Personas que enferman: cómo detectarlas y evitarlas

Transmiten tristeza, apatía, miedo, inseguridad, desesperanza. Ellos eliminan todo lo bello de la vida. Mejor lejos que cerca. Aquí, cómo identificarlas en nuestras relaciones.

Tristes, envidiosos, con miedo, negativos. Ellos enferman sin querer hacerlo. Por la sencilla razón de que contagian su toxicidad. Pasa cuando alguien genera fuertes dolores de cabeza, cuando se tiene la sensación de que una persona cargó a otra con cientos de kilos que antes no estaban. Una suerte de peso en el alma que amarga y apaga al más feliz.

Ellos son conocidos como personas tóxicas y abundan. Los tóxicos pueden ser de diferente tipo. Detectarlos a tiempo ayuda a no involucrarse con esta clase de personas y a evitar este tipo de virus que infecta y mucho.

El diario El País elaboró una clasificación de estas personas que permite identificarlos y mantenerlos lejos.

Los pasivos. Son aquellos que se sienten víctimas de todo. Sus males tienen que ver con lo que pasa alrededor todo el tiempo. Ellos jamás son responsables de lo que viven. Se sienten maltratados por el destino y abandonados a su suerte. La vida los castigó y ellos no tienen idea de por qué razón les pasó eso.

Hacen sentir mal a quienes no les prestan atención. A ellos se los acusa de contagiar la tristeza, la frustración y la mala onda. Para escapar alcanza con eliminar el contacto, o ayudarlos a buscar un buen experto en salud mental.

Los caraduras. Ellos siempre, siempre, siempre, piden favores. No les alcanza con uno o dos, siguen y siguen hasta generar hastío. No pueden mirar más allá de su ombligo y se caracterizan por ser egocéntricos.

Hablan con los demás pero jamás preguntan cómo están los otros. Tampoco son capaces de escuchar demasiado lo que se les cuenta, por lo que es inútil contarles cosas. Si la persona no les cumple con sus pedidos realizan una suerte de chantaje emocional que puede enfermar. El sentimiento en el otro es el de ser usado todo el tiempo.

Sonia Arias, es licenciada en Criminología y Psicología y especialista en Violencia Doméstica  y detalló que los egocéntricos son prepotentes, ya que consideran que todos deben estar atentos a sus necesidades. Lo peor es que, si los otros no lo hacen, se enojan. No tienen consideración o empatía con el otro.

Ellos deben ser admirados y no se alegrarán jamás de los logros de un familiar o amigo.

Mejor bien lejos que cerca

Los criticones. Son como un huracán que destroza todo lo que encuentra en su camino. La vida de su pareja, de sus amigos, de sus padres. Nada, ni nadie, los detiene. No hablan de forma positiva; menos de aquellos a los que les va bien.

Esta clase de personas potencia las frustraciones de los otros. Su manera de competir es destruir. Quienes los padecen sufren de remordimiento por criticar a otra persona, pero también de ausencia de esperanza ya que todo es demasiado gris. La solución en este caso también es sencilla: evitar incluirlos.

Los resentidos. Sienten que la suerte no los acompañó por lo que creen que todos son interesados y que los van a dañar. Lo que se haga, lo que se diga, será interpretado de forma negativa.

Padecen de ira y tampoco soportan el éxito ajeno. Con ellos se sentirá una ansiedad profunda, mucha impotencia e inseguridad.

Los psicópatas. No tienen el menor sentimiento de culpa. Lastiman a quien tengan cerca sin consideración. Humillan, faltan el respeto, amenazan y provocan a propósito. Si se encuentran con alguien débil usarán sus estrategias para lastimarlo hasta que se cansen de su presa o hasta que encuentren otra que los "divierta" más.

Si usted está cerca de una de estas personas: ¡corra! Contagian el odio, el miedo y destruyen la autoestima. Estar lejos de ellos garantizará su salud mental.

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