Maca Rodríguez: recuerdos de mi querida Quinta Sección

La ex integrante de Las Leonas se crió en una zona de casas bajas y muy residencial, a pasos del centro. Allí creció patinando y corriendo con sus amigas, con las que aún hoy comparte.

Tengo los mejores recuerdos, ya que tuve una niñez en la cual las muñecas quedaron de lado y entre pelotas, bicicletas y casitas en los árboles, viví una infancia muy linda.

Nací en la 5ta sección junto con mis hermanos, Raúl, Ariel, Juan Pablo, Gerardo, y mis papás Raúl y Coca. Allí conocí a mis hermanas del alma: Natalia y Gabriela, que desde los 5 años somos amigas y nos criamos juntas. Nati vivía a una cuadra y enfrente de ella, Gaby.

Todas las tardes nos juntábamos para hacer nuestras travesuras. Por ese entonces, todo era tranquilo y podíamos disfrutar de estar solas en la vereda desde las 16 hasta las 22, cuando nos llamaban a cenar.

Tengo muchas anécdotas de aventuras con ellas, pero una que recuerdo es que nos gustaba andar en patines (de cuatro rueditas, los de cuerda naranja) y siempre inventábamos coreografías y bailábamos con los patines y demás.

Pero había una vecina enfrente de casa que no le gustaba que rayáramos su vereda con los patines porque era la más brillante de la cuadra, ya que le pasaban como 4 veces al día el lampazo (¡sí, lampazo con querosén!, jajajá).

Como no nos dejaba pasar por su vereda, llegábamos hasta el límite y nos tirábamos al piso por querer frenarnos, haciéndonos las que nos lastimábamos al caernos (jajajá, éramos unas payasas).

La verdad que tengo los mejores recuerdos de mi lugar, como el almacén del barrio, del “Chano”, que nos fiaba todo y siempre nos daba un mimo. Así eran las cuentas que se formaban y a fin de mes siempre recibíamos un reto de nuestros padres.

Fui creciendo y la banda se fue agrandando y allí vinieron Mariela, Paula, Agustina, Ramiro, Tuti, Adriano, Pablo y Emiliano. Y muchos más amigos del barrio.

Comenzaron las banditas y los bailes en las casas, las bicicleteadas por el Parque y muchas aventuras más. Además, se sumaron amigas de amigas de otros barrios como Leticia y Lorena (alias ‘Porrita’).

Otro de los lindos recuerdos que tengo son los carnavales: challarse con bombitas de agua y cámaras de cubiertas de bicicleta eran los tops del verano. Y ni hablar de las famosas y dolorosas manzanitas (jajajá). Las corridas y los enfrentamientos eran las tardes más divertidas de todas.

Otro de los juegos divertidos eran las manchas, corridas que al tocar las manos de alguien tenías que salir hacia el otro lado donde estaba tu equipo para salvarte, porque de lo contrario, ibas preso. Las escondidas y los partiditos de hockey en las veredas...

En donde crecí y mi crié es una calle con mucha pasada de autos y es la bajada directa que te lleva al centro de nuestra provincia.

Sus casas son de una arquitectura típica de la zona y la mayoría son de una o dos plantas, salvo por algunos escasos edificios de unos pocos pisos más, lo que lo hace más parecido a un típico barrio mendocino.

Gracias a Dios tengo los mejores recuerdos de mi infancia en mi tan querida Mendoza, en mi barrio querido: la 5ta. Si hoy tuviera que elegir dónde vivir no dudaría ni un segundo y volvería al lugar donde crecí y conocí a las personas más bellas del mundo: mis amigas de la infancia.

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