Maíz forrajero: crece la superficie cultivada en Mendoza

Estimaciones de referentes del sector dan cuenta de un aumento del 40% de este cultivo. Productores buscan mejorar su rentabilidad con alimento propio.

En medio de una temporada muy complicada para la mayoría de las producciones agrícolas tradicionales de Mendoza por el impacto de las heladas, con problemas endémicos de rentabilidad para centenares de explotaciones y el creciente abandono de cultivos en toda la provincia, el de la producción de carne vacuna bajo riego parece ser un mundo aparte.

Si bien los números no cierran del todo para los establecimientos que terminan los animales para enviarlos a faena, porque se mantiene una brecha amplia entre el precio del gordo y el de la invernada (y, consecuentemente, el costo de reposición resulta oneroso), los ganaderos buscan acortar la diferencia trabajando sobre la variable que pueden manejar: la producción de alimentos para la hacienda, y bajar así el costo de un insumo de altísimo peso en la ecuación del negocio.

Esto vuelve a verse reflejado, este año, en el crecimiento del cultivo de especies forrajeras en los distintos oasis de la provincia.

Consultas a referentes de cada zona, (porque se trata de un dato que queda fuera de los relevamientos oficiales), están reflejando un -presumible- crecimiento de por lo menos el 40% promedio de la superficie sembrada en toda Mendoza, por ejemplo, con maíz para consumo animal.

Desde San Rafael -el departamento que hizo punta, de varios años a hoy, en la producción de carne bovina bajo riego-, Adrián Orozco, investigador en el área de Ganadería Bajo Riego de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Rama Caída, aseguró que “en general, se ha sembrado más este año que el año pasado”.

Referentes sureños ratifican lo que expone el investigador del INTA. Rafael García Miras, responsable del establecimiento agrícola-ganadero King SRL, de Las Malvinas (30 kilómetros al sur de la Ciudad de San Rafael), sembró este año 35 hectáreas de maíz.

El empresario sanrafaelino, que recría y termina hacienda bovina para venderla con destino a faena en el mismo departamento, decidió “hacer un 80% más que el año pasado, todo para picado y embolsado en silo-bolsa, para forraje”.

Osvaldo Fernández, con varios años de actividad en recría y engorde de ganado bovino en el paraje Resolona, del distrito Cuadro Nacional, admitió que no incrementó sus 80 ha sembradas con maíz para picado (lo que no es poco), pero está de acuerdo en que el cultivo avanza.

Fernández, que es vicepresidente 1° de la Cámara empresaria de San Rafael, se inicia este año -además- como prestador de servicio de picado de maíz para ensilar. “Necesitaba arrancar con 500 ha para empezar a cubrir los costos, y la verdad es que no tuve que buscar mucho. Prácticamente no tuve que moverme para conseguir esas 500 ha. No sé cuántas se han sembrado en el departamento, pero le aseguro que hay mucho maíz”.

Quien sí se ha movido por distintas zonas es Adrián Orozco, de INTA. Y en razón de lo que pudo ver, estima que “este año se deben haber sembrado alrededor de 1.500 hectáreas” en San Rafael. Es que, además, de las explotaciones que vienen aumentando año tras año su producción, “hay muchas producciones relativamente chicas, que se van viendo apenas uno empieza a recorrer”.

Orozco apuntó que “si bien algunos mantuvieron, más o menos la superficie sembrada el año pasado”, otros establecimientos importantes “casi duplicaron el área cultivada y, además, se fueron incorporando nuevos productores”.

A todo esto, Paulo Palma, asesor de productores en el Valle de Uco, confirmó que también en su zona, “la cantidad de hectáreas que hay es superior a la de otros años, pero porque hay productores que han hecho más hectáreas destinadas a maíz en grano, que otros años no se veía”.

Estimó que en los departamentos del Centro-Oeste de Mendoza, “hay entre 350 y 400 hectáreas destinadas a picado (planta entera), y para grano, entre 400 y 450 hectáreas, cuando antes no superaba las 200, de las cuales cerca de 150 se destinaban a alimentos para animales de granja, como porcinos y aves”.

Los datos aportados desde el Este por Marcelo Valot, en tanto, permiten confirmar la tendencia hacia una mayor superficie cultivada con maíz en toda la provincia.

Valot tiene un feedlot en Phillips, donde presta el servicio de hotelería (engorda animales que le llevan a su establecimiento) y, como adquirió el know how para producir el forraje que necesita, hace varias temporadas que ofrece también el servicio de siembra y, posteriormente, picado de maíz para silo y otras especies forrajeras, como sorgo y alfalfa.

El hecho de recorrer distintas zonas, le permite estimar que, “entre el Este y el Norte de Mendoza (de Zapara para arriba, hasta Lavalle), tiene que haber entre 650 y 700 hectáreas de maíz.

Calcula, por otra parte -en razón de los pedidos de presupuesto que ha recibido- que hay sembradas otras 250 hectáreas en General Alvear y, si en Malargüe hicieron lo mismo que el año pasado, no son menos de 300 hectáreas más.

Este último dato está corroborado con los datos que llegan de la firma de Walter Barneix (de Lincoln, provincia de Buenos Aires) que ofrece también el servicio de corte-picado-ensilado “que dan cuenta de entre 300 y 350 hectáreas” en departamento más austral de Mendoza.

En resumen, la suma de estas cifras -no oficiales- permiten estimar que para esta temporada, en toda la provincia de Mendoza, podrían haberse sembrado no menos de 3.500 hectáreas con maíz, la mayor parte destinada picado (preferentemente para ensilar, y una porción menor para ir echando en los comederos apenas cortada la planta) y en menor medida para grano.

Esto, comparado con las aproximadamente 2.500 hectáreas de las que dábamos cuenta a esta misma altura de la campaña pasada, representa alrededor de 40% más entre un año y otro.

Esperan que mejoren los rendimientos para este año

Sobre este punto, aunque el fuerte de la zafra no empezó, “algunos productores ya empezaron a picar los híbridos tempranos (que, en realidad, son unos pocos lotes que se hicieron en Malvinas), y en el caso de algunos templados, sembrados anticipadamente, se va a iniciar en una semana o diez días”, señaló desde el Sur, Orozco.

Cree que “sobre fines de febrero ya va a arrancar fuerte la campaña de picado, en forma sostenida, y si nos acompaña el clima, vamos a estar picando probablemente hasta los últimos días de abril”.

Indicó que esas primeras variedades tienen poco desarrollo de planta y mucha espiga, pero aun así, “deben estar rindiendo no menos de 35.000 kilos de materia verde por hectárea”.

El productor Rafael García Miras señaló que a fines de enero empezó a picar variedades tempranas y, en ese caso, no ensiló sino que fue entregando directamente en comedero a los animales que está recriando. “Con las variedades templadas vamos a empezar a picar dentro de una semana, y eso sí va a silo-bolsa”, aclaró.

Con los híbridos precoces estima que “el rendimiento rondó entre los 40.000 y los 45.000 kilos por hectárea de materia verde (son plantas más chicas), y en los intermedios estamos entre los 65.000 y 70.000 kilos por hectárea”.

En el Valle de Uco no van a empezar a cortar y picar antes del 15 de abril. Puede haber algunos lotes, de gente que hace siembras tempranas, que empiecen antes, pero son excepciones.

Según Paulo Palma, “este va a ser un año normal de rendimientos”, en el Valle, “con promedios de 50.000 kilos de materia verde por hectárea (el año pasado llegamos a 55 y algunos estuvieron cerca de los 60.000)”.

Cree que en toda la provincia “vamos a volver a lo que es un año normal; la campaña anterior habíamos tenido muy buenas condiciones climáticas para maíz destinado a silo, porque tuvimos un enero mucho más llovedor  y en plena floración, lo cual influye mucho”.

Los cultivos vienen bien

Adrián Orozco (INTA Rama Caída) apuntó que “el estado de los cultivos es de bueno a muy bueno y, si bien hay zonas que siempre tienen alguna carencia de agua, en el resto no hubo problemas, excepto por el calor”.

Recordó, en este sentido, que “los cultivos sintieron, seguramente, las elevadas temperaturas de la segunda quincena de enero que es un momento muy sensible para el cultivo, porque es cuando florece, y veremos cómo se expresa eso en el rendimiento”. En cuanto a la disponibilidad de agua, “no hubo grandes sobresaltos, como sí tuvimos otros años”.

El profesional valletano Paulo Palma, en tanto, coincide en que “el clima ha venido bastante bien, con precipitaciones normales para el maíz”.

No obstante ello, sostuvo que “en algunas zonas hemos hubo problemas de piedra y, por otra parte, tuvimos un enero bastante caluroso, lo que resultó bastante estresante para cultivo, porque florece en enero, y nos encontramos con mucho calor y poca agua”.

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