Mercosur sólo pidió diálogo a Maduro y amaga con sanción

La posición uruguaya enfrió el plan argentino. Con la firma de países asociados, se reclamó el fin de la violencia en Venezuela. Bolivia, Perú y Ecuador no adhirieron.

La posición de Uruguay terminó por enfriar los ánimos y el Mercosur firmó un documento más suave que el pensado originalmente.

La suavidad permitió, además, que varios países participantes de la cumbre que no son miembros plenos del bloque comercial del cono sur también suscribieran el documento.

Aún así, con una la redacción más cuidadosa de las formas, Bolivia, Perú y Ecuador no firmaron.

Quienes suscribieron fueron los cuatro países miembros originales del Mercosur, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, más Chile, Colombia, Guyana y México.

Tal como se preveía con las primeras palabras que Tabaré Vázquez dijo en Mendoza, lo que iba a ser un duro documento terminó siendo apenas un llamamiento al diálogo; era previsible porque el Mercosur emite documentos y aplica sanciones sólo por consenso.

No alcanzó con delimitar la discusión a los cuatro países miembros originales del Mercosur, dejando al presidente boliviano Evo Morales con la sola posibilidad de adherir o no. El mandatario uruguayo se mantuvo firme y el consenso obligó a licuar las intenciones.

Sin embargo los cancilleres Aloysio Nunes (Brasil) y lo Jorge Faurie (Argentina) dijeron que además del documento se envió una carta del mismo tenor a Venezuela, que parece una notificación formal de lo que se puede venir si el gobierno de Nicolás Maduro no retoma la senda del diálogo y el restablecimiento de las instituciones democráticas en breve, dejando atrás la violencia que impera por estos días en ese país.

Al momento de dejar la presidencia pro tempore del Mercosur en manos del mandatario brasileño Michel Temer, Mauricio Macri dejó en claro su obsesión: “El domingo pasado los venezolanos le demostraron al mundo que, más que nunca, están comprometidos con la democracia. Desde el Mercosur reiteramos nuestro llamado a la paz, a la libertad de los presos políticos y a la pronta adopción de un calendario electoral en Venezuela”.

Luego, los cancilleres Nunes y Faurie fueron los voceros del resultado de las deliberaciones en el Hotel Intercontinental de Mendoza. En la conferencia fueron reiterativos acerca de la potencia que tenía un documento firmado no sólo por los cuatro presidentes del Mercosur, sino también por la presidenta chilena Michelle Bachelet y los cancilleres de México, Colombia y Guyana.

Además, también se agotaron de reiterar que el Protocolo de Ushuaia exige una consulta previa y que lo que se hace ahora es un llamamiento, “no se coloca inmediatamente la consecuencia que podrá tener escuchar o no”, decía Faurie.

Más adelante diría una frase clave: “Todos los países del Mercosur entendemos, con distinto tipo de evaluación, que la democracia en Venezuela no está vigente plenamente y que un requisito sine qua non para estar en el Mercosur es la vigencia de la democracia”.

Si todos los países firmantes aún con diferencias, creen que en Venezuela no hay plena vigencia de la democracia y se tiene en cuenta que para estar en el Mercosur hace falta ser una república democrática, en los hechos el llamamiento podría considerarse una amenaza de expulsión del bloque comercial, pero Nunes recordaba que Brasil provee de alimentos a Venezuela y dejar de hacerlo agravaría la crisis humanitaria.

¿Advertencia? La gran pregunta que surgió entre la prensa es qué hará el Mercosur el día después del 30 de julio, cuando se realice la elección de constituyentes convocada por el chavismo gobernante. No hubo respuestas.

“Este proceso tiene que ver con los términos del Protocolo de Ushuaia; hay una etapa que obliga a que los países miembros hagamos un proceso de consultas. Hemos enviado una nota instando a Venezuela a mantener un diálogo con nosotros, en los términos del Protocolo de Ushuaia, con la expectativa de que este diálogo sea en un plazo particularmente breve. Aguardaremos para conocer cuál es la decisión del gobierno venezolano”, dijo Faurie.

En sintonía con el parte de los países del Mercosur, en las últimas horas el presidente de los Estados Unidos Donald Trump, también amenazó con sanciones comerciales o económicas a Venezuela; Trump fue más allá que el espíritu esgrimido en Mendoza, donde se evitó de hablar de sanciones y mucho menos comerciales.

La sintonía entre la presión del Mercosur y la de Donald Trump también generó preguntas. “Nosotros estamos del lado de la democracia. La decisión del Mercosur es autónoma”, declararon.

Un protocolo de 1998 fija los límites para castigos

El Protocolo de Ushuaia es un documento firmado en 1998 por los presidentes del Mercosur de aquellos años, Carlos Menem, Fernando Henrique Cardoso (Brasil), Juan Carlos Wasmosy (Paraguay) y Julio María Sanguinetti (Uruguay), más los presidentes de los ya por entonces estados parte Hugo Banzer, de Bolivia, y Eduardo Frei, de Chile.

En ese protocolo se establece el compromiso de los firmantes con el sistema democrático: en el artículo 4 se prescribe que la ruptura del orden institucional de alguno de los países firmantes desata inmediatamente las consultas entre todos los mandatarios de los países firmantes, incluido el país en el que se provoque la interrupción democrática.

En el artículo 5 la única sanción que se prevé es la suspensión ya sea de participar hasta la de todos los derechos y obligaciones emergentes por ser miembro del Mercosur; en los hechos sería la salida de todos los acuerdos comerciales hasta que se restituya el orden.

Como ocurrió cuando Fernando Lugo fue destituido en 2012 como presidente de Paraguay.

Por esto es que la decisión de ayer incluye una carta. Es la consulta acerca de qué hará Nicolás Maduro en los próximos días. En el artículo 6 se prevé que todas las decisiones se tomen por consenso. Por eso la sola resistencia de Uruguay bastó para que toda beligerancia quedara diluida en la moderación.

El dato

Las cumbres presidenciales dan pie a reuniones bilaterales, además de la general, para abordar temas puntuales y el encuentro de Mendoza no fue la excepción.

El presidente argentino, Mauricio Macri, mantuvo ayer encuentros con sus colegas de Uruguay, Tabaré Vázquez, y de Bolivia, Evo Morales.

Según confirmaron fuentes oficiales, Macri se reunió por separado con Vázquez y Morales en el Hotel Intercontinental, donde se celebró la Cumbre del Mercosur, aunque no han trascendido los asuntos abordados.

El uruguayo Vázquez también había organizado un encuentro a solas con la presidenta chilena, Michelle Bachelet.

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