, se frustró e hizo lo que mejor podía hacer. Sí, ser creativo.

Y “San Francisco” justamente se llama este videoclip, en el que él, en comitiva con Huge the Cara, filman escenas pasajeras de la vida en la city japonesa, adonde viajaron gracias a un montón de millas aéreas que les regaló un amigo. Querían irse bien lejos y las millas alcanzaron...

“La gente se paraba, nos sacaba fotos, y al final -en los créditos- nos paró la televisión japonesa para preguntarnos qué hacíamos”, recuerda el cantante de HTC, que ya se plantó como una de las bandas sub 30 más escuchadas de esta porción de la Argentina.

Sí, fueron a alterar el-orden-cuadrado de la cultura más metódica del planeta con sus bailes desinhibidos y su mezcla rockera con acento latino. Marce (voz), Emi Ramírez (guitarra y voz), Artie Canoa (guitarra), Beto Pincolini (bajo) y Martín Fernández (batería) son los protagonistas de esta pequeña hazaña: animarse a un conglomerado de 40 millones de personas “con dos mangos”.

El video en cuestión lo lanzaron el viernes pasado en su perfil de Facebook, donde 14 mil usuarios los siguen. Es que HTC la hizo bien: se formaron en julio del 2013 y se enchufaron directamente en un estudio, de donde salió “Mexico on the Moon”, 8 canciones que fluyen en varios idiomas (inglés, español, francés) y en varios estilos, con influencias que suenan a The Doors, Arctic Monkeys, Daft Punk o The Whitest Boy Alive.

A eso le sumaron psicodelia, enfoque indie y algún gen rockabilly. Está todo ahí: “No buscamos seguir una línea, sino jugar con todos los ingredientes que tenemos”. Y la receta funcionó, porque giraron por varias provincias del país, además de Chile y México (donde los recibieron con pedidos de autógrafos).

Pero ahora la cabeza está puesta en otro lado: su disco “Pakanusa” (Underpop), del que nos filtraron dos cortes audiovisuales, “Disappear” y “San Francisco”. “Estamos terminando de grabar el disco, para que salga en mayo. Es completamente diferente al anterior. Con el otro estuvimos un año grabándolo y recién después salimos a tocarlo. Hicimos las cosas al revés a propósito. Empezó a funcionar y quedamos sorprendidos. Ahora fue al revés, a este disco ya lo venimos tocando”.

-¿Y el estilo cambió?

-Lo que más sucedió fue que nos empezamos a nutrir de la misma gente de los shows en vivo. Se puso todo más rockero, del agite, de la arenga, de lo que nos devolvía el público. Este disco viene más rockero. Igual nuestros discos son, cuando los escuchás, música que podés poner en una previa o andando en bici... pero el show en vivo es una apuesta más arriba: más power; es algo como para vivir intensamente.

-Además de México, ¿hay posibilidades de proyectarse en Japón después de esto?

-Esperemos que sí. Tenemos algunas cositas habladas, pero la verdad es que viajar en banda completa, con plan gira, sería algo en lo que ya necesitaríamos un apoyo de la productora más fuerte. Aunque la idea este año es marcar más presencia en Argentina, con el tema de que nos fuimos a México lo dejamos un poco de lado. Para allá volvemos este año también.

-¿Crees que los ha ayudado a hacerse conocidos este interés especial que tienen por los videos y la propuesta estética en general?

-Sí, es algo que lo vemos como algo fundamental. Porque la música es genial, sí, el lenguaje también, pero hoy cuando uno ve algo tiene esa necesidad de querer ver un video, de ver cosas que te estimulen por varios lados. Creemos que la estética importa y que es uno de nuestros fuertes.

Trabajamos con un equipo de diseñadores, incluso. “Disappear”, por ejemplo, tenía un montón de producción, nos llevó tiempo, esfuerzo y trabajamos con profesionales geniales. Apostamos a eso, a la producción. Después nos decían que era un video para MTV, o de Hollywood, ¡la flashearon!

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