Para comerse a besos

San Valentín inspira o al menos es excusa para planificar un viaje de a dos. Bahamas, la India, Grecia, Saona, Galápagos, Buzios o Barú, sitios para confirmar el amor.

San Valentín retorna este año con más fuerza en nuestro país. Las celebraciones del amor que promueven shoppings, tiendas, restaurantes y hoteles, afloran y con mayor intensidad lo harán la semana entrante, recordando que hay que darle lugar al romanticismo y alimentar la pareja. Más allá de las creencias de cada dupla o de la devoción al santo, bueno es encarar para febrero o para cualquier mes del año un viaje con la media naranja, como un proyecto que implique elegir el destino, buscar las mejores ofertas, optar por actividades y luego pasar la prueba de estar juntos 24 horas al día.

Si de sitios para enamorados hablamos seguramente Verona, con el balcón del amor trágico, enganchará a los soñadores; o Venecia, con sus góndolas y callejuelas de agua para perderse sin ninguna intención de retornar. París, por supuesto, esgrime mucha de la imaginería del ideal de los amantes. Pero cada dupla tiene sus propios códigos e ingresos, y estarán los que anhelan una escapada en carpa al sur argentino o los que no necesitan más que la montaña mendocina. ¡No importa el lugar, elijan alguno para comerse a besos!

En Bahamas el amor se hace lugar
Nassau espera con la suave brisa de mar. Un trago y una tarjeta all inclusive, una sonrisa espontánea y la promesa de servicios Premium. Si esto no es amor... En Breezes Resort & Spa el primer y único Súper Inclusive® en las Bahamas, situado en un tramo de 305 metros de la legendaria Cable Beach, cabañas privadas con vista al mar, son la panacea de los que quieren estar a solas. Por lo demás, el resort cuenta con 3 piscinas de agua dulce y su sitio de arena y aguas transparentes; relajantes tratamientos para el cuidado del cuerpo en el Blue Mahoe Spa que pueden encararse de a dos.

Quizá un trago al atardecer en alguno de los bares que ofrecen bebidas ilimitadas de las mejores marcas antes de una cena romántica entre opciones gastronómicas de chefs de clase mundial. Música en vivo, bajo las estrellas y todo está dicho.

Durante la estadía quizá quieran animarse a la aventura: trapecio, pared para escalada en roca, kayak, vela y windsurf. O tal vez la única intención sea disfrutar del sistema Súper-Inclusive®. Esto es  un solo pago inicial que incluye el alojamiento, todas las comidas y bebidas ilimitadas y hasta las propinas. Más información: tarifa mes de febrero 2016 bajo el régimen SuperInclusive por día habitación doble desde U$S 352. Hay promociones especiales en diferentes épocas del año. www.breezes.com

Amantes exóticos
Un tren, un destino que asegura vibrantes experiencias culturales, exóticas y espirituales. Inquietante ¿no? Deccan Odyssey, es un tren de lujo que realiza expediciones en India. A su paso ofrece a los huéspedes el descubrimiento de las tradiciones atemporales lo que exige, claro, amantes aventureros, de esos que miran cada día con ojos nuevos.

El convoy serpentea a través de ciudades reales que muestran la opulencia y extravagancia de los palacios, las tradiciones y las maravillas culinarias de las ciudades y pueblos bien protegidos de las arenas del tiempo. Además tigres en su hábitat, cálidas playas, viñedos premiados y urbes patrimoniales en la lejana y mística India. Todo con confort, conectividad wifi, teléfonos móviles y televisores con pantalla LCD en cada compartimiento, spa, gimnasio, salón de belleza, sala de guardia, dos restaurantes y un bar. Hay seis itinerarios para elegir con propuestas variadas, (www.breezes.com), todos de 7 noches y 8 días. Más información: Hasta el 30 de abril se puede adquirir uno de los trayectos de una semana por US$ 7.188 por pareja. Esto contempla también una sesión de spa de 60 minutos a bordo.  trains@deccanodyssey.in FUENTE Cox & Kings Ltd

Saona, Catalina y la Catalinita

La propuesta aquí es llegar a República Dominicana, específicamente a La Romana. Allí se encuentra el Parque Nacional del Este y en él, repetido como un mantra: aguas cristalinas y playas de arena blanca, un toque de bosques subtropicales y la mágica isla Saona. Bien, éste es el sitio para prometer y creer en el amor eterno.

Buscar una playa sin gente, junto a Canto de la Playa o en ella, por ejemplo, con una canasta de frutas, alguna bebida y una lona, asegura que el verdadero cuento de hadas puede tener lugar. La piscina natural de Saona es paradisíaca, llena de estrellas de mar que se ven a través del agua. Aquí nadie deberá bajar una para su amada/o.

Catalinita es una pequeña isla deshabitada. A ella llegan los que quieren practicar buceo y snorkel, ahí donde el océano Atlántico se une con el mar Caribe, los arrecifes de coral y la abundante vida marina que resguardan incluso atraen a los inofensivos tiburones gata, a rayas águila y tortugas marinas, regalan horas de asombro compartido.

Más información: Tarifa por persona febrero U$S 2.300 incluye aéreos, 7 noches de alojamiento, régimen all inclusive, asistencia al viajero. 
 
Oia, donde el sol muere de amor
Detrás del acantilado frente al Egeo, febo se hunde en el agua, no sin antes hacer un acto maravilloso con despliegue de tonalidades del lado Este de Santorini, tiñendo todo a su alrededor según su juego de luces. La isla griega que se elevó luego de una gran erupción del volcán contiguo, que incluso sumergió su caldera para hacer del mar una piscina azul profundo sólo para que podamos rendirnos ante él o sus dioses, es para conocer con un cómplice.

El concepto de romanticismo puede tomar este poblado blanco de puertas y ventanas azulinas como el escenario para sus odas. A los alojamientos se llega caminando por laberínticas callejuelas o escaleras que dejan ver pequeñas verjas cada tanto y construcciones clavadas en la roca, cúpulas y arcadas. Allí hotelitos de pocas habitaciones con piscinas infinitas que parecen terminar en el mar, son estupendos para olvidarse de lo terrenal.

La gastronomía de Grecia es parte del encanto, con un vino de la isla los frutos de mar y las aceitunas, las pastas de berenjena y los panes airados, dan la continuidad del affaire. Merece una visita Thira la capital de la más hermosa de las Cícladas, y su puerto viejo, al que hay que llegar en burro o atreverse a sus cientos de escalones empinados, abajo el premio es el chapuzón en el índigo líquido y un almuerzo de mitología al ras del agua. Más información: alojamientos en Thira desde 80 euros, hoteles en Oia desde 100 euros; cena a la luz de las velas desde 40 euros.

Galápagos: Un sitio único para una pareja singular
Las islas ecuatorianas cautivan a los ecologistas y a los que adoran internarse en la naturaleza. Pues nada mejor que este archipiélago protegido en el que entre arrecifes de coral, pueden divisarse desde leones marinos, rayas, anguilas, las magnas tortugas, iguanas de mar, atunes, delfines y lobos marinos, tiburones martillo y ballena, un verdadero acuario al desnudo en el Pacífico.

Aquí hay que meter la cabeza bajo el agua y descubrir la diversidad que propone este mar con una visibilidad promedio de 12 a 18 metros –máxima de 25– y una temperatura de entre 14 y 26 grados. Hay sitios especiales para principiantes y otros para expertos. Este conjunto de ínsulas que deslumbró a Darwin, está ubicado a 950 km del Ecuador continental y lo forman 13 islas grandes, 6 pequeñas y más de 40 islotes de origen volcánico. Es posible trasladarse entre ellas en embarcaciones habilitadas.

Más información: Paquetes Galápagos con Quito, 8 días, 5 excursiones, ingreso al Parque Nacional, traslados, U$S 2.590.
www.visit.ecuador.travel/galapagos; www.galapagospark.org

Arraial do Cabo, Cabo Frío y Buzios, para parejas inquietas
Arraial es un rincón prístino de escarpados morros y vegetación poderosa, playas tranquilas y da la alternativa de practicar buceo arqueológico. ¡Qué mejor que descubrir indicios del pasado de a dos! En la zona hay más de cien naufragios desde hace cinco siglos hasta nuestros días. La fascinación por los signos de aquellos días mueve a los aventureros que no dejan de visitar Porcos, Ponta d' Agua y Saco do Cordeiro.

A 200 kilómetros de Río de Janeiro, está Cabo Frío, que entre las aguas más cristalinas de la región ofrece vida nocturna movidita y por el día no deja a nadie inmune a sus atractivos. Desde Brava, Conchas, Dunas, Foguete, entre otras, las arenas son multifacéticas. Dan posibilidades de subirse a la banana acuática, de aprender surf o pasear en barquitos con barra a bordo y, simplemente, pasarla bien.

Buzios está en las preferencias de los argentinos desde hace años y éste, con muy buenos precios. Más que sus 20 playas, el pintoresco centro en torno a Rua das Pedras y las famosas esculturas de Christina Morra, quien inmortalizó a Brigitte Bardot, la más famosa de sus visitantes, la población de pescadores es un remanso que da cientos de oportunidades a quien sabe verlas.

Por ejemplo ¿tomamos un taxi acuático? El destino: las islas de Rasa, Feia o Caboclo. Son playas sin infraestructura, encantador para un pic nic exclusivo. Es importante que la embarcación regrese por los tortolitos al atardecer.

Praia Olho de Boi, balneario nudista, puede ser opción para los que se adapten a las normas. Para seguir experimentando, alquilar un buggy es buena idea. Las calles empinadas, las playas alejadas, las reservas ecológicas como Emerencias, con plantas exóticas y Taua, famosa por albergar 300 especies de mariposas y 60 tipos de aves, sugerencias para los que no se quedan quietos.

Más información: paquetes con aéreos, 8 días en posada, asistencia al viajero, desde $ 11.800.

Barú, joya colombiana

En el Caribe con el acento cantado de los colombianos y el confort de los all inclusive, la isla de Barú, con tan sólo 7.000 hectáreas, cumple todos los requisitos para amar y demostrar amor. Se accede en la embarcación del hotel en unos 50 minutos en los que la bella Cartagena de García Márquez queda atrás. Hay transporte público marítimo y terrestre para los que no eligen el súper complejo hotelero.

Al llegar, manglares, barreras de coral y muy blancas arenas al borde del turquesa mar. Aquí la idea es abstraerse de todo. Existe la posibilidad de alojarse en hamacas en los alrededores, en pequeños hoteles o en el 5 estrellas. Hay sitios para comer con los pies en el agua atendidos por los pescadores, o en alguno de los restaurantes del Royal Decamerón. En cualquier caso, siempre se tiene la sensación de habitar el paraíso, de poder apartarse y disfrutar.

Los más, son los que quieren agua y sol, cócteles y punto. Hay varias playas para conocer y disfrutar, con arenas blancas y las aguas templadas y cristalinas del Caribe; algunas con más o menos servicios, entre ellas Punta Iguana, Puerto Naito, la Playita de Cholón, Playita de los Muertos y Playa Blanca.

Para los que quieran mirar más allá de su ombligo, pueden navegar hasta las cercanas islas del Rosario, con una visita al delfinario de isla Palma. También conocer pequeños pueblos de pescadores como Santa Ana, Ararca y Barú, degustar langostas y mariscos en platos locales. 
Más información: Paquetes de 7 días, con aéreos, alojamiento y asistencia al viajero, U$S 1.440.

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