El fiscal de la Cámara Federal Germán Moldes formalizó el pedido de reapertura de la denuncia contra la entonces presidenta Cristina Fernández que hizo Alberto Nisman cuatro días antes de morir, y pidió que se analice no solo la figura de encubrimiento a Irán sino también el delito de traición a la Patria y la “omisión funcional de perseguir delincuentes”.
Según Moldes, “la traición a la Patria se configuraría en caso de llegar a acreditarse que argentinos que ejercían cargos públicos relevantes y otros que no lo son, pero que tan sólo eran parte del desafinado coro de lacayos y cortesanos que suele acompañar los antojos y caprichos del poderoso, se habrían unido a los enemigos de la República para prestarles su ayuda”.
Y advirtió que “la omisión funcional a la persecución de delincuentes lo sería porque, sin siquiera una explicación mínimamente verosímil, de manera inmotivada o fundada en motivos inconfesables o espurios, se ha pospuesto o evitado la realización de aquellas medidas necesarias que competían a los sindicados por el fiscal Nisman en la denuncia, con el objetivo de consagrar la impunidad de los imputados en la causa AMIA y lograr que evadieran las decisiones de la Justicia Argentina”.
Moldes afirmó que “si no hubiera de por medio ochenta y cinco vidas segadas causaría hasta un poco de gracia” la explicación oficial sobre el “giro copernicano” en torno a Irán entre los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, y añadió que para entender “las explicaciones de esa transformación (...) sólo queda viabilizar la investigación que reclamamos hace ya 16 meses”. Aunque su dictamen se conoció ayer, Moldes hizo la presentación a las 13.15 del pasado viernes, con el fin de que se declare nula la resolución que cerró la investigación por la denuncia de Nisman.
Nisman murió el 18 de enero de 2015, cuatro días después de haber denunciado a Cristina Fernández, a su canciller Héctor Timerman, a colaboradores y espías, por haber protegido a Irán, a través del Memorándum de entendimiento, en la investigación por el atentado de la AMIA.
El fiscal Gerardo Pollicita tomó la denuncia y pidió medio centenar de medidas para investigar los hechos, pero el juez Daniel Rafecas cerró el expediente por inexistencia de delito, la Sala I de la Cámara Federal convalidó esa clausura y el fiscal ante Casación, Javier De Luca, no impulsó una apelación ante la máxima instancia penal.
Ahora, más de un año y medio después de la muerte aún no explicada de Nisman, la Justicia tiene varios frentes abiertos para reabrir la denuncia, porque familiares de las víctimas de la AMIA y la DAIA le pidieron a Rafecas que reanudara la pesquisa en base a nuevas sospechas, pero el magistrado lo rechazó y ahora el tema está a estudio de la Sala I de la Cámara Federal.
Mientras, el juez Claudio Bonadio investiga una denuncia por traición a la Patria contra la ex Presidenta, su canciller y los legisladores que aprobaron el pacto con Irán.
En ese marco, llega el dictamen de Moldes considerando nula la resolución dictada el 26 de de marzo de 2015 por la Sala I de la Cámara Federal, con la firma de Eduardo Freiler, Jorge Luis Ballestero y Eduardo Farah.
Según el fiscal, “los tres votos de los magistrados se expresan y construyen sobre argumentaciones diferentes y excluyentes entre sí” por lo que “se evidencia la imposibilidad de tener al fallo cuestionado como un acto jurisdiccional válido”.
El fiscal aprovechó además para disparar contra la entonces la Procuradora General del Tesoro de la Nación, Angelina Abbona, por haber opinado judicialmente en la causa ante Rafecas como una ‘convidada de piedra’, “utilizando los medios del Estado para fines ajenos a sus funciones”.
Moldes aseguró que la denuncia de Nisman “se mandó al freezer” y se cerró la causa “con maniobras dilatorias” y “artimañas nada limpias, sino desfachatada”, pero ahora se está pidiendo formalmente que se reabra la investigación, sumando a la figura de encubrimiento el análisis de delitos como traición a la Patria y la “omisión funcional de perseguir delincuentes”.
“No estamos diciendo que esos delitos efectivamente se cometieron” ni que se haya “demostrado quiénes fueron los responsables”, sino que se reclama que se los dejen investigar “igual que hicimos aquella tarde lluviosa del 2015”, cuando se cumplía un mes de la muerte de Nisman.