Pablo Chacón, el pionero

Hoy se cumplen 15 años de la primera vez que en Mendoza se disputó un título mundial. El escenario fue el estadio Malvinas Argentina, donde el lasherino enfrentó a Freddie Norwood.

Pablo Chacón, el pionero
Pablo Chacón, el pionero

Aquel jueves por la tarde, la luz desteñía sobre el césped  y las sillas blancas en el estadio Malvinas Argentinas, con un escenario atípico para el lugar, que fue colmándose para un acontecimiento histórico; la primera pelea por el título del mundo en Mendoza, que tuvo como protagonista a Julio Pablo Chacón, retador oficial del norteamericano Freddie Norwood, campeón pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

Mendoza, con un historial boxístico exquisito a nivel nacional, por primera vez estaba en el ojo de la tormenta. Se revolucionó todo, lo deportivo y lo periodístico.

Hoy se cumplen 15 años de aquel memorable  25 de mayo de 2000 en el estadio.

Pablo, esa tarde no sería campeón, perdió en fallo unánime. Fallo que no  enmudeció a las 20 mil personas que colmaron el Malvinas  y el “dale Pablo, dale, dale Pablo ...” siguió retumbando.

Fue una gran pelea, en la que Freddie Norwood le tiró todo el oficio encima a Chacón; lo bueno y lo malo de un boxeador con mucho ruedo. Lo tiró al lasherino en el tercer round y luego lo vapuleó en el noveno.

Pero mucho antes de subir al ring lo había intimidado en la conferencia, donde alguien intentó “vacilar” al moreno  entre carcajadas y éste le contestó: “cuando le esté pegando a tu boxeador arriba del ring, vamos a ver si te vas a reír igual que ahora”.

Fue puro coraje el lasherino frente a un fajador con oficio.

En la anécdota quedará que si su preparación fue la adecuada o no. O si fue o no el momento de exponerlo frente un boxeador de las características de Norwood.

Semanas de expectativas se vivían en el ámbito local, donde el tema deportivo fue la pelea.

La temprana presencia del carismático campeón (llegó 14 días antes), que posó para todos y con todos, hicieron que los medios  estuvieran presente en cada movimiento de los púgiles.

La división pluma a inicios del 2000 era la vedette con púgiles de la talla de Marcos Antonio Barrera, Jonny Tapia, Erik Morales, Naseen Hamed eran la imagen del éxito, los taquilleros. Chacón asomaba en la lista, aunque  aún lejano.

El pibe que a los 13 años llegó  al mítico Mocoroa  de Don Paco Bermúdez, y estacionó su carretela en la puerta, soñaba ser boxeador como su papá y campeón como Osvaldo Corro -titular sudamericano- a quien admiraba de adolescente.

No fue el mítico entrenador quien sería su técnico, sino Ricardo Bracamonte, ayudante de Don Paco por esos días, aunque el debut como amateur de Pablo sería de la mano de Bermúdez, en 1992 frente a Oscar Pedrero, pupilo de Carlitos Suárez.

Pablo era la gran promesa cuando pasó a integrar la Selección Argentina, donde lo esperaba Sarbelio Fuentes. El técnico cubano fue fundamental en la vida deportiva de Pablo.  Bajo su mano Chacón logró la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta de 1996, donde compartió el podio nada más y nada menos que con Floyd Mayweather.

Algunos meses después, Pablito debutaba como rentado.

Era un zurdo de guardia invertida, convocante, bastante sumiso y muy poco amigo del gimnasio. Crecía en cada pelea y  los nostálgicos que reclamaban a gritos una figura de la talla de los grandes cultores del boxeo cuyano, se ilusionaban y acuñaban una frase de nuestro mayores: “Este pibe boxea como los de antes”.

Esa tarde, Pablo Chacón no fue campeón (lo sería un año después), pero de su mano el boxeo mendocino comenzaría una nueva era.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA