Pablo Giménez Riili: "Nuestro escenario para 2014 es conservador”

Afirma que este año es más difícil atraer inversores a Argentina. No obstante, el proyecto que dirige sigue creciendo y posicionándose a nivel mundial.

Es propietario junto con Michael Evans de uno de los proyectos inmobiliarios relacionados con el mundo del vino, más innovadores de la última década: The Vines of Mendoza. Pablo Giménez Riili sostiene que ha sido necesaria mucha inversión para poder llevar adelante este proyecto.

Emplazado en el Valle de Uco, The Vines, cuenta con 600 hectáreas, de las cuales 400 están cultivadas con viñedos; además tiene espacios comunes de lujo, entre ellos, un restaurante que lleva el sello de Francis Mallman y un hotel dividido en 22 villas.

Giménez Riili es cauteloso a la hora de hablar sobre lo que puede suceder este año. Aseguró que todo el esfuerzo en 2014 se reenfocará en la comercialización de lo que resta del proyecto.

-¿Cómo ve Mendoza este año para hacer negocios?

-Nuestra visión como empresa es un poco particular, porque estamos metidos en un proyecto que ha sido para mucha gente una osadía, una inversión fuera de contexto. Llevamos diez años trabajando en The Vines y en el momento que decidimos arrancar, efectivamente, había condiciones muy favorables: las exportaciones de los vinos argentinos estaban subiendo, era un momento en que se estaban desarrollando proyectos de calidad; cuando empezamos era un momento en que había mucho entusiasmo. Ahora en el camino hubo varias crisis, sobre todo la de 2008, que nos afectó porque nuestra clientela es internacional, prácticamente todos son extranjeros; sin embargo, aun así seguimos apostando. Pero como es un negocio de mediano y largo plazo, y queremos ser el mejor proyecto de turismo de Argentina y por qué no del mundo. Eso no se hace en dos años.

-En el último año, ¿ha notado una caída en el ritmo de venta?

-Lamentablemente, hay una disminución concreta y en el año 2013 hemos notado que hay una disminución y caída. Probablemente en nuestro caso se puede deber a la falta de foco que tuvimos en las ventas, ya que todos nuestros esfuerzos fueron para el  hotel. Toda la energía de la empresa ha estado puesta en construir el hotel y es difícil valorar si la caída de las ventas ha sido por la falta de foco o por la situación que enfrenta el país. Sin duda, la coyuntura, la sensación de inseguridad jurídica, la falta de claridad con los costos y la dualidad del dólar, han generado muchísimos inconvenientes.

-¿Cuánto han aumentado los costos?

-Los costos para mantener nuestros viñedos han aumentado al mismo ritmo de la inflación. Pero por otro lado, el dólar se ha ido a ajustando y con la devaluación grande de enero nuestros costos en dólares no han cambiado, y en ultima instancia eso es lo que cuenta en todo el mundo. Creo que el gran problema que hemos tenido desde 2004 hasta esta parte es el atraso cambiario. Desde 2005 hasta ahora nuestros costos se han duplicado.

-Los compradores internacionales no están acostumbrados a procesos inflacionarios...

-No, la verdad que no. Nosotros hemos mantenido una política internacional de precios. Es decir, en el nacimiento del proyecto tuvimos precios promocionales, en los que la oportunidad estaba en comprar por el bajo costo. Ahora, a medida que el proyecto se consolida, vamos subiendo los precios, por la calidad y la consolidación; ese es el valor agregado que tiene el espacio. Lo triste es que este aumento de precios nos debería haber generado una mayor rentabilidad, pero la verdad es que con este aumento de costos no teníamos otra opción.

-¿Ha cambiado el mix de inversores?

-No. El corazón de nuestro proyecto es el desarrollo de viñedos. Los compradores de ese producto son normalmente extranjeros o personas que no viven acá y que no tienen tiempo para desarrollar ellos mismos el proyecto de su viñedo. Eso no ha cambiado, seguimos vendiéndoles a europeos, norteamericanos y brasileños. El mercado nuestro ha sido siempre externo. Pero ahora hemos abierto dos proyectos que nos dan una visibilidad local mucho más grande, uno es el restaurante “Siete Fuegos” y el otro es la villa de enólogos.

-A la par de The Vines, salieron muchos proyectos de características similares pero se quedaron en el camino. ¿A qué atribuye el éxito de su emprendimiento?

-Estamos convencidos de que el éxito de nuestro emprendimiento se debe al equipo que tenemos y probablemente a la forma en que ese equipo, mi socio y yo trabajamos. Nosotros hemos hecho de esto nuestra vida, y eso el cliente lo percibe y aprecia. Prácticamente cada persona que pasa la puerta de The Vines es recibida por mí o por alguien del equipo. La clave ha sido realizar un esfuerzo muy grande y también generar la personalización del proyecto. Formamos un equipo de gente joven que está todo el tiempo en contacto con los inversores.

-¿Qué escenario de venta analizan para 2014?

-Tenemos mucha fe, ilusión, y la apertura del hotel tendría que ayudarnos mucho. Sin embargo, somos conservadores porque la decisión de un extranjero de venir y colocar dinero en Argentina está más difícil que nunca, y hay que reconocerlo. Hoy los mensajes que llegan afuera, sobre todo por la inflación y por la falta de herramientas para mover el dinero, hacen que las personas piensen mucho más que antes a la hora de tomar la decisión de poner su dinero acá. Entonces va a requerir este año potenciarnos y cada vez estar más cerca de los clientes.

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