Macristas y kirchneristas apuestan a la polarización

De cara a las PASO, Cambiemos y el FpV creen que sacan rédito de la “grieta”. En el medio, el massismo busca no quedar fuera de juego.

La división de la opinión pública sobre la política nacional, más conocida como “la grieta”, puede trasladarse al escenario electoral de este año. En eso coinciden dirigentes consultados por Los Andes, quienes señalan que Cambiemos apuesta a confrontar “con el pasado”, como llaman al kirchnerismo, estrategia que le resulta conveniente a este último sector, que busca reposicionarse tras la derrota en las presidenciales de 2015.

Los analistas políticos repiten que la polarización es menos probable en las elecciones de medio término porque no están en juego cargos ejecutivos. Pero desde que están las PASO, que filtran una primera dispersión de la oferta electoral, surgen resultados que pueden extremar el voto hacia dos únicas opciones.

Las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) se realizan cada agosto de año electoral desde 2011 y sus resultados pueden ser reorientador del voto en las generales de octubre.

En las últimas PASO presidenciales Daniel Scioli sacó el 39% de los votos; Cambiemos (Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió), el 30%, y UNA (Sergio Massa y José Manuel de la Sota), el 21%. Pero en este caso los resultados de las primarias no produjeron una polarización posterior: en octubre Scioli sacó el 37%; Macri, el 34%, y Massa, el 21%.

Sin embargo, dirigentes de distintos espacios señalan que este año las PASO sí podrían determinar una polarización en octubre. Apuntan que en 2015 Massa formaba parte de una alternativa opositora a la par de Macri y contra el kirchnerismo y que, ahora, la grieta es aún más visible porque es el líder del Pro quien está en el poder y el kirchnerismo, la oposición más confrontativa y diferenciada.

En la batalla discursiva, el kirchnerismo apela a cuestionar las consecuencias sociales del ajuste económico dispuesto por Cambiemos y el Gobierno, a la corrupción de la administración anterior. Y en el massismo levantan la bandera de la alternativa superadora y dicen que el votante no tiene por qué elegir entre ajuste y corrupción.

El peligro de los extremos

El antropólogo Alejandro Grimson señaló que “para sostener su capacidad hegemónica el Gobierno está lanzando al mercado político nuevos productos para incrementar la polarización” y que “no puede descartarse para nada que haya sectores que los compren”. Pero advirtió que “ese éxito no sólo tendría consecuencias electorales, sino que consolidaría una cultura política de creciente violencia simbólica”, que inclusive “puede que no sólo simbólica”.

"Ahondar la brecha"

“El oficialismo busca profundizar la grieta con denuncias de corrupción, para contraponer dos proyectos. La estrategia es ahondar la brecha, con la colaboración de los medios de comunicación hegemónicos. Esto sí nos beneficia, porque muchas personas se van a preguntar cuándo estaban mejor: si ahora, con Macri, o antes, con Cristina Kirchner”, dijo Juan Manuel Pedrini, diputado nacional del Frente para la Victoria.

El chaqueño afirmó que espera que Cristina “sea candidata” a senadora por la provincia de Buenos Aires. “La Argentina necesita un proyecto político. Hoy no hay. Y nosotros esperamos poder mostrarle a la Argentina un camino de salida a este gobierno neoliberal”, aseveró.

En el oficialismo, el presidente de la Cámara de Diputados, el macrista Emilio Monzó, vaticinó un triunfo en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más importante del país, y afirmó que la polarización no es una estrategia montada por Cambiemos, sino instalada por el kirchnerismo.

“Para el país la grieta no es buena pero sí es importante para los espacios políticos”, dijo Monzó, según reprodujeron voceros parlamentarios. Admitió que Cambiemos también se beneficia de la grieta: “El oxígeno que no te da la economía te lo da la política”.

El diputado del Pro Luciano Laspina admitió que una estrategia política del oficialismo es confrontar con el kirchnerismo, porque a su criterio en estas elecciones hay “riesgo de una vuelta al pasado”, o sea el kirchnerismo.

En el Gobierno señalan que el contexto cambió favorablemente tras las protestas que se produjeron de febrero y marzo, porque pese a que fueron multitudinarias quedaron asociadas al kirchnerismo y, por eso, repercutieron de manera negativa en la opinión pública.

“Nos la dejaron picando”, dicen. Entienden, además, que la sociedad le dio crédito al Gobierno y que una demostración de esto fue la movilización del 1 de abril en apoyo al presidente Macri.

Los del medio

Massa termina en diciembre su mandato como diputado nacional y aún no confirmó si buscará renovarlo. Hasta el momento, su aliada política Margarita Stolbizer pica en punta para postularse a senadora por un espacio común. En tal caso, la líder del GEN se enfrentará al candidato de Cambiemos, que al parecer será el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y al (o los) del peronismo, entre quienes se destacan Cristina; los intendentes de La Matanza, Verónica Magario, y de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, y, en otra vereda, el exministro de Interior Florencio Randazzo. Una contienda para alquilar balcones.

En la denominada “ancha avenida del medio” del Frente Renovador, pero con un Massa desaparecido de los medios, protestan contra la estrategia polarizadora que atribuyen tanto al kirchnerismo como a Cambiemos.

El diputado Marco Lavagna sostuvo que “el Gobierno quiere seguir jugando a la grieta porque no puede mostrar resultados después de un año y pico de gestión”.

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