Menos uva de lo previsto, y casi 1% que quedó en cepas

Es lo que se deshidrató por retraso o no recolección para INV, que confirmó 23,9 millones de quintales recogidos, 6% menos que el último pronóstico. Para el sector, se dejaron más racimos colgados.

Menos uva de lo previsto, y casi 1% que quedó en cepas
Menos uva de lo previsto, y casi 1% que quedó en cepas

Hoy es la fecha formal de finalización y ya se sabe que la vendimia 2015 difícilmente superará 23,9 millones de quintales. Es un valor que, con una desviación aproximada al 6% respecto de la última estimación (25,4 millones), contiene algunos datos no siempre visibles, sobre todo en tiempos de crisis: este año hubo al menos 1% sin cosechar y, reflejado en términos de recolección real, 20.304 viñedos en actividad sobre 25.650 en total.

Un indicador es la Tarjeta del Viñatero, sistema que debutó esta temporada como el “DNI del  viñedo” para transparentar los movimientos de uva desde la finca a la bodega. Si bien al comenzar la recolección se especulaba con que muchos viñateros optarían por no cosechar, el registro del INV muestra 24 mil plásticos entregados, requisito para ingresar materia prima, y 1,6% pendiente de retiro.

“Hubo más retraso en el inicio de la cosecha que años anteriores, y la falta de mano de obra para la recolección incidió en la deshidratación de la uva. No obstante, pese al factor económico, estimamos que el porcentaje de uva sin levantar no superará el 1%”, analizó Claudia Quini, gerente de Fiscalización del INV,  luego de defender la brecha entre cosecha real y estimada, que en 2014 llegó al 20%.

Pero en la foto del año productivo también aparecen las bodegas. En Mendoza, al comenzar la vendimia la relación entre las 915 habilitadas y las que efectivamente estaban operativas arrancó en el 45%, y subsiste, aunque la brecha se achicó: 7 de cada 10 bodegas elaboraron vino (634) y en menor medida mosto, y en San Juan poco más de la mitad.

Con todo, para los técnicos del INV, tras el cuarto ajuste de los números de la cosecha, el valor global apenas superará 24 millones, sin contar con algunas prórrogas para vinificaciones especiales. Fuera de la decisión (voluntaria o no) de recolectar los racimos pese a las advertencias de riesgo fitosanitario del Senasa, el factor climático tuvo su peso. De hecho, la última evaluación indica que algunas granizadas tardías de fines de marzo se cobraron unos 300 mil quintales entre Valle de Uco y Zona Este, una proporción cercana a la  que se estima sin cosechar.

Al margen de los resultados, y ante las críticas y cuestionamientos de las entidades sectoriales sobre la fiabilidad de las cifras, para este ciclo el Instituto diseñó una Encuesta a Productores, como forma de recabar más información extra-pronóstico. Según Quini "es un método usado en otros países. Pero salvo los Centros de Desarrollo Vitícola, la respuesta de los productores fue casi nula".
Racimos y 10 meses de vino

No obstante, las entidades marcan su desacuerdo. El Centro de Viñateros de Mendoza encaró un relevamiento propio entre sus 300 productores asociados con el propósito de cuantificar la “no cosecha”.

“En los próximos días estarán los primeros datos. Es una encuesta para discriminar  zonas e incluso variedades”, anticipó Rubén Blanes, secretario de la AVM.

Algunos casos muestran fincas de menos de 10 hectáreas con un mix de uva criolla y  bonarda, donde se cosechó sólo la uva varietal “Con $ 0,85 el quintal y un costo de cosecha y acarreo de $ 0,50, cuando no más si hay alguna contingencia, es lógico”, añadió Blanes.

Los 16,8 millones de quintales cosechados en los oasis productivos de Mendoza se tradujeron en 839,6 millones de litros de vino nuevo, lo que equivale, al ritmo de la demanda actual, a casi 10 meses de despachos al consumo. Un dato a tener en cuenta ante el volumen heredado de 2014.

Por otra parte, hay acumulados más de 243 millones de litros de mosto. En cualquier caso cifras eliminadas de los partes de cosecha, como detalló Quini “a pedido de las entidades, teniendo en cuenta que se trata de información que, difundida, puede significar una ventaja competitiva en el mercado internacional de mosto”.

Para Emiliano Palazzo, de la Federación de Cámaras Vitivinícolas, “era esperable un 10% de uva colgada por debajo de las 20 hectáreas a cuenta de la diversificación, pero no un 1%. De todos modos hay más fincas abandonadas”.

Palazzo advirtió que en la Zona Este ni siquiera el cabernet estuvo a salvo de quedar en las cepas. “Esto pese a tener mejores perspectivas de mercado; ni hablar de la criolla. Los que cosecharon lo hicieron por amor a la actividad, pero con rentabilidad negativa este año el problema se agravará”.

El INV promete evaluar el porqué de un remanente de Tarjetas del Viñatero sin entregar en el Gran Mendoza. “Se recorrerán las zonas donde están las propiedades. Pueden ser viñedos nuevos, que en muchos casos se declaran al entrar en producción, o propiedades que, de un año al otro, se convirtieron en loteos”, consignó José Gibbs, del área vitícola del INV.

Casi 210 millones de litros de vino de 2014

Lo que se define como “una nueva estrategia de control” del INV confirma la existencia de un mar de vino que desde el año pasado ejerce una presión asfixiante sobre el mercado vitivinícola. A partir del 16 de abril personal de la Unidad de Auditoría Interna, a partir del control de más de 30 establecimientos, verificó más de 209 millones de litros elaborados en 2014, lo que representa alrededor del 22% de las existencias de vinos viejos

“Si no se mantiene la movilidad comercial en cuanto al repunte registrado en despachos al consumo, los stocks pueden aumentar con esta cosecha. Lo que menos se ha movido es el vino blanco escurrido, algo a trabajar con herramientas  como exportación, destilación u otro destino”, consignó Quini, sobre el impacto de caldos nuevos.

Los dirigentes dudan. Según Palazzo “los stocks generan incertidumbre. Previo a la cosecha eran 80 millones, Es un lastre que existe, pero se necesita hacer una auditoría para constatarlo”.

Reunión en Buenos Aires por la "Fecovita estatal"

Junio es un mes clave para el futuro político de Mendoza, y al Gobierno, con aval de la Nación, el almanaque le marca poco más de 20 días para lanzar su última apuesta para jugar fuerte en el mercado de los grandes volúmenes de vino: un nuevo esquema asociativo entre pequeños productores y bodegas que compita con los llamados “4 Fantásticos”, como se dio en llamar a los tenedores de vino a granel entre los que están Peñaflor, RPB, Fecovita y Esmeralda.

Oficialmente, al Programa de Asociatividad Vitivinícola -para muchos, en los papeles, una suerte de “Fecovita estatal”- le esperan dos días en Buenos Aires que prometen definiciones. El jueves 14  en la sede del Ministerio de Agricultura de la Nación, la subsecretaria de

Desarrollo Rural, Carla Campos, se reunirá con los ministros de Producción de las principales provincias vitivinícolas, con un tema excluyente en la agenda: avanzar sobre el plan de negocios del nuevo esquema. El viernes 15,  dirigentes y funcionarios se encontrarán con especialistas en marketing para definir potenciales marcas y posicionamiento.

“La plata está. Ustedes pónganse de acuerdo y me dicen cómo van a trabajar”, fueron -palabras más, palabras menos- los dichos de Campos Bilbao para apurar concreciones.

El camino recorrido incluye el asesoramiento sobre tipos de envases con ejecutivos de Tetrapak y debate sobre los pasos a seguir . 
Mientras, la causa sigue sumando voluntades en Catamarca, La Rioja y Salta.

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