Mirta Navea: “Soy una aventurera, bohemia del atletismo”

El próximo año cumple 70 y se prepara para otro desafío en su vida, como lo es el Mundial Masters de Málaga 2018. En esta nota, nuestra protagonista recuerda una carrera llena de recuerdos, títulos y anécdotas.

"Solamente fui una vez a un gimnasio, pero no tengo constancia con eso". La frase pertenece nada más y nada menos que a Mirta Navea, la gran atleta mendocina que se encuentra en los albores de las siete décadas, pero cuya edad no la aleja de su pasión: el atletismo. Y cómo explicar que una persona de 69 años pueda tener tanta vitalidad deportiva, como así también, el sentido común de seguir planteándose objetivos a corto plazo con el propósito de estar presente en las citas atléticas que la invitan. Pero es una "loca" linda. Sigue trabajando de empleada doméstica, hace horas extras en otras familias, porque quiere competir en el Mundial Masters que se realizará el próximo año en Málaga (España).

"Tengo que reunir más dinero por eso trabajo más horas al día. Si bien mis patrones me ayudan, tampoco quiero abusarme de tanta nobleza", cuenta Mirta, quien comenzó su carrera atlética a  una edad que puede ser considerada "veterana" cuando ya había cumplido 38  años. Pero la peleó como pocos y empezó a estar en la consideración de propios y extraños. Su familia era su sostén, y ella, lo propio para los suyos. Porque a pesar de no tener el tiempo suficiente para dedicarle a los entrenamientos, se las ingeniaba "tratando de ganar ritmo de competencia arriba de una bicicleta", cuando recorría las calles del Gran Mendoza, de un trabajo hacia el otro. ¿En qué anda ahora?. Lo cuenta en primera persona. "En bicicleta, como siempre...(risas, sic). Bueno perdone, no lo conozco. Era para romper el hielo. Hace muchos que no me hacen una nota", continuó con su relato en su visita a nuestra redacción.

“Voy y vengo permanentemente. No bajo los brazos. Quiero ir al Mundial de Málaga, me estoy preparando para eso, y trabajo mucho como siempre para reunir el dinero que me permita solventar los gastos del viaje”, dice.

-A su edad ¿necesita de una preparación especial?

-Para nada. Siempre estuve alejada de las pistas y mi rutina fue trabajar de empleada, andar en bici, y si me quedaba tiempo, salir a correr un rato. Tengo muchas condiciones naturales y eso me ayudó para ser protagonista.

-¿Representará a algún ente local o va por sus propios méritos?

-Desde hace un tiempo estoy nucleada con C.A.VE.M.  (Círculo de Atletas Veteranos de Mendoza). Ellos mis inscribieron para viajar a España y ojalá los pueda representar bien.

-Hace tiempo que ya no corre maratones ¿en qué consiste la prueba que participará en Málaga?

-Se trata de variantes del atletismo para personas de cierta edad. Vamos a competir en 8 kilómetros de cross y en 5 de marcha. Son pruebas que requieren cierta técnica, y me encuentro trabajando en eso para llegar de la mejor manera. En el tiempo que nos queda para poder ensayar, creo que voy a llegar bien.

-Será su sexto Mundial ¿tiene algún objetivo para las carreras?

-Ninguno. Terminar sería como estar en un podio. No es simple. Tengo algunas operaciones por las cuales no pude seguir corriendo sobre asfalto, pero como amo tanto este deporte, lo único que pretendo es llegar bien preparada y poder cruzar la línea de meta. Si es primera, sería otro orgullo personal gigante, de lo contrario, me conformo con llegar. Voy para ser feliz. Para dejar bien representada a mi provincia y a nuestro país.

-Estuvo en muchos lugares ¿qué anécdota la marcó para el resto de su vida?

-Hay muchas. Cuando fui al Mundial de Japón (1993), no entendía lo que me hablaban y tampoco me interiorice mucho por aprender, por ejemplo, inglés. Me manejé como pude. Haciendo señas con las manos, cualquier cosa para que me entendieran. Lo gracioso fue que cuando todos los atletas dormían o estaban en sesiones de masajes, esta aventurera, bohemia del atletismo, se dedicó a conocer la cultura japonesa. Miraba figuras, dibujitos, esculturas, pero no entendía nada.

-Tengo otra que a esta altura de mi vida es graciosa, pero que tuvo su peligro. En una carrera me presenté con una hemorragia vaginal. Me habían sacado un DIU anticonceptivo y me pidieron que no corriera, pero amo mucho el deporte. Tenía una buena preparación y, a pesar de que sangraba mucho, corrí y gané esa carrera.

-¿Necesita mucho dinero para poder viajar?

-Se necesita bastante. No es fácil. Trabajo muchas horas para juntar ‘maguitos’, pero así y todo sería más fácil con algún sponsor. Tengo pensado acercarme para hablar con Federico Chiapetta (Subsecretario de Deportes) para ver si pueden colaborar desde lo económico, porque las zapatillas o uniformes son carísimos. Aunque la mayoría de las veces me tuve que costear sola los viajes, tengo una edad en la cual también debo cuidar mi salud y por eso ‘tocaré’ algunas puertas para ver si recibimos ayuda.

"En la actualidad todo es muy comercial. Recuerdo que en una carrera en Europa una rival tenía sus calzones llenos de sponsors".

-¿Qué lugar ocupa el atletismo en su vida?

-Es todo. Soy una corredora de pura sangre y tomé esta disciplina como una terapia personal. Empecé a ir a torneos nacionales, gané muchos de ellos, y después le terminé agarrando el gustito de seguir compitiendo con personas que después nos fuimos haciendo amigos.

-¿Siempre estuvo ligada  a esta actividad deportiva?

-No, también soy una jugadora de fútbol frustrada. Era delantera y buena, pero los técnicos tenían otra visión (risas).

-¿Qué le dice su familia?

-Me apoyan en todo. Mis hijos siempre me ayudaron porque entendieron muchas veces con lágrimas o con poco tiempo,  porque trabajaba para mantenerlos, que el deporte es todo en mi vida.

-Alguna recomendación para los atletas que se están iniciando

-Que traten de estudiar y graduarse. Con sacrificio todo se puede. Las puertas del mundo se abren teniendo conocimiento de idiomas, por ejemplo, o siendo profesionales en algo, salvo mi caso que por caradura me mandé a correr y tuve muchas satisfacciones. Los chicos no deben saltar etapas. Tienen que respetar los programas atléticos. Veo a pibes llegar destrozados cuando cruzan una línea de meta, y eso se debe a que no estuvieron bien preparados o a que no se alimentaron adecuadamente en la etapa de preparación.

No pudo ver a Tinelli

Mirta se preparaba para la cita ecuménica de Valladolid (España). Era un año 2000 en donde la realidad del país empezaba a tener grietas en lo económico, por lo cual a todos los deportistas argentinos se les complicaba cumplir con sus programas. Y uno de esos casos fue el de Navea: “Me había preparado como nunca y en el campeonato mundial terminé novena”. Pero la previa no fue fácil. Trabajó, como siempre horas extras como empleada doméstica, pero le faltaba dinero. Entonces se le ocurrió viajar a Buenos Aires para intentar reunirse con Marcelo Tinelli. El conductor, en pleno auge con su programa, podía ser su salvación. Sin embargo la carpeta que le había preparado buscando la solidaridad del populoso personaje de la televisión nacional, nunca llegó a destino del Cabezón.

-¿Cómo fue ese viaje a Capital Federal?

-Junté una platita, me compré el pasaje y me mandé de una. No tenía muchas expectativas de encontrarme personalmente con Tinelli, pero no perdía nada. El no ya lo tenía. Fui con una radio que siempre me acompaña a todos los viajes, casi no se escuchaba nada porque ‘andaba floja’ de pilas. Llegué a Buenos Aires y me fui al canal de las pelotitas (por Telefé). Esperaba ansiosa. Recuerdo que estaba al frente del canal y una persona se acercó. Yo le daba palmadas a la radio buscando mejor señal, pero nada. Ese chico era el Pichu (Fernando Straneo), quien gentilmente me obsequió cinco pesos para que comprara pilas y algo para comer. En ese tiempo alcanzaba. Yo andaba con lo justo.

-¿Cómo hizo para regresar a Mendoza?

-Tenía el pasaje de vuelta comprado. Eso me ayudó mucho. Y aunque no tuve suerte con Tinelli, la gente que conocí se portó muy bien conmigo. Recuerdo que dormí en la terminal de trenes esa noche, porque no tenía a donde ir. Se acercaron personas de seguridad y me preguntaron qué hacía allí, a esa hora. Les expliqué la situación. Les mostré otra carpeta que tenía preparada por las dudas, con recortes de diarios, notas periodísticas y algunas imágenes de competencias en las cuales había participado. Me respondieron ‘tranquila señora, nosotros la vamos a cuidar’. Entendí el valor que tiene todo y eso me ayudó a no bajar nunca los brazos.

Algunos de los premios con los que fue galardonada

En marzo de 2006 se quedó con la 3ra edición del “Triatlón del Lago”, pero su máximo logro en ese año fue quedarse con Carrera del Desierto en Lavalle. Durante esa campaña también recibió una mención especial por participar en la Marathon Nocturna que organiza diario Los Andes. Antes se había coronado campeona argentina en Veteranos D y, en 1993, alcanzó el primer puesto en el campeonato nacional de la especialidad que se realizó en Famatina (La Rioja).

Eso le sirvió luego para representarnos en el Mundial de Italia, donde fue cuarta en los 42 km. Un poco más adelante en el tiempo, en 2001 se quedó con la media maratón de Regatas, registrando un tiempo de 51’48’’. Ese mismo año, la Asociación Maratonistas veteranos de Mendoza hizo disputar la segunda fecha del VII Grand Prix, en el circuito El Challao-Papagallos, y en la misma Mirta Navea se quedó con el primer puesto en Damas Mayores. Antes de eso tuvo su aventura por Valladolid. En esa cita ecuménica, nuestra protagonista finalizó novena, en tanto que en la misma rama, en el Mundial de Australia (2001) quedó decimosegunda.

En 2007 representó a la provincia en la tercera edición de la Maratón Apdes, donde finalizó segunda detrás de Raquel Mutt. Luego compitió en varias carreras hasta que en 2013 y con una muy buena concurrencia de deportistas se disputó la XIII edición de la Corrida Mercantil, organizada por el CEC. En la misma, Navea también puso su nombre entre las ganadoras, una gran prueba antes de competir en el Mundial Masters de Brasil, ya en categorías de marcha y cross, donde finalizó decimosegunda y decimocuarta, respectivamente. Una ganadora de la vida.

"En una maratón en Luján de Cuyo corríamos con algo de cotillón. Los de adelante los tiraban. Yo los junté y se los di a los hijos de puesteros".

Gorritos como obsequios

“Antes de cada viaje, sea la competencia que sea, nunca voy con las manos vacías. Siempre llevo algo para regalarle a mis colegas. En todos lados me han tratado muy bien. Una vez hasta me ofrecieron trabajo y radicarme en Italia, pero estoy muy arraigada a nuestra patria. Les debo mucho a mis patrones porque siempre fueron un sostén importante en mi vida, no podía dejarlos pagando, en gamba como se dice. Entonces con tanta bondad, se me ocurrió tejer gorritos para usarlos como souvenirs. No llevo muchos, pero los que alcanzo a fabricar los entrego a todos”, contó.

Dejó la Muni para ser empleada doméstica

“Fui empleada municipal en Capital, trabajaba en el Gimnasio Nº4, y mientras hacía eso, vendía viandas para ayudar en el estudio a mis hijos. Un día se acercó un señor y me dijo ‘señora, no le interesaría trabajar en mi casa. Necesito una persona que nos haga las tareas del hogar y le pagaré tanto’. Lo pensé mucho y me definí por renunciar a la Muni, cuyo trabajo me permitía tener horas para entrenarme. Pero no estoy arrepentida. Soy muy feliz siendo empleada doméstica”.

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