Oro, el perro guía que subió al Aconcagua y “pelea” por su jubilación

Su dueño busca que se le reconozcan derechos laborales por su tarea en la montaña. En junio escalará la montaña más fría del mundo.

Oro, el perro guía que subió al Aconcagua y “pelea” por su jubilación
Oro, el perro guía que subió al Aconcagua y “pelea” por su jubilación

Aplaudido por todos, el perro Oro se convirtió en un asistente protagonista de la Primera Jornada Nacional de Derecho Animal de Mendoza que comenzó esta mañana. El can que ha subido dos veces el Aconcagua como perro guía "pelea" por su jubilación. En realidad, su dueño Ignacio Javier Lucero, quien también es guía de montaña, asegura que, como todo animal de trabajo, debería poder acceder a este beneficio una vez que se retire.

"Yo creo que tiene que tener aportes y estar inscripto para poder jubilarse. Una cosa ridícula para la Justicia de Argentina, pero que en Pakistán se hace", explicó el orgulloso dueño. Él relató que en ese país los burros y mulas utilizados por los militares tienen distintos grados de sargento y, una vez que dejan de trabajar, se jubilan y tienen derechos. "A Oro yo lo considero un perro de trabajo y tiene que ganar en los derechos laborales", remarcó.

La historia de este perro y su dueño es por demás conmovedora. Ignacio se encontraba recuperándose de un ACV y un infarto que tuvo en el Himalaya cuando Oro llegó a su vida. "Él empezó a vivir en la puerta de mi casa y yo lo empecé a entrenar, aunque en realidad nos empezamos a entrenar juntos porque fuimos aprendiendo", recordó el guía.

Mientras compartían tiempo juntos, Ignacio comenzó a notar que el animal tenía un gusto especial por la montaña. "Se me ocurrió utilizar una disciplina que se llama canicross que consiste en utilizar la energía del perro. Si bien se practica en zonas urbanas, yo la empleé en altura", precisó el hombre.

Así fue que en 2016 subieron por primer vez el Aconcagua juntos. "No sé si es el primer perro que hace cumbre, pero sí el primero que lo logra como perro de trabajo", dijo Ignacio a la vez que enumeró las tarea del can: anticipa las tormentas, marca huellas, establece tiempos de descanso, de hidratación y de fin de jornada, entre otras. Ambos volvieron a repetir la hazaña a principios de este año.

"En junio nos vamos a Alaska, por lo que se va a convertir en el primer perro en subir el Denali, la montaña más fría del mundo", adelantó.

El guía está eternamente agradecido del animal. "Por mis problemas de salud yo tenía prohibido volver a subir el Aconcagua y sin él no hubiera podido volver a hacerlo", subrayó. Para él se trata de un perro deportista, asistente y su compañía durante las 24 horas. "Junto a él promocionamos el bienestar animal y promuevo que al perro se le dé las posibilidades de tener derechos", cerró.

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