Mayo de 1810: efervescencia local antes de San Martín

La especialista plantea que los trabajos de las últimas dos décadas sobre la Revolución en Mendoza han remarcado la necesidad de atender al período previo a la llegada del prócer a Cuyo en 1814.

En los últimos años se ha producido un interesante debate sobre los límites y posibilidades de la Revolución desencadenada en 1810. El momento fundacional de Mayo sigue indiscutiblemente instalado como mito de los orígenes de la nación argentina, pero se han ofrecido diversas respuestas a múltiples interrogantes sobre el sentido histórico de esa ruptura institucional iniciada en esa fecha, pero que hundía sus raíces en el período final de la colonia y en la crisis imperial española de 1808-1810.

Si durante décadas los historiadores se enfocaron en el tema de las fuentes ideológicas a las que los patriotas habrían apelado, ya a fines de la década de 1960 y comienzos de la siguiente, la incorporación de los intereses de la historia social francesa y la transferencia a suelo argentino de problemáticas estudiadas en procesos que podían vincularse comparativamente con el nuestro, iniciaron una renovación interesante. La transición democrática de comienzos de la década de 1980, a su vez, posibilitó la renovación de las metodologías y las categorías de análisis.

Así, en los lustros siguientes se consolidaron estudios sobre las prácticas de sociabilidad, lectura y escritura que acompañaron las modificaciones en las representaciones sociales; y en ellos la cuestión de la opinión pública y la prensa se convirtió en clave explicativa de la expansión de la causa revolucionaria.

Los análisis de los lenguajes políticos permitieron ubicar conceptos usados en los discursos de la época (como soberanía, ciudadanía, república, democracia, nación), en sus contextos de significación, permitiendo, por ejemplo, discutir la tesis de una nación argentina previa a 1810 que fuera la causa de la Revolución, y atender a otros referentes identitarios como el americano o la pertenencia a la patria chica en la que se había nacido.

Otro campo de investigación se ha ocupado de los sectores populares, que en los relatos tradicionales habían tenido sólo el papel de comparsa de los grandes personajes. Se ha caracterizado una cultura política plebeya que permite comprender las motivaciones que estos grupos tuvieron para participar en el proceso revolucionario y la forma en que comprendieron la retórica de los derechos que éste desplegó.

Esclavos, indígenas, soldados, peones enrolados forzosamente en milicias o ejércitos, han sido estudiados para ofrecer una interpretación menos lineal del proceso político, social, económico y cultural que se desarrolló en el Río de la Plata desde las Invasiones Inglesas (1806-1807) y en simultáneo con procesos similares en el mundo atlántico desde mediados del siglo XVIII. Con ello se ha configurado también una visión más compleja de las negociaciones de las élites para configurar su legitimidad en el orden político posterior a 1810.

¿Y por casa cómo andamos?

Los trabajos de las últimas dos décadas sobre la Revolución en Mendoza han remarcado la necesidad de atender al período anterior a la llegada de San Martín a Cuyo en 1814. Esto ha permitido detectar un nivel de politización social que fue soslayado por la visión tradicional, ayudando a explicar varios de los recursos humanos y políticos que el gobernador intendente sistematizó para gobernar y formar el Ejército de los Andes.

Se ha mostrado cómo desde el momento en se decidió seguir la opción revolucionaria la vida cotidiana se vio afectada por los vaivenes políticos y militares. Los cabildos abiertos de junio de 1810 y el posterior arribo de funcionarios enviados por la Junta porteña generaron discusiones y reuniones en domicilios particulares o ámbitos públicos (mercado, plaza, pulperías).

Politización acelerada desde 1811, cuando las autoridades descubrieron intentos de movilización que evidenciaron rupturas facciosas en la élite local, o de un levantamiento esclavo en 1812. Los bandos de gobierno de ese año y de 1813 insistían en evitar las divisiones entre los habitantes, limitar las reuniones de estos y controlar la circulación de rumores o noticias que afectasen el espíritu revolucionario.

Dentro de esta sociedad en efervescencia los decuriones se volvieron agentes claves del gobierno: como alcaldes encargados en su barrio de controlar el orden y las opiniones políticas, recaudar impuestos y enrolar hombres para el ejército y las milicias, serían los tentáculos de San Martín para desplegar esa genial logística que éste organizó sobre el territorio mendocino.

Pero un aspecto más ha permitido repensar la Revolución en Mendoza: las articulaciones con otros espacios. Así, hoy resulta claro que es necesario insertar el proceso local en un marco mayor de insurgencia e institucionalización política. No se puede desconocer el impacto que tuvo aquí la marcha patriota en el resto del Río de la Plata, y hay que seguir insistiendo en los vínculos con el valle central chileno.

Siglos de lazos mercantiles, migraciones, tramas familiares y subordinación política (hasta que la creación del Virreinato en 1776 sacó a la jurisdicción mendocina de su dependencia de Chile), seguirían sintiéndose con intensidad luego de 1810. Porque una cordillera que (hoy) vemos como un límite entre dos estados, por entonces era un espacio de circulación de personas e ideas, de fuentes y recursos para la causa patriota a ambos lados de ella.

Belgrano, transmisor de ideas de Foronda

El primer economista argentino, partícipe de la Revolución de Mayo, Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano y González, durante su formación académica en España había asimilado ideas del economista asturiano Baltasar Melchor Gaspar María de Jovellanos y Ramírez (Jovellanos), pero fue discípulo y colaborador de Valentín Foronda.

El creador de la bandera argentina trajo al país muchas de las ideas de Foronda, como la necesidad de establecer compañías aseguradoras locales que evitaran que los dividendos de las mismas fuesen girados al exterior. Así, a su regreso a Buenos Aires como secretario del Consulado, Manuel Belgrano puso empeño en el impulso a diversas actividades que implicaron un avance hacia un cambio radical en las políticas económicas locales.

El 7 de noviembre de 1796, a instancias de Belgrano, que se había hecho cargo del Consulado dos años antes, se creó la primera compañía de seguros, denominada “La Confianza”, mediante una suscripción pública de acciones ya que era necesario crear una “Escuela de Comercio y establecer una Compañía de Seguros Marítimos y Terrestres”.

Fue a través de Belgrano que aquellas ideas de cambio y de desarrollo económico también se expresaron en la Revolución de Mayo. Los estudiosos de Valentín de Foronda indican que influyó también a través de los nacionalistas catalanes que integraron la Primera Junta -Domingo Matheu y Juan Larrea- y vascos como Miguel de Azcuénaga.

Otro vasco, Martín de Álzaga, nacido en Euskadi, ya en 1809 había sido el primero en reclamar, no una suerte de autonomía formalmente dependiente como la aprobada en el Cabildo Abierto del 25 de mayo de 1810, sino una independencia absoluta de la corona española para el entonces Virreinato del Río de la Plata bajo la matriz de una democracia republicana.

Matheu y Larrea, que integraron el grupo liderado por Álzaga, en el que también participaba Mariano Moreno, se unieron a éste en la Primera Junta en sus diferencias con el presidente de la misma, Cornelio Saavedra.

Álzaga financió de su peculio la creación de dos regimientos para luchar por la independencia, uno integrado por vascos y el otro por asturianos, pero en 1812 fue ahorcado por encabezar un levantamiento popular contra el Primer Triunvirato.

El rol de Larrea fue importante en la Asamblea de 1813, donde presidió las sesiones en las que se oficializó el Himno Nacional. Fue el inspirador de una Ley de Aduanas sancionada para facilitar la importación de máquinas para imprentas y libros como así de pertrechos, además de normas como la que eliminó los títulos nobiliarios, la que prohibió la aplicación de torturas y estableció la creación de un colegio militar.

Matheu llegó a reemplazar a Saavedra como presidente de la Junta Grande. Antes, como vocal de la Primera Junta, Matheu ayudó con recursos propios a la financiación de las expediciones militares de Belgrano al Paraguay y de Juan José Castelli al Alto Perú. Más tarde fue director de la fábrica de armas y fusiles y estuvo a cargo de la confección de uniformes militares dentro de una política económica y social llegada a la región a través de Belgrano e inspirada en el vasco Foronda y el asturiano Jovellanos. (Télam)

Festejos para todos los gustos y en todos los rincones

Acto oficial en el Sur. El acto central se realizará en San Rafael, distrito Villa 25 de Mayo, a unos 25 km al oeste de la ciudad cabecera. Según se anunció, asistirá el gobernador Alfredo Cornejo al acto protocolar de las 12 en un predio ubicado junto a las ruinas (en restauración) del Fuerte San Rafael del Diamante. Sin embargo la celebración se inició anoche con una velada de gala en el cine teatro Roma. Hoy, a las 9, en la plaza sanrafaelina General San Martín se izará la bandera. A las 10, ya en la Villa 25 de Mayo, se servirá un "chocolate Patrio" en el salón de usos múltiples junto a la parroquia de Nuestra Señora del Carmen (Chacabuco y Rufino Ortega), donde se celebrará el Tedéum. Tras el acto protocolar comenzarán a funcionar los ranchos con comidas típicas y a las 16 está programado el Pericón Nacional. Los números artísticos se extenderán hasta las 19.

Feria Arístides en la Ciudad. Hoy de 11 a 20. Elaboración de cerveza a la vista; feria de diseño, arte, bicicletas y antigüedades recicladas; menú patrio; locro en vivo; sabores del Perú; transmisión radial en vivo; descuentos en ropa y calzado; happy hour; chocolate caliente; recitales.

Maratón a la Carta. A partir de las 18.30, la Ciudad de Mendoza convoca a la sexta edición de este clásico que esta vez tiene como protagonistas a las comidas mendocinas.
Los cupones pueden retirarse en "El asadito" (Juan B. Justo 512), "H Restó Bar" (Belgrano 1194), "Palenque" (Arístides Villanueva 287), "Patancha" (Perú 776) y "Patrona" (9 de Julio 656). Su valor es de $ 175.

Folclore guaymallino. Desde las 11, en el Club Los Corralitos, el público podrá disfrutar de puestos de comidas típicas y artesanías; así como de un variado espectáculo artístico (orquesta de guitarras Tito Francia, el ballet municipal de danzas folclóricas, la escuela municipal de danzas, el coro de niños, Ángel Cataldo y Compañía, entre otros).

Locro en Godoy Cruz. A las 12, una cocina solidaria se montará en los jardines del Concejo Deliberante y se canjeará una caja de leche en polvo de 800 gramos por dos porciones de locro, a beneficio de comedores comunitarios. Habrá exposición de motos y autos antiguos y se podrá participar de kermés de juegos en la plaza departamental.

Desfile en Lavalle. A las 11, en el playón deportivo de Tres de Mayo, se ha previsto un espectáculo artístico preparado por escuelas del distrito y el desfile cívico. Habrá peña folclórica, venta de comidas típicas y destrezas criollas.

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