No hay confianza en el futuro

El panorama actual

No existe confianza en el futuro y la hipocresía que en general exhiben los políticos opositores es fundamental para esta falta de confianza. El Gobierno ha dispuesto medidas estructurales, algunas de las cuales analizaré, pero continúa con el mismo problema: graves errores políticos y comunicacionales. No sabe expresar pedagógica y docentemente sus logros, lo que significa que es como si no los tuviera; adopta medidas políticamente incorrectas lo que da pie a la oposición para implementar una crítica feroz, y Macri no es consciente de que puede perder el poder en 2019. Hay tres fuerzas que pueden competir con Cambiemos y ganar: el PJ tradicional, el Frente

Renovador de Sergio Massa y el Frente para la Victoria. El peronismo no se ordena y como no se puede concebir a sí mismo sin líderes, preferentemente autoritarios, tiene todavía tres años para hacerlo. El FR, y su líder Sergio Massa, sostiene que no tiene vínculos con CFK pero dos de sus economistas voceros: Aldo Pignanelli y Marcos Lavagna junto a algunas diputadas nacionales que intervienen en la TV, especialmente en Intratables, actúan como filokirchneristas; en el FpV decididamente Cristina y todos sus seguidores, fanáticos brancatellistas que justifican todo, carecen de autocrítica, aumentan permanentemente la grieta que se hace cada vez más insoportable y en los múltiples y graves delitos con serias imputaciones de autoría a CFK y numerosos ex funcionarios, que casi se robaron el país, consideran que nada es cierto y se trata de una persecución política, judicial y macrista tendiente a desacreditar a la ex presidente. Para ellos, mientras peor mejor y si el Gobierno cae o es derrotado antes de 2019, se creen con serias chances de volver al poder. Esto no es posible salvo que el pueblo esté gravemente desinformado y encolumnado sumisamente detrás de CFK.

Las medidas tomadas

El levantamiento del cepo cambiario, impuesto por Cristina debido a la pésima administración del dólar y a su desaparición en plaza, sin estridencias ni severas alteraciones del mercado, permitió volver a la normalidad y estabilidad de la moneda norteamericana, con una leve flotación administrada por el BCRA, con impacto en la balanza comercial, por primera vez positiva después de años de ser negativa con Cristina. Permitió recomponer paulatinamente las reservas internacionales lo que da estabilidad al peso y a la economía. La lucha contra la inflación está obteniendo sus frutos que luego del 30% que nos dejó la bomba activada K y diez puntos más de Macri por el impacto de las medidas de reordenamiento, podremos estar en 17% al 20% en 2017. Y el sinceramiento cambiario, llamado popularmente blanqueo, incorporará como capital sujeto a impuestos la cantidad de U$S 130.000 millones estimado al 31 de marzo de 2017, más importante que el blanqueo de Italia de U$S 100.000.

Las críticas peronistas de Massa y de los K son hipócritas. En 80 años de desastres políticos y económicos, con gobiernos peronistas, en menor medida radicales y por supuesto los nefastos gobiernos militares con golpes de Estado en 1930, 1943, 1955, 1962, 1966 y 1976 o, si se quiere, los gobiernos desde 1983 hasta 2015, dejaron un país en ruinas. Resulta que hoy, en 2017, los autores del fracaso y los K, el peor gobierno de la historia nacional, critican severamente a Macri que, con esfuerzos, errores y grandes cambios, pretende hacernos salir del fracaso acumulado.

¿Por qué no se reactiva la economía?

No hay grandes inversores internos ni externos. El cúmulo de pálidas predicadas y expuestas permanente por la oposición, especialmente por el FpV y FR y las amenazas de huelgas del sindicalismo, más los piquetes diarios e insoportables fogoneados por quienes buscan el fracaso del Gobierno (recuerden los 13 paros al presidente Alfonsín), mantienen en el temor a los empresarios, que también tienen su cuota de culpas porque si hubo coimeados es porque hubo coimeros, y siempre buscan la protección absoluta del Estado. No saben arriesgar ni competir; no todos por supuesto pero sí una cantidad apreciable. A ello se suma el ataque de los populistas y progresistas de izquierda que combaten al capital y no reparan que sin capital no hay trabajo para la clase media y media baja. Estas mentiras e hipocresías matan a las gallinas de los huevos de oro.

Y por fin, los que sinceraron sus fondos y patrimonios los dejan en el exterior sólo porque siguen sin confiar en los bancos locales ni en los políticos ni en los partidos ni en los futuros gobiernos ni en el sindicalismo envejecido. Para ellos, traer los dólares al país sin saber qué pasará en 2019 o ante la amenaza del retorno del populismo destructivo, más la inhabilidad de este Gobierno para mantenerse y acrecentar sus logros, los obliga a dejar sus fondos en el extranjero.

Es obvio que si esos U$S 130.000 millones reingresaran al país, reforzarían las reservas y parte de ellos se transformarían en pesos por el BCRA para así reactivar la inversión productiva. Por la crisis de Brasil, la Argentina pasaría a ser sin dudas el país más sólido, estable y fuerte de América Central y del Sur. Lideraría el subcontinente y Trump quedaría obligado por EEUU a negociar directamente con nuestro país, como lo está procurando con los gobiernos de los países centrales.

La oposición de centro izquierda debe tomar conciencia de los grandes errores cometidos durante los últimos 80 años pero no lo hace pues considera que es la única, especialmente el PJ, que puede gobernar al país. Ahora se suma Massa con el FR, variante del PJ y ex funcionario kirchnerista, que arrastra gran parte de los errores del pasado.

Para el 50% de los argentinos y casi el 100% de los extranjeros, el temor de que una recaída populista en 2019 deje sin efecto lo hecho por Cambiemos y reinstale un intervencionismo estatal sofocante y destructivo de la actividad e iniciativa privadas, fundamenta seriamente este temor. Estos gobiernos “nac & pop”, que de nacionales y populares no tienen nada porque han atacado al país, aumentado la pobreza, la indigencia e inflación y exhibido una nación vetusta y cristalizada en el pasado, no son ninguna garantía para el progreso nacional.

Reitero: Cambiemos hace muy poco por enseñar y publicitar lo contrario. Debemos dimensionar lo que verdaderamente nos espera en 2019 comenzando ya, con las elecciones de medio término de 2017.

Estas elecciones próximas serán un verdadero test drive para seguir administrando al país. Si el resultado electoral es positivo para Cambiemos, es posible que se acreciente la inversión, disminuya la pobreza y el desempleo, la inflación quede reducida a entre 2 y 4% anual y la Argentina vuelva a ser el gran país que fue, líder en América Latina y el mundo. Si es negativo, me temo que nada de esto ocurrirá y volvamos a vivir en la frustración y la desesperanza.

Las opiniones vertidas en este espacio no necesariamente coinciden con la línea editorial de Los Andes.

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