La embajada de México ante la Santa Sede protestó oficialmente ayer ante el Vaticano por las declaraciones del Papa en las que pide evitar “la mexicanización de Argentina” ante el aumento del tráfico de droga, informaron fuentes diplomáticas
“Entregamos al Vaticano una nota diplomática tal como dispuso el canciller José Antonio Meada”, declaró el diplomático mexicano.
El gobierno de México manifestó el lunes su “preocupación” y “tristeza” por las consideraciones hechas por el Papa Francisco en un correo electrónico enviado al legislador argentino Gustavo Vera, director de la fundación “La Alameda”, que lucha contra el tráfico de drogas y la trata de personas, quien difundió el contenido de la carta personal.
“Ojalá estemos a tiempo de evitar la mexicanización. Estuve hablando con algunos obispos mexicanos y la cosa es de terror”, escribió Francisco.
La eventual respuesta del Vaticano probablemente no llegará esta semana, debido a que el Papa se encuentra en retiro espiritual en las afueras de Roma.
El malestar de México por un comentario privado del Papa argentino, quien además conoce la compleja realidad de América Latina, resulta inusual, ya que es la primera vez que un país de esa región protesta oficialmente contra comentarios del Pontífice.
Francisco y Vera se conocen desde hace años, mantienen una relación epistolar desde que el entonces cardenal Jorge Bergoglio celebraba misas por las víctimas de las redes mafiosas para respaldar las denuncias de la fundación.
Desde que fue elegido en marzo de 2013, el Papa argentino no ha escatimado críticas contra la mafia y el tráfico de drogas, un drama que afecta a varios países de América Latina así como a Italia.
Según las autoridades mexicanas, el país ha hecho “enormes esfuerzos” para enfrentar al narcotráfico y “nos parece que más que buscar estigmatizar a México o a cualquier otra región de los países latinoamericanos”, se deberían buscar “mejores enfoques, mejores espacios de diálogo” para reflexionar sobre este tema.
México es el segundo país más católico del mundo después de Brasil y restableció en 1992 relaciones diplomáticas con el Vaticano tras la ruptura durante la Revolución mexicana a inicios del siglo XX.