Mecanización de cultivos: podrían mejorar los rendimientos hasta 40%

Referentes del sector aseguran que en zanahoria, ajo y tomate la mejora sería sustancial. Advierten que es necesario también invertir en sistemas de riego para aumentar el volumen obtenido.

La mecanización en los procesos de siembra, cosecha y riego del sector hortícola podría elevar los rendimientos de la producción entre 25% y 30% en el caso del ajo y hasta 40% en lo que se refiere a zanahoria.

Así al menos lo reflejan los productores dedicados a este sector, aunque plantean que la falta de financiamiento blando y accesible complica la aplicación de tecnología, para poder avanzar en una situación que a la larga se va a terminar imponiendo por la falta de mano de obra especializada.

“Hoy no hay gente para poder levantar la cosecha. Es así de simple. Por eso necesitamos avanzar con la mecanización, que a su vez nos permite mejorar la rentabilidad por la baja de los costos que nos brinda”, sentenció Fabián Fusari, productor de ajo, papa y zanahoria.

En esta misma línea, Daniel Espósito, productor, empacador y exportador de ajo, explicó que “está muy complicado conseguir personas para trabajar la tierra, hay mucha necesidad de gente en este sector. Sobre todo porque tenés un momento determinado para cosechar y hoy terminás dependiendo de que venga o no la gente para cosechar o perdés producción”.

La producción que más avanzó en los últimos cinco años en mecanización fue la zanahoria. Fusari explicó que “se produjo un gran cambio en este cultivo en cuatro puntos. Primero el sistema de riego presurizado, goteo o pivot central. Lo segundo es la siembra neumática, lo tercero la utilización de semillas híbridas y por último la cosecha mecánica”.

Y agregó que “en este sentido la zanahoria se puede decir que pasó a ser una siembra como la de la soja, que no tiene mano de obra. Pero de esta forma duplicaron la calidad. Y los volúmenes porque se logró un aumento de rendimiento superior al 40%”.

En este sentido, Santiago Salassa, de la Cámara de Empacadores de Zanahoria de Mendoza (Caeza), detalló que mientras la zanahoria común tiene un rendimiento de entre 60 mil y 70 mil kilos por hectárea a un precio de $ 1,5 por kilo, la híbrida ofrece más de 100.000 kilos por hectárea y se paga a $ 2,5 el kilo.

“Evidentemente la zanahoria híbrida da un mayor rendimiento, tanto en cantidad como en precio; el problema y la preferencia de los productores por la común es que aparece como más resistente al medio ambiente, sobre todo al calor del verano mendocino, siendo la híbrida mucho más sensible y riesgosa”, detalló Salassa.

Actualmente el 50% de los productores está sembrando con semillas híbridas, mientras que la otra mitad lo hace con la Supremme (común). La siembra de la primera se hace 100% mecanizada con máquinas neumáticas de precisión, la Supremme se hace con maquinarias comunes.

En lo que se refiere al ajo, Espósito destacó que la mecanización no sólo significa comprar máquinas, “es una sumatoria de cosas. La inversión total mejora los rendimientos entre  25% y 30% por la velocidad con la que se puede arrancar, los trabajos se pueden hacer día y noche sin necesidad de mucha mano de obra y a su vez la máquina lastima menos el cultivo. Pero no es sólo siembra y cosecha, sino también el riego. Se debe avanzar en la presurización del agua en Mendoza, no se puede seguir a manto”.

Guillermo San Martín, responsable ejecutivo de la asociación que nuclea a productores, empacadores y exportadores de ajo -Asocam-, remarcó que hoy la productividad de los campos en Mendoza es muy baja. “Para hacer la cosecha de ajo se necesitan 15 personas por hectárea por día. Con la mecanización con cinco personas podemos llegar a cosechar de 2 a 3 hectáreas por día”.

Para lo que es la papa, Fusari explicó que en Mendoza “la mecanización, siempre estuvo en la cosecha. Lo que se logró es la incorporación de riego por pivot central, que beneficia en rendimiento y calidad. La mayoría está destinada a las papas fritas".

Aldo López, coordinador del proyecto Ajo en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de La Consulta, explicó que hoy en el mercado “tenemos plantadoras y cosechadoras bastante nuevas, aunque la unidad mínima económica que tenés que tomar son entre 50 o 60 hectáreas para arriba para justificar la inversión. Por esto es importante la presencia e incentivación a empresas que presten el servicio para los que tienen menos de estas hectáreas”.

Para López, “Mendoza necesita más mecanización porque cada vez se consigue menos mano de obra y fuera de tiempo. Y para que eso se concrete necesitamos más líneas de financiamiento”.

Y detalló que “los beneficios de la aplicación de mayor tecnología en la siembra y cosecha, así como en riego, no se reducen sólo a la mejora de rendimiento y la baja de costos, sino que la producción se hace más eficiente al realizar los trabajos en tiempo y forma. En el mundo ya se puede controlar y monitorear todo desde el living de la casa, con tecnología GPS, pero en la horticultura la agricultura de precisión viene muy retrasada”.

Fusari explicó que en el caso de la compra de la mecanización “en lo que refiere principalmente a sembradoras, cosechadoras y sistemas de riego presurizado, que son los tres puntos más importantes, se calcula que normalmente las amortizaciones son de 10 a 12 años”.

Agregó que asimismo existen empresas actualmente que brindan el servicio, sin necesidad de comprar la maquinaria, “pero no dan abasto con la demanda. Hacen falta más”.

Poco financiamiento y con altas tasas de interés

Todos los productores consultados por Los Andes señalaron que el principal problema que existe hoy para avanzar con la mecanización es la falta de un financiamiento blando, con tasas razonables y adecuado a la actividad que realizan. Y en este mismo sentido también se expresan las empresas que se encargan de la comercialización del equipamiento.

Pablo Boccia, responsable para Sudamérica de la empresa española J. J. Broch, remarcó que “hay muchas consultas, hay interés por parte de los productores, pero no están los mecanismos de financiamiento. A esto se le suma que, como empresa europea, importamos, y no existe una facilidad para la adquisición. El mayor problema es que con el cierre de las importaciones que hubo durante 5 años se quedó en el avance tecnológico, porque no se podía ingresar equipos”.

Y agregó que “siguen con estos problemas, aunque no como antes, y estamos ingresando arrancadoras, cosechadoras y sembradoras neumáticas, pero sigue el problema de financiamiento. Hay que tener en cuenta que cada uno de estos equipos puede llegar a costar desde $ 400.000 hasta los $ 800.000, dependiendo de la maquinaria y la cotización del euro, que hoy está muy estable”.

Boccia relató que “desde la empresa hablamos con bancos privados. Había líneas de créditos para el fomento de la producción, pero no son para máquinas importadas, solo nacionales, pero con cupos limitados. Buscamos ayuda y no hay manera. Intentamos bajar los costos. Otro tema a tener en cuenta es la presión impositiva que existe para la maquinaria, que se convierte en otro inconveniente para el sector. Se ponen muchas trabas para mecanizar”.

Una de las alternativas de financiamiento en Mendoza es el Fondo para la Transformación y Crecimiento (FTyC), pero el responsable para Sudamérica de la empresa española J.J. Broch sostuvo que “tengo clientes que nos pidieron la información para presentarse en ese organismo, pero en 11 años que estamos acá nunca se le autorizó el crédito a un cliente”.

Sobre el FTyC, Fusari señaló que “es muy bueno lo que hace, pero no todos tienen acceso. Sus líneas están muy volcadas a la parte vitícola. Pero en la parte hortícola, como es más informal, se hace difícil tener números claros para poder tomar créditos”.

Y aclaró que “un crédito debería tener una tasa de no más del 16% anual. Con eso el productor podría afrontarlo. Pero hoy están al doble de eso. Y como no se puede pagar, no toma crédito y no avanza. A diferencia de lo que ocurre en otros países como Chile, Brasil. Competitivamente nos ganan lugar. No es mucho el plazo que necesitamos para devolverlo, en 3 o 4 años puede afrontar el retorno del crédito”.

Lucas Gilbert y Sergio Astie, líderes de la empresa Agro Cosecha, que trabaja hace 5 años en Mendoza, manifestaron que “la mecanización es un tema a resolver para la eficiencia que tienen los cultivos en su conjunto. Porque sigue siendo la naturaleza la que define las etapas de los cultivos, y por ende el manejo de las hectáreas se tiene que hacer en un tiempo determinado. Es imposible aumentar la cantidad de ajo si esto no se mecaniza”.

Agregaron: “En Europa hace 15 años que trabajan con la mecanización de la cosecha. Y sólo con este equipamiento hoy se puede extender la cantidad de hectáreas y la eficiencia de un cultivo. Por eso es tan importante. Hay que entender que esto no se puede medir sólo por la reducción de costo por mano de obra, sino que la implementación de tecnología mejora la calidad y la producción y en Mendoza se podrían llegar a las 15 mil hectáreas de ajo”, detallaron los responsables de Agro Cosecha.

Tanto Gilbert como Astie sostuvieron que “estamos convencidos de que la forma en la que se trabaja el agro en Mendoza está totalmente agotada. La mecanización mejora la calidad del producto, que al no ser golpeado durante la cosecha, deja porcentajes menores de descarte”.

Igual que los demás consultados, manifestaron también que “el financiamiento hoy es escaso y a tasas elevadas, que el cliente no está dispuesto a asumir, y por eso muchos optan por alquilar el equipamiento en la actualidad”.

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