Plan Educación Secundaria 2030, una oportunidad

El Plan de Educación Secundaria 2030 se presentó en diciembre de 2016 en el 9° encuentro del Consejo Federal de Educación en la Ciudad de Buenos Aires, encabezado por Esteban Bullrich (Ministro de Educación y Deportes de la Nación).

¿En qué consiste este plan? Básicamente en que cada escuela logre delinear un Proyecto Educativo singular y propio. En la reunión que mantuvo el equipo del ITES en agosto de 2016 con el ministro de Educación la Nación, éste nos expresaba que uno de los propósitos de su gestión se centraba en la innovación educativa y en la intención de romper con el modelo único de escuela sostenido férreamente en la gestión anterior.

Es que un modelo "único de escuela" permite el control absoluto sobre ellas. En este sentido, se impide la singularidad del proyecto de cada institución educativa, proyecto que no puede ser pensado por los padres y maestros sino que es impuesto por el gobierno de turno. La gestión educativa de los últimos 12 años aprovechó al máximo esta debilidad.

Por ello, los que hemos sufrido la manipulación de la escuela por intereses espurios, tenemos la esperanza de que este plan resuelva algunos de los tantos problemas que padece y que ha conducido a un deterioro nunca visto en nuestra historia.

El Plan de Educación secundaria 2030 supone:

* Integración de los saberes. Busca generar "módulos de aprendizaje integrados" a fin de subsanar la fragmentación y la atomización de los saberes.

* Enseñanza por Proyectos. Un proyecto implica la capacidad de resolver un problema concreto y esto sólo puede lograrse cuando el estudiante ha logrado la unificación del saber, además, de tener la habilidad de plasmarlo en situaciones concretas. En este sentido, la Secretaría de Innovación y Calidad educativa de la Nación, Mercedes Miguel, expresó: "Apuntamos a un trabajo más colaborativo, interdisciplinario, a través proyectos y a su vez lograr que los estudiantes puedan tener un aprendizaje que empiece a tener coherencia pedagógica y dejar de tener a los jóvenes con compartimientos estancados del conocimiento que van pasando de una materia a otra".

* Planificación integrada. Para ello es necesario que los profesores trabajen juntos y logren una visión conjunta, unitaria de los saberes.

* Profesor por cargo. Es necesario tender a que el profesor pertenezca a una institución para que pueda trabajar con su colega en un plan integrado de aprendizaje y conocer en profundidad a sus alumnos.

* Cambio en la organización escolar: en lugar de fragmentar una mañana en 4 ó 5 disciplinas totalmente distintas, se brindaría al estudiante una hora para lectura y estudio personal, para luego continuar con la enseñanza y trabajo sobre un módulo de aprendizaje integrado (MAI).

* Metodología renovada: por ejemplo, los alumnos deben acceder a textos y discutirlos con el profesor; no escuchar toda una jornada a un profesor explicarlos.

Este cambio propuesto por el Consejo Federal de Educación y el Ministerio de Educación de la Nación, es anhelado por gran parte de la sociedad política que brega por la formación de las jóvenes generaciones, por la concordia política y por la recuperación de nuestra nación.

Un ejemplo de esta necesaria y urgente renovación se manifiesta en las coincidencias de los cambios sugeridos por las autoridades educativas y los esperados por las instituciones no gubernamentales. La respuesta del Equipo Pedagógico de Dirección Nacional de Coordinación Pedagógica (diciembre de 2016) a la propuesta de renovación de la escuela media elevada por el ITES -Instituto para la Transformación del Estado y la Sociedad- manifestaba ya la necesidad de esta transformación y de los aspectos que esta innovación requería:

"Algunas ideas que fundamentan la propuesta son coincidentes con objetivos y líneas de acción que este Ministerio está llevando adelante. Tal es el caso, por ejemplo, de la preocupación por la renovación de la organización de la educación secundaria, por la centralidad de los estudiantes en los procesos educativos, por la integración de los saberes de las distintas disciplinas y por el desarrollo de capacidades de los estudiantes como el pensamiento crítico, la comprensión, el trabajo con otros, etc."

La Escuela Secundaria 2030, que apunta a transformar en profundidad la escuela secundaria, es una gran oportunidad para abandonar un modelo que hoy conduce al fracaso seguro. Pero este cambio deber ser profundamente meditado y paulatinamente implementado, si pretendemos que realmente eleve la calidad educativa y, si lo logra, para convertirse en política educativa, es decir, en una acción constante en el tiempo, que supere las coyunturas partidarias.

Aunque primero debemos lograr una "normalidad mínima" como objetivo: un clima escolar ordenado que permita enseñar y aprender; padres comprometidos con el aprendizaje de sus hijos, y, algo tan básico, como que haya clase todos los días, que se cuente con los materiales necesarios, que asistan alumnos y maestros, y que permita enseñar y aprender.

Porque el bien del país no puede disputarse con la lógica de la pasión desmedida de las hinchadas de fútbol. Los partidos, cuando ceden a esta lógica mezquina, esperan que, si el "partido gobernante" es de signo contrario, falle en todas sus iniciativas, esperando como aves de rapiña su fracaso, para lanzarse a devorar a su "enemigo" y retomar el "poder" perdido. No para enmendar los errores cometidos por sus adversarios sino como medio para disfrutar de los beneficios que otorga el poder, sin pensar por un momento, que este poder es facultad de obrar conforme a la búsqueda del bien común.

Aprovechemos, con espíritu magnánimo, esta oportunidad de renovación educativa que se nos ofrece, siempre y cuando se respeten los principios de una sana política educativa: por ejemplo, y de forma principal, la libertad y derecho indelegable de los padres para decidir sobre la educación de sus hijos, reconociendo a la familia como agente primero y natural de la educación.

Pues, al fin y al cabo, todo cambio educativo requiere de la acción conjunta del Estado y la familia.