Esta historia comienza en Londres. En LISPA (The London International School of Performing Arts), escuela de teatro físico fundada en 2003 por Thomas Prattki según los preceptos pedagógicos del actor y mimo francés Jack Lecoq -uno de los maestros referenciales del teatro del siglo XX-. Desde allí, en 2009, un grupo de actores despegan rumbo a Buenos Aires en busca de un escenario en común. Pero sólo llegan Pablo López (argentino, él), Natalí y Arturo Gaskins (ambos puertorriqueños). Y confluyen, ríos buscando cauce, en el ensamble
Cabuia Teatro y Compañía
(de “cabuya”, una palabra originaria del Caribe que define al hilo del barrilete).
"Cabuya es el hilo que conecta al barrilete con quien lo remonta -dice Natalí, con acento dulcecito-; el mismo que hace bailar el trompo, también el hilo del balero y de otros muchos juegos de nuestra infancia. Es ese hilo de algodón blanco simple, que también te permite colgar la ropa, amarrar los libros, amarrar la pizza. Aquí se conoce como piolín. Es un simple hilo que nos permite jugar, incluso volar; pero también es muy práctico y a veces nos hace la vida más fácil".
Si hay una crónica sobre la fundación de Cabuia ésa no es otra que aquella que define la apertura de toda sala de teatro independiente: materializar el proyecto requirió manos amorosas y esfuerzo conjunto: "Limpiamos, sacamos escombros y construimos un espacio grande y luminoso en espera de nuestros amigos europeos que, en plena crisis, se aferraron a cualquier trabajo para subsistir. La nueva compañía se fue creando con gente que venía a la escuela y con compañeros que fuimos conociendo en el trayecto (teatristas del país y América Latina; entre ellos, la actriz mendocina
María Pereyra
)".
En este búnker escénico y creativo, el grupo comenzó a tejer el entramado de
"Soledad o el fin de los miedos"
, su primera producción en Argentina, que se aferra a las leyes del teatro físico (aquí, la imagen, la música, el gesto y el movimiento tienen igual importancia que el texto) para componer su materia artística.
Natalí Gaskins precisa en detalle: "Estudiamos las leyes físicas del universo que nos afectan siempre: ley de gravedad, movimiento, impulso; seamos conscientes o no. Y las utilizamos para hacer teatro que afecte al público, un teatro que sea para todos: en el que el intelectual, el teatrero, la ama de casa, sentados uno junto al otro, compartan momentos de comunión y de humanidad profunda".
La semilla de la obra es una tragedia, pues está inspirada en la novela "Amor y anarquía. La vida urgente de Soledad Rosas", de
Martín Caparrós
. Es un texto biográfico que relata militancia y muerte de aquella joven porteña de Barrio Norte que viajó a Europa y se sumó al movimiento okupa; y meses después decidió quitarse la vida tras ser acusada, junto a su novio, de ecoterrorismo en Turín.
En el camino de construcción recibieron los aportes generosos de distintos artistas:
Cristian Palacios
, en la dramaturgia (tal y como lo hizo en nuestra exquisita "Javiera", de La Rueda de los Deseos, aquí también les otorgó una voz unificada a los textos que el grupo escribió durante el proceso creativo);
Jeremy James,
del Théâtre du Soleil, en la dirección; Quinn Bauderiel de la compañía
Pig Iron,
de Filadelfia, afinó detalles en la puesta escénica y
Gaia Saitta
, de Colectiv Reuni, de Roma, con comentarios.
Tras estrenarla en Buenos Aires, en marzo de este año; Cabuia salió de gira por escenarios de Chile (Iquique, Valparaíso y Santiago) y Mendoza (la Sala Ana Frank).
-¿Cómo llegó a manos del grupo, la historia de Soledad Rosas?,
le preguntamos a la actriz.
-El libro de Caparrós venía siguiéndonos hace mucho. Mientras éramos estudiantes en Inglaterra, Pablo (López) lo trajo desde Buenos Aires; coincidió que muchos de los hispanoparlantes del grupo lo habíamos leído y habíamos encontrado la historia increíble y muy reciente. Cuando estuvimos investigando para nuestra primera creación en Argentina, propuso la historia y le encontramos sentido: estábamos en Argentina, con un elenco en su mayoría argentino y es una historia argentina, a la vez muy humana, universal e increíblemente vigente. Así que comenzamos a investigarla y de inmediato nos cautivó.
-¿Cómo fue el proceso de transposición del lenguaje literario al teatral?
-Empezamos a improvisar escenas, textos, sonidos, música, personajes, dramaturgia y así fuimos hilando nuestra historia. Trasponiendo, investigando como hacer de una caso real, de una historia verídica, una obra de teatro. Siempre partimos de la improvisación y luego vamos orquestando y puliendo.
-¿Cuál es la lectura que hicieron de lo ocurrido?
-Es una historia fuerte, impactante, absurda también. Nos vimos rodeados de miles de noticias de jóvenes que en este momento también estaban militando y ocupando casas. El movimiento de los indignados; las tomas estudiantiles de las universidades en Chile y en Puerto Rico; el caso del joven argentino, ocupa en Barcelona, que fue asesinado por policías pero éstos dijeron que se había suicidado y el caso bomba chileno: todas son noticias relacionadas a la historia de nuestra 'Sole'. Nos pareció que era una historia importante que contar, para no olvidar; y esto lo reconfirmamos cada día, con cada caso nuevo. Era, también, un relato tiene todos los componentes para tratar ciertos dramas universales; la excusa perfecta.
El texto no es nada
Acunado en la tradición del teatro físico lecoquiano, este ensamble internacional encuentra referentes en compañías independientes, pequeñas y laboriosas, como nuestra inagotable
La Rueda de los Deseos
(que dirige Fabián Castellani) y
NIE
; o europeas de gran estructura, como el
Theatre du Soleil
,
Complicité
(en su primera etapa) y la de
Peter Brook
. Se iluminan, también, con la dramaturgia de Shakespeare, Moliere y Brecht. "Son obras enormes, de una gran pureza y para nada naturalistas. Muy humanas y sociales".
-El término 'teatro físico' se relaciona, también, con la danza teatro. ¿Cómo lo conciben ustedes?
-Nos inscribimos en una tradición, principalmente francesa e inglesa de hacer teatro. Somos graduados de una escuela Lecoq que investiga el espacio y su movimiento para crear escenas, para afectar al público. En Europa se empeñan en definir estos abordajes como teatro físico. Aquí, sin embargo, usan el término para denominar algo más cercano a la danza; tipo Fuerza Bruta. En el teatro físico, tal y como lo entendemos nosotros, texto, danza, música y movimiento no están separados, son parte de un todo; el texto es tan significativo como el silencio, como el gesto, como el acorde, etc. Tengo una linda anécdota sobre esto.
-Escuchamos.
-En Inglaterra fuimos a ver una obra de Peter Brook, éramos muchos y estábamos contentos. Frente a nosotros había una señora grande de pelo blanquito que se giró y nos preguntó de donde éramos y que hacíamos, le contestamos que estudiábamos teatro físico, asumiendo que ella no estaba muy conectada, le explicamos un poquito. Nos miró fijamente y nos contestó tajantemente con un acento francés: "Todo el teatro es físico; sino es literatura hablada y pertenece a la radio". Al final ella se subió al escenario a saludar: era la escritora de Peter Brook, Marie Helene.